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Ana Curra da lustre al legado de Parálisis Permanente

Parálisis Permanente fue un grupo de culto y sus seguidores, incondicionales

Siempre es arriesgado tratar de resucitar algo que fue muy grande y que ha permanecido oculto décadas. Por lo visto el sábado por la noche en la sala Capitol de Santiago puede decirse que Ana Curra sí que ha tenido éxito en su tarea de recuperar el legado de uno de los grupos más importantes de los ochenta, Parálisis Permanente. La que fuera teclista del grupo y pareja del malogrado Eduardo Benavente se ha embarcado en la aventura de volver a tocar en directo las canciones de aquella banda extraña para su tiempo, que se mantuvo al margen del star system de la movida madrileña y sus ñoñerías.

La banda que ha formado Ana Curra para la ocasión y su propia entrega depararon una gran noche para los 200 seguidores reunidos. La mayoría superaban los 40 años. Parálisis Permanente fue un grupo de culto y sus seguidores, incondicionales. El sonido fue impecable y Ana Curra demostró que se puede ser salvaje sobre un escenario después de los 50. Con la intensidad de temas como Héroes, Vamos a jugar o Tengo un pasajero la banda transmitió la magia de unas canciones que siguen sonando tan modernas como el primer día. La actuación terminó con la cantante revolcándose por el suelo mientras cantaba Un día en Texas. Fue la mejor forma de despedir un concierto que recordó que hubo tiempos sin duda mejores que la oleada de grupos blanditos y sin alma del pop-rock español de ahora.

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