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Solà y Matas, SA

Los dos exaltos cargos de la Asociación Catalana de Municipios cuestionados por sus negocios con la entidad han tenido una trayectoria política coincidente.

Xavier Solà, a la izquierda, y Josep Maria Matas, en un acto electoral de CiU.
Xavier Solà, a la izquierda, y Josep Maria Matas, en un acto electoral de CiU.

Prácticamente desconocidos hace apenas dos meses, Josep Maria Matas y Xavier Solà, han pasado de la noche a la mañana a convertirse en un problema de primer orden para su partido, Convergència Democràtica de Catalunya. Ambos se encuentran en el ojo del huracán al conocerse las irregularidades que cometieron cuando dieron el salto desde la política local hasta la dirección de la Asociación Catalana de Municipios (ACM).

Los negocios que hicieron ambos con esta entidad, dedicada a prestar servicios a los municipios y financiada con dinero público, han acabado con la pujante carrera política de Matas, destituido el mes pasado como coordinador general de la Diputación de Barcelona. Es decir, era el número dos del organismo provincial y mano derecha del presidente, Salvador Esteve.

Solà, secretario general del Departamento de Cultura y también hombre de confianza del consejero Ferran Mascarell, continúa en el cargo, pero ha sido fuertemente cuestionado por la oposición al haber sido incapaz hace unos días de explicar claramente en el Parlament el fondo de sus negocios con la ACM durante su anterior etapa.

Josep Maria Matas y Xavier Solà tienen un historial político común y sus irregularidades en la Asociación Catalana de Municipios también guardan importantes similitudes. Si algo les diferencia es que la fiscalía solo investiga, por ahora, a Matas.

Fueron dirigentes de CDC en Osona y ascendieron tras las victorias electorales

Los mismos orígenes. Ambos políticos pertenecen a la misma generación y nacieron muy cerca el uno del otro, en la comarca de Osona. Matas en 1963 en Centelles y Solà en 1965 en Vic. Ambos iniciaron su trayectoria política en los Ayuntamientos de sus localidades de origen. Matas fue concejal de Juventud de Centelles, de 1983 a 1987, y Solà, de Juventud y Cultura de Vic, entre 1991 y 1999.

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Llegada a la ACM. Llegaron al mismo tiempo —en el año 2000— a la Asociación Catalana de Municipios, fundada en Vic en 1981. Matas, como secretario general de la entidad municipalista; Solà, como jefe de los servicios jurídicos.

Dirigentes de CDC. Ambos eran importantes dirigentes comarcales de Convergència. Matas ha sido presidente de CDC en Osona la última década. En el caso de Solà, fue vicepresidente primero del Consejo Comarcal de Osona en la década de 1990, mientras que entre 2007 y 2010 fue el hombre fuerte del Ayuntamiento de Vic y vocal de la junta de CDC presidida por Matas.

Ascenso político tras elecciones. Solà llegó a la secretaría general de Cultura con la victoria de CiU en las elecciones autonómicas. Meses después, Matas ascendió a coordinador general de la Diputación de Barcelona tras los buenos resultados de la coalición nacionalista en las elecciones municipales.

Compraron pisos con sus negocios y crearon empresas para poder facturar

Eternos segundos. Los dos han ido escalando posiciones en su carrera política, pero siempre entre bambalinas, como números dos. Matas pasó de ser la mano derecha de los diferentes presidentes de la ACM a serlo de Salvador Esteve, presidente de la Diputación de Barcelona y el último de los presidentes que tuvo en la entidad municipalista. Por su parte, Solà pasó de ser la mano derecha del alcalde Josep Maria Vila d’Abadal en el Ayuntamiento de Vic a convertirse en el número dos del consejero Ferran Mascarell, con quien ya había trabajado en la década de 1990 en la Sociedad General de Autores. Solà es quien maneja los hilos políticos del Departamento de Cultura, puesto que Mascarell ni siquiera es militante de Convergència.

Parejas implicadas. En el año 2009 Matas convirtió a su pareja, Judith Gifreu, —profesora de Derecho Administrativo en la UAB— en directora de la Cátedra Enric Prat de la Riba de Estudios Jurídicos Locales de la ACM. Aquel mismo año, mientras Solà era director de la Fundación Privada de Vivienda Pública de la ACM, su mujer, la arquitecto Meritxell Inaraja, fue escogida para remodelar las instalaciones de la entidad municipalista, que se niega a dar detalles del supuesto concurso que se organizó para elegir el despacho de arquitectos.

Empresas a la sombra. Matas fundó desde la sombra la compañía Parés i Solé SL, con la que facturó casi un millón de euros a la ACM, entidad de la que era secretario general. Por su parte, Solà compró EiL Sau, una empresa inactiva de Vic, para facturar 193.000 euros a la entidad municipalista. Ambos también fueron accionistas de Procomu Habitatges, la sociedad a la que la fundación de la ACM —en la que Matas era apoderado y Solà era el director— encargó la gestión de unas obras de vivienda pública en Vic.

Conducta cuestionada. Ambos han recibido críticas parecidas de los que fueron sus superiores. “Lo de Matas es amoral, aunque no sea delito”, dijo Salvador Esteve en una junta de portavoces de la Diputación pocos días antes de destituirlo. Semanas después, Josep Maria Vila d’Abadal, alcalde de Vic, reconoció ante algunos concejales que las formas de Solà en la promoción de pisos de la Serra de Sanferm eran de dudosa moralidad.

Piso en la Costa Brava. Matas adquirió tres inmuebles con Parés i Solé. Primero compró un piso en Vic, después una casa en Centelles y, finalmente, el pasado 21 de julio, un piso en L’Escala (Alt Empordà). Un año antes, en 2009, Solà había comprado un piso en Cadaqués a través de EiL Sau con el dinero que había ganado con sus negocios en la ACM. Ambos pisos están en primera línea de la costa y fueron pagados al contado.

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