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Sanchis-Guarner acusa al CVC de manipular un informe suyo

Tacha de “burda y torpe manipulación” la utilización de un “documento inacabado” en el que él trabajaba “antes de ser apartado de su cargo” en julio del año pasado

Manuel Sanchis-Guarner, el autor del “borrador” sobre la idoneidad de un trabajo en torno a los estudios impartidos por las universidades valencianas, ha pedido que se retire su nombre del documento, que fue aprobado por el Consell Valencià de Cultura (CVC) el pasado 30 de enero y que ha provocado el rechazo de las cinco universidades públicas. Ayer remitió una “carta abierta” al presidente del ente consultivo, Santiago Grisolía, en la que tacha de “burda y torpe manipulación” la utilización de un “documento inacabado” en el que él trabajaba “antes de ser apartado de su cargo” en julio.

“He leído en la prensa, horrorizado, la polémica que se ha montado con motivo de la publicación del informe Estudios Universitarios y Mercado laboral y la respuesta al mismo por parte de los rectores de las universidades valencianas”. Los rectores, en un insólito comunicado conjunto calificaron el informe de “improvisación” y “falto de rigor”.

“Dicho documento no es más que una burda y torpe manipulación del informe sobre empleabilidad de los egresados universitarios en el que yo estaba trabajando cuando fui no renovado en julio pasado como miembro del CVC”, señala Sanchis-Guarner.

“Como recordarás”, le dice a Grisolía, “la idea inicial había sido tuya y yo estaba desarrollándola. En aquel momento se trataba de un borrador, aún muy inmaduro, sin corregir y sin contrastar, que, como no había sido estudiado ni aprobado en el pleno de CVC, carecía de carácter público y era, entiendo, de propiedad intelectual exclusivamente mía. De hecho, si no recuerdo mal, ni siquiera se había presentado en la Comisión de Promoción, ya que estaba incompleto, pues faltaba por comparecer el rector de la Universidad de Luxemburgo”.

“Sin autorización”

Sanchis-Guarner alega: “Sin contar en absoluto con mi autorización, los firmantes del papel se han apropiado de mi documento, lo han modificado, lo han tergiversado, le han cambiado el título y lo han presentado, teniendo el atrevimiento añadido de sugerir que el profesor Ramon Lapiedra y yo somos algo así como coautores. No me extraña que los rectores tachen al documento de falto de rigor. En el mundo universitario, el apropiarse del trabajo de otro, firmarlo y presentarlo como propio tiene un nombre y es muy feo”.

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