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ENTREVISTA | JUAN JULIÁ

“El esfuerzo de la Universidad no lo hace ningún departamento de la Generalitat”

El rector de la Politécnica de Valencia reivindica el esfuerzo por controlar costes Juliá defiende el papel de los campus para cambiar de modelo y salir de la crisis

Juan Juliá, rector de la Universidad Politécnica de Valencia, durante la entrevista.
Juan Juliá, rector de la Universidad Politécnica de Valencia, durante la entrevista.TANIA CASTRO

Todos los presidentes de la Generalitat hasta ahora han creado una universidad. El socialista Joan Lerma inauguró la Jaume I de Castellón; Eduardo Zaplana aprobó la Miguel Hernández de Elche y Francisco Camps se inventó la Valencian International University. Pero en tiempos de crisis, parece que las universidades son el foco de todos los problemas, o que sobran. Y hay que ajustar. Recortar más.

Encima, un informe del Consell Valencià de Cultura critica la falta de inserción laboral del sistema universitario valenciano, pese a que se ha consolidado como una potente maquinaria que “representa un volumen de producción anual para la economía valenciana de 4.228 millones de euros y genera 54.638 puestos de trabajo”, según insistió el vicepresidente del Consell, José Ciscar, en la apertura de curso.

Ciscar renegoció con los rectores un aplazamiento de la deuda de casi 800 millones que la Generalitat mantiene con el sistema universitario hasta 2023, lo que ha obligado a ajustar a la baja los presupuestos universitarios de 2012 “entre el 6% y el 7%”. A finales de enero, el presidente el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, manifestó la necesidad de “hacer ver” a los rectores la “necesidad de apretarse el cinturón”. Frente a ello, el rector de la Universitat Politècnica de València, Juan Julià, defiende que el esfuerzo que han hecho las universidades valencianas ante la crisis “no lo ha hecho ningún departamento de la Generalitat”.

Pregunta. Aún así se les pide un ajuste estructural, de fondo.

Respuesta. Ya lo estamos haciendo. ¿Sabe cuánto ha disminuido la plantilla de la Politécnica? Aproximadamente en 150 profesores a tiempo completo desde 2005, cuando me hice cargo. Y 90 en PAS. Ese esfuerzo, en términos porcentuales respecto de la plantilla no lo ha hecho ningún otro departamento de la Generalitat. Y el recorte en presupuestos es del mismo orden del que ha hecho el Gobierno valenciano y, en algunos casos, superior.

“Si hay un ajuste en la Administración del 2% o del 4%, habrá que hacerlo”
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P. El Consell insiste en ir a una reestructuración de títulos.

R. Hay que ordenar mejor la oferta curricular. Esta universidad lo ha hecho: ordenar y ajustar. Teníamos 56 títulos equivalentes a grado y los hemos transformado en 34. Pero seguimos siendo el país con mayor tasa de desempleo juvenil. Algo que es muy preocupante. 100.000 jóvenes titulados de las universidades españolas están hoy en el extranjero. Lo que hay que hacer es que el mercado laboral tenga la mayor capacidad de inserción para generar el retorno, porque su formación ha costado 6.000 o 7.000 millones de euros a un Estado que no está boyante y del que van a beneficiarse otros que sí tienen crecimiento económico. Es una paradoja. Estamos exportando nuestro mejor talento.

P. ¿Puede aplicar Presidencia el decreto de ajustes a las universidades públicas?

R. La Generalitat puede, está perfectamente legitimada, a trasladar el ajuste al Plan Plurianual de Financiación (PPF). Pero el recorte directo a un capítulo de gasto es discutible. Hay un derecho fundamental en la Constitución que consagra la independencia de la Universidad pública. Una independencia que es muy saludable y deseable. Tener una universidad al servicio del poder político no es algo que en la Europa del Estado del bienestar deseen los ciudadanos.

P. ¿Fabra ha hablado de porcentajes?

“Las empresas del conocimiento no padecen la crisis, son las que crecen”

R. No. Las conversaciones han sido que, si es necesario, se aplicará el mismo ajuste que al conjunto de la Administración valenciana. Si hay un ajuste del 2% o del 4%, habrá que hacerlo. Pero serán las universidades las que lo apliquen.

