Un crimen a sangre fría
El primer detenido por la muerte de una policía municipal en Usera relata que su compinche mató a la mujer cuando ya le habían quitado la pistola
La detención del segundo atracador de la oficina de Correos y posible autor de los disparos que mataron a una policía municipal en Usera se ha convertido en la máxima prioridad para la policía madrileña en las últimas semanas. Los agentes de Homicidios tienen identificado a este hombre, de unos 40 años, que se encuentra en paradero desconocido, y que supuestamente se quedó con las armas de las dos víctimas. La policía cree que es “cuestión de tiempo”, ya que puede encontrarse escondido en cualquier lugar de España e incluso de algún país vecino, como Portugal o Francia.
La policía busca desde el pasado 7 de agosto a un quinqui, especializado en robos con violencia e intimidación que cuenta con un largo historial delictivo. De hecho, ya ha cumplido condena en prisión por estos delitos. Su familia también está relacionada con los atracos y con el tráfico de drogas, según fuentes de la investigación. Los agentes le consideran una persona muy peligrosa y no descartan que fuera él quien disparó contra la policía municipal Carmen Muñoz García, de 62 años, el pasado 7 de agosto en la avenida de Eduardo Barreiros. También resultó herido en un hombro su compañero de patrulla Santiago Lozano, de 52 años. Desde el primer momento, centraron sus investigaciones en la zona de la Cañada Real Galiana.
Los agentes del Grupo V de Homicidios, que investigan el crimen, identificaron a las pocas horas a uno de los supuestos autores, David Manuel Fernández Rodríguez, de 42 años, ya que su furgoneta Citroën Berlingo gris con matrícula 0160 FKB fue utilizada para huir del lugar. El vehículo lo localizó la policía en el barrio de San Fermín con objetos de los clientes y empleados de la oficina de Correos de la avenida de Andalucía asaltada previamente al crimen.
La policía cuenta con el testimonio de algunos testigos que ya vieron a la mujer en el suelo tras haber recibido el disparo. También disponen de la declaración del otro agente, Santiago Lozano.
El único detenido se negó a declarar de manera oficial ante los agentes de Homicidios, pero sí les explicó fuera del interrogatorio cómo ocurrieron los hechos. Según su versión, fue su compinche el que disparó contra los agentes. Cambia de manera radical la secuencia que hasta el momento se había manejado sobre la muerte de Carmen Muñoz García. Según el relato de David Manuel Fernández, el coche patrulla se metió por la avenida de los Poblados y, al ver a la furgoneta, el policía cruzó el vehículo para intentar cortar el paso de los asaltantes.
Se bajó de inmediato el compinche y abrió fuego contra el conductor, frente a la versión inicial que mantiene que la mujer fue la primera en recibir el tiro conforme se bajaba del vehículo. Acto seguido encañonó a su compañera, que al verse en serio peligro no hizo ni ademán de sacar su arma reglamentaria. Los ladrones arrebataron las sendas pistolas a los dos funcionarios. “Ella estaba con las manos arriba, sin moverse. Cuando ya estaba sin la pistola y regresaba al coche, le pegó el tiro en el pecho”, afirmó el supuesto autor del crimen, según fuentes policiales. La trayectoria ligeramente ladeada de derecha a izquierda de la bala hacen difícil, aunque no descartable, esta versión.
El segundo autor fue el que se quedó con las pistolas de los dos policías, además del revólver que ya utilizó en el asalto a la oficina de Correos. Los investigadores no han recuperado ninguna de las armas, tras registrar la vivienda de David Manuel Fernández. Este se encuentra en prisión provisional comunicada y sin fianza desde el día 15 de agosto, cuando pasó a disposición judicial. Fue detenido el domingo 12 en las inmediaciones de la avenida de la Albufera, mientras se dirigía a su domicilio.
“Lo más fácil es que las pistolas y el revólver los hayan enterrado en algún lugar seguro hasta que pase el tiempo de forma que solo ellos sepan dónde está”, explican fuentes judiciales. La declaración extraoficial del detenido, que en gran medida le exculpa del homicidio de Carmen Muñoz y de la tentativa del mismo delito en la persona de su compañero, resulta inconsistente para los investigadores.
La versión del agente herido mantiene la inicial de que, cuando los agentes cruzaron el vehículo a los asaltantes, estos se bajaron abriendo fuego sin dar opción a que pudieran repeler la agresión. Cuando ya estaban abatidos, les arrebataron las pistolas y huyeron del lugar a toda velocidad, antes de que llegaran refuerzos. La mujer quedó tendida en el suelo. La bala le rompió vasos sanguíneos muy importantes además de parte del corazón, lo que le causó la muerte en el acto.
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