‘Lo demás es aire’, crónica de un lugar llamado tiempo

Juan Gómez Bárcena, investigador y cronista del pasado, convierte el pueblo cántabro de Toñanes en la honda y terrible representación de la memoria humana

Molino de agua abandonado en la costa de Toñanes.Luis Miguