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Un congreso para la continuidad

El PP celebra su 13º cónclave alavés marcado favorablemente por su posición de gobierno Alonso seguirá combinando su cargo en Madrid con la presidencia

Alfondo Alonso, en segundo plano, junto a Iñaki Oyarzabal.
Alfondo Alonso, en segundo plano, junto a Iñaki Oyarzabal.julian rojas

“Este va a ser el Congreso más aburrido que pueda haber”. Las palabras son de su propio presidente, Alfonso Alonso, bromeando sobre el tranquilo paseo que todo indica que será hoy el 13º congreso provincial. Paz y continuismo internos, con la salvedad de los descontentos, expresos o no, que suele siempre haber cuando de nombres propios se trata, y mensaje de centralidad y moderación hacia fuera son el santo y seña.

Identificar al PP con el territorio, como el partido de Álava, tanto como se admite que el PNV es el de Bizkaia o que la izquierda abertzale domina Gipuzkoa, es uno de los objetivos del 13º Congreso provincial. Tanto como lo será de su campaña electoral. Así, las inversiones que desde su pacto para sostener en el Gobierno a Patxi López ha dirigido al territorio serán argumento recurrente. “Hemos traído las perras. Todos los proyectos que va a financiar el Gobierno de Patxi López, colegios, sanidad, obras infraestructuras, y que ahora está tratando de no ejecutar, los ha peleado el PP”, dentro del pacto de tres años, reivindicará el autor de la ponencia política, Iñaki Oyarzábal. El texto socioeconómico irá a cargo de Marta Alaña.

El otro gran objetivo es aparecer como el polo principal del contrapeso a la “ola”, en expresión de su presidente, Alfonso Alonso, de la suma nacionalista PNV-Bildu. Cuanto más PP, y más PP en Álava, más freno y menos riesgos con esa suma, es una de las ideas que se escucharán hoy y en los meses venideros. “No sabemos si van a reeditar pactos, tensionamientos y planteamientos de ruptura como en tiempos de Ibarretxe, pero conviene incluso evitar un gran desequilibrio en favor del nacionalismo”, dice.

Desde su actual posición de gobierno, al mando de la Diputación, las Juntas Generales y el Ayuntamiento de Vitoria, el partido afronta este congreso en un clima de calma y con un ánimo muy distinto al anterior, cuando justamente acababa de perder todo su poder.

El PP alavés reivindica su impronta sobre el partido en Euskadi

La unidad en torno a la continuidad de Alonso es total y el continuismo marca a su vez la apuesta de éste respecto de su equipo. Es impensable conflicto alguno como el vivido en Bizkaia con la confrontación entre Antón Damborenea y Esther Martínez, aseguran todas las fuentes consultadas. Álava es una balsa de aceite ahora mismo en el PP, a diferencia de los tiempos convulsos que ha vivido en ese territorio el PNV y de los que despuntaron hacen unos meses con motivo del Congreso Federal del PSOE, dentro del PSE-EE.

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El partido lo seguirá gestionando en la distancia corta el secretario general, Javier de Andrés, y la otra pata fundamental es Javier Maroto. Ambos saben que el partido quiere sintonía total entre ellos y considera “clave” que quede claro que venden “el mismo producto con diferente presentación”. Ni en bromas un roce entre ellos.

El núcleo duro lo completa Ana Salazar, una persona nada mediática, pero fundamental en la organización, con la que Alonso habla casi a diario desde Madrid. Y, naturalmente, aunque sin presencia en el organigrama alavés, está la autoridad y presencia del secretario general vasco, Iñaki Oyarzábal. Sin las personas en cuestión, se presenta, pues, un congreso “de mensaje”.

Alonso se queda cuatro años más, a petición expresa del presidente vasco, Antonio Basagoiti, a quien el acto de clausura le reserva todo el protagonismo. “Él se la va a jugar como candidato y el domingo va a sentir el respaldo de Álava”, avanzó Alonso en declaraciones a EL PAÍS.

Los alaveses del PP han preferido que no haya hoy ninguna presencia no vasca que pudiera distorsionar el mensaje o, simplemente, recordar la política nacional, las impopulares medidas de recorte adoptadas por el Gobierno de Mariano Rajoy.

El PP vasco, y el alavés, en concreto, están convencidos de no dar ya “miedo a nadie” y de tener una imagen de moderación y de partido “muy institucional”, con posiciones de “sensatez”, que el secretario general vasco, Iñaki Oyarzábal considera muy propias del “alavesismo”. De hecho, Oyarzabal cree que todo el PP vasco tiene ahora la impronta de esas caraterísticas “alavesas”; y que han sido la moderación y la centralidad nacidas en ese territorio —”puede ser que por haber gobernado entre 1999 y 2007”, dice, en referencia a los mandatos de Ramón Rabanera— la que ha impregnado al resto del partido en Euskadi e incluso ha trascendido a nivel nacional.

Consolidar la posición del Gobierno central en el territorio es clave para el PP, que achaca al PSE haber “tirado la toalla” ante la marea de “abertzalismo obligatorio”, según Oyarzábal.

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