P. ¿O sea que el recorte se haría sobre la subvención anual consignada en el PPF?

R. Sí. Siempre sobre el marco general de financiación y cada universidad se lo gestionaría. Todas las universidades estamos haciendo ya un importante esfuerzo por optimizar recursos.

P. ¿Están trabajando las cinco en un mapa de titulaciones?

R. Estamos hablando. No de una forma oficial, pero sí que es verdad que estamos llegando a acuerdos. Por ejemplo, nosotros hablando con la Universitat de València hemos renunciado a meter la nueva Facultad de Veterinaria, aunque tenemos un departamento de Ciencia Animal de los más potentes.

Apoyaremos el proyecto cuando la Universitat implante Veterinaria, de la misma manera que Ingeniería Biomédica se implanta en la Politècnica y, evidentemente, se hará con colaboración de profesores de las áreas de Salud de la Universitat de València. También vamos a hacer ajustes en los másteres.

El presidente ha anunciado personalmente que ese es un tema capital, el de la ordenación del ajuste de la oferta y la demanda, capital para él. También hemos mantenido conversaciones sobre el tema de aumentar la transferencia tecnológica. Me consta que, al menos, el Gobierno valenciano lo hará. Y yo estoy convencido de que al ministro Wert se lo van a pedir los consejos sociales. Hay que mejorar dos cosas: nuestra relación con el tejido productivo y la captación de recursos financieros, que no vengan del erario público.

P. ¿Hay visos de cambios estructurales con el nuevo Gobierno? Por ejemplo, en el tema recurrente de la contratación externa de docentes o de la modificación del sistema de acceso a la función pública…

“Las universidades estamos llegando a acuerdos en materia de títulos”

P. Es pronto para hacer una valoración. El ministro estuvo en el Consejo de Universidades en Salamanca. Fue una intervención corta. Sí que es verdad que hemos tenido conversaciones con los consejos sociales, en mi caso con el presidente de los consejos sociales, Joaquín Moya. Estamos perfectamente alineados en la idea de lo que en este momento son las primeras necesidades de las universidades. Una en cuanto a la orientación, que es nuestra gran asignatura pendiente de universidades y del sistema nacional de ciencia y tecnología, en el que también están las empresas, y es la transferencia tecnológica. Otro tema pasa por ajustar la oferta. Es injustificable que tengamos el 42% de títulos que apenas tienen 55 alumnos de ingreso. Algo tendremos que hacer.

Luego está el tema de la financiación. No solo en España, sino en Europa en general, es difícilmente sostenible a corto, medio y largo plazo un sistema que en el 70% u 80% sea de aportación pública. Habrá que revisar por un lado la forma de captación de más ingresos, la función esa de la transferencia puede ser buena y evidentemente debatir sobre precios públicos. Ahí los rectores tienen matiz: precios públicos que tienen que empezar porque las becas se incrementen para permitir que aquellos que tienen peores condiciones económicas, pero que tienen capacidad y se esfuerzan, tengan estudios universitarios. Y evidentemente aquellos que tienen peor rendimiento académico, tendrán que soportar otro precio.

P. ¿Se puede salir de la crisis y cambiar el modelo productivo sin la Universidad? ¿De espaldas a ella?

R. En esta universidad, a pesar de la crisis, el año pasado los contratos con empresas crecieron un 10%, que es el mejor indicador de qué tipo de empresas padecen la crisis. Las del conocimiento no la padecen. Estas empresas son las que utilizan el conocimiento, las que se relacionan con las universidades. Es eso de lo que hablamos cuando se habla de ir hacia el cambio de modelo económico, hacia la economía del conocimiento. Esas empresas crecen. El camino de la reforma de la productividad por abajo, por la reducción de los salarios, de los trabajadores, de los funcionarios, es equivocado. Es un camino falaz, de ir hacia un modelo en el que España no puede competir nunca: que es el de abaratar los costes de la mano de obra. Hemos de ir a un camino de empresas que generen un alto valor añadido y eso es aumentar la productividad por el crecimiento del valor añadido y no por la reducción de las masas salariales.

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