El modelo de financiación autonómica no lo explica todo
Artículo de opinión de Julián López, portavoz de Economía del grupo parlamentario socialista en las Cortes Valencianas
La reciente publicación del informe elaborado por un grupo de expertos para la Asociación Valenciana de Empresarios (La financiación pública de la Comunitat Valenciana y sus consecuencias económicas, de Pérez, F.; Pérez, J. A.; Cucarella, V. y Beneyto, R.), ha permitido que se vuelva a hacer hincapié en el tremendo perjuicio que ha supuesto para nuestra Comunitat el modelo de financiación auspiciado por Aznar y Zaplana hace ya más de una década.
Dicho modelo, que entró en vigor en 2002, se basaba en la población existente a 1 de enero de 1.999, y al haber experimentado la Comunitat Valenciana, desde esa fecha, un crecimiento demográfico muy superior a la media de España, que el modelo no recogía, produjo un resultado muy adverso para nuestros intereses: en 2008, último año en el que estuvo vigente, recibimos un 14,3% menos de recursos por habitante que la media de España. El modelo actual, que entró en vigor en 2009, reconoció el aumento de población, y ello permitió rebajar esa diferencia hasta el 9,5% (y a un 6% si los cálculos se hacen considerando homogeneidad competencial, es decir, teniendo en cuenta que algunas comunidades han de financiar más competencias que nosotros).
Pero, en cualquier caso, el nuevo modelo resulta también insuficiente para los valencianos, pues sigue colocándonos por debajo de la media. En este caso, la razón es que el nuevo modelo se construye, en parte, sobre el anterior, el de 2002, que resultó tan dañino para nuestra Comunitat. De hecho, el informe al que estamos aludiendo pone de manifiesto que en el reparto de los nuevos fondos añadidos con la reforma del modelo la Comunitat Valenciana obtiene un 32% más que la media. Es la brecha heredada del modelo anterior la que nos otorga una financiación más baja.
El informe elaborado para AVE revela también otros datos que han tenido menor trascendencia. Pone de manifiesto que en la Comunidad Valenciana el gasto público autonómico por habitante, durante el período 2002-2009, ha sido inferior a la media en un 22%, contribuyendo a que la presencia de lo público en nuestra Comunitat se haya situado en un nivel alarmantemente bajo, inferior al habitual en los países desarrollados, e incluso al de Estados Unidos. Y esta diferencia alcanza niveles muy elevados en las políticas de servicios sociales (-44%) o en las que tienen que ver con el estímulo de la actividad económica y el crecimiento: comercio, turismo y pymes (-39%), infraestructuras (-47%), I+D+i (-55%), agricultura, pesca y alimentación (-57%), etc. ¿Obedecen estas enormes diferencias al modelo de financiación autonómica?. De acuerdo con lo expuesto en el informe, no. Recibir a través del sistema de financiación unos recursos similares a la media nos habría permitido alcanzar unos niveles de deuda más bajos, parecidos a los de la media del conjunto de comunidades autónomas, pero manteniendo todos los gastos en los niveles en que se han situado a lo largo de estos últimos años.
El Consell lleva años concediendo ventajas fiscales a las rentas altas o a los grandes patrimonios
Hay que tener en cuenta que las arcas públicas autonómicas también tienen otras fuentes de ingresos, al margen de las procedentes del sistema de financiación. Y en este caso, las diferencias con la media de las autonomías son apabullantes: mientras nuestra Comunitat obtenía de esas fuentes 387 euros por habitante, el conjunto de las comunidades lograban 804 euros. Es decir, las diversas fuentes de ingresos propios sólo proporcionaban a nuestra Comunidad recursos equivalentes a la mitad de los aportados en otras comunidades. Y este hecho resulta completamente ajeno al modelo de financiación autonómica. Tiene que ver, por ejemplo, con la política tributaria del Consell, que lleva años concediendo ventajas fiscales a las rentas altas o a los grandes patrimonios.
Por tanto, no sólo se trata del sistema de financiación autonómica. Haber recibido más recursos a través de él nos habría ayudado o a tener menos deudas o a poder gastar más en servicios sociales y en políticas de apoyo al crecimiento. Pero no a las dos cosas. Para alcanzar ambos objetivos habría hecho falta que el Consell hubiera echado mano de otras fuentes de ingresos o hubiera otras establecido otras prioridades de gasto, porque en algunas cosas si hemos gastado más que otras comunidades...
Julián López es portavoz de Economía del grupo parlamentario socialista en las Cortes Valencianas
