Agitación en las cárceles

Los funcionarios de prisiones no dejan de asestar golpes al Departamento de Justicia en su pulso por los recortes salariales. Tras las protestas del pasado mes de diciembre, ayer miércoles se vivió una nueva jornada irregular en las cárceles catalanas. En especial, en la de Quatre Camins (La Roca del Vallès), donde desde las 6.00 horas de ayer unos 200 trabajadores permanecieron concentrados. Sus compañeros del turno de mañana no pudieron acceder a la prisión -la inmensa mayoría, de forma voluntaria-, de modo que la cárcel ha seguido funcionando con una quincena de personas que se han ocupado de custodiar a los presos. "La prisión está funcionando bajo mínimos, pero garantizando siempre la seguridad de los internos", explicó el responsable de Prisiones de la UGT, Xavier Martínez, en la sede de la Dirección General de Servicios Penitenciarios, en Barcelona, donde ha pasado ya dos noches, la del martes y la del miércoles, encerrado junto con una docena de delegados sindicales.

Los problemas se han registrado, principalmente, en Quatro Camins y Brians 

"No hemos impedido el cambio de turno, son los trabajadores de la cárcel los que, como afectados, se han sumado a la protesta espontánea", subrayó Martínez, consciente de que desde las protestas de diciembre están en el punto de mira de la Generalitat y también de la fiscalía, que abrió una investigación para comprobar si en el bloqueo de la cárcel Modelo los trabajadores se habían excedido en su derecho de manifestación. En aquella ocasión, el bloqueo de la prisión provocó la suspensión de una docena de juicios, impidió que los presos recibieran visitas y les obligó, además, a mantenerse encerrados durante 17 horas en sus celdas.

 A las puertas de la cárcel de Quatre Camins, el representante sindical Francesc Cuenca aseguró que, entre otras causas, protestan por la falta de seguridad en los centros y por el despido de 500 trabajadores interinos, y piden que se incorporen a su puesto las personas que aprobaron las últimas oposiciones para funcionario de prisiones. “Estamos aquí para informar a la gente de la situación y para dar un toque a la dirección general, que no va por buen camino. Están tirando de la cuerda para ver quién la rompe”. Por su parte, Ramon Parés, director general de Servicios Penitenciarios, aseguró que su intención es retomar las negociaciones con los trabajadores y ha que “se gestionarán los servicios disponibles, que no son los mismos que los que había en 2006”.

Los problemas se han registrado registraron principalmente en Quatre Camins, aunque las protestas de los funcionarios fueron generalizadas. Durante media hora, centenares de funcionarios se concentraron también en la cárcel de Brians, aunque desde las ocho de la mañana la situación en el penal eras de normalidad. Las acciones de protesta de los sindicatos se sucedieron de forma paralela en distintos escenarios. Unos 600 trabajadores, según fuentes sindicales, se sumaron a la iniciativa de los delegados y pasaron la noche encerrados en las cárceles.

Además, los sindicatos trabajan ya en otras propuestas y tienen previsto "trabajar a reglamento" en las cárceles de Lledoners, Modelo y Ponent. Eso significa, dice Martínez, que los funcionarios actuarán con un respeto exquisito por los protocolos para evidenciar la falta de recursos humanos en las prisiones, que están masificadas, a su juicio. "Para mover internos hay que identificarles a todos, uno a uno, y cachearles. Eso normalmente no lo podemos hacer porque no hay gente. Pues bien, hoy lo haremos".

A las 10.00 del miércoles, cuatro horas después del inicio de las protestas, el Departamento de Justicia aún no había podido ofrecer una radiografía mínima de la situación en las cárceles catalanas. El anuncio a los sindicatos el martes de que no se abrirán este año las cárceles de Figueres y Tarragona fue el incidente que motivó el encierro. Las negociaciones se retomaron ayer por la tarde llegando las dos partes a un principio de acuerdo. El diálogo está previsto que continñúe hoy y mañana. Los sindicatos también denuncian las condiciones de inseguridad en las que trabajan: la falta de personal, insisten, han generado una situación de indefensión.