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Andalucía y Canarias piden una revisión urgente de la financiación autonómica

Griñán y Rivero exigen que se activen los mecanismos de solidaridad

José Antonio Griñán junto a Paulino Rivero, momentos antes de su reunión en Sevilla.
José Antonio Griñán junto a Paulino Rivero, momentos antes de su reunión en Sevilla.GARCÍA CORDERO

Con un problema de liquidez acuciante en Andalucía, que exige una inyección inmediata del Estado de 600 millones para atender vencimientos de deuda antes del 4 de octubre, José Antonio Griñán no quiere oír hablar de frentes comunes contra el Gobierno de Mariano Rajoy. Tras reunirse este lunes en Sevilla con su homólogo canario, Paulino Rivero, para coordinar posiciones sobre la financiación autonómica, ambos se apresuraron a negar que estuvieran preparando una ofensiva “de ningún tipo contra nadie”, y que su único propósito es que se corrija —con el concurso de todas las comunidades y del Ejecutivo— la aplicación del sistema, que está perjudicando especialmente a Andalucía, Canarias, Murcia, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, con pérdidas anuales, en los primeros dos casos, de 1.000 y 800 millones anuales respectivamente, según sus cálculos.

Griñán y Rivero pidieron la convocatoria del comité permanente técnico de evaluación del sistema, un órgano previsto en la ley, para revisar su evolución y constatar que no hay equidad entre los territorios, de modo que “está haciendo más ricos a los más ricos; y más pobres, a los más pobres”, enfatizó el presidente canario. Tanto uno como otro denunciaron que no están funcionando los mecanismos compensatorios (fondos de solidaridad). En este punto, Griñán explicó que desde el mismo momento en que el Gobierno decidió usar para el cómputo del sistema de financiación el ejercicio de 2009, año en el que empezaron a desplomarse los ingresos por la crisis económica, las comunidades con menos renta per cápita, que son la que se nutren de los fondos de suficiencia, comenzaron a sufrir consecuencias negativas.

“El PSOE andaluz no llevaba en su programa electoral un nuevo modelo de financiación autonómica, sino cambios en su aplicación, y es lo que seguimos pidiendo, porque lo aceptamos con la condición de unos mecanismos compensatorios que no están funcionando”, añadió. Su tesis es que se puede mejorar la financiación sin necesidad de modificar el sistema: “Basta aplicarlo correctamente”.

Los dos presidentes sostuvieron que se pueden hallar fórmulas para atenuar las pérdidas que garantizan la convergencia, la cohesión entre los territorios y la prestación de los servicios básicos. “Hay que encontrar esas fórmulas desde la reflexión, la madurez y el diálogo”, abundó Paulino Rivero en referencia a la Conferencia de Presidentes que se celebrará el próximo 2 de octubre en el Senado. El jefe del Ejecutivo canario, que ha sido quien ha liderado la ronda de reuniones sobre financiación, se ha visto ya con los presidentes de Murcia y la Comunidad Valenciana, así como con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, precisamente, según relató Rivero, quien le sugirió convocar el comité permanente técnico del sistema de financiación.

En su opinión, el resto de las autonomías no se van a oponer, porque no se trata de restar recursos, sino de avanzar hacia la solidaridad y la defensa de los intereses de todos los ciudadanos. Ambos mandatarios consideraron que sus comunidades están especialmente legitimadas para pedir un mejor reparto porque son de las menos endeudas y “estamos haciendo los deberes”

En lo que se refiere a Cataluña y su pretensión de cambiar la financiación autonómica con el pacto fiscal, ni Griñán ni Rivero quisieron criticar directamente a Artur Mas, aunque sí insistieron en que los asuntos que afectan a los consensos con constitucional, la definición del Estado de las Autonomías y su financiación “tienen que resolverse con el concurso de todas las comunidades”.

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Mientras que el andaluz se paró ahí, el presidente canario dijo que lo menos conveniente es que a las dificultades económicas por la crisis y el riesgo de una fractura social, se una ahora un problema territorial en España, al tiempo que confesó que estará vigilante al resultado de la reunión de Rajoy y Mas.

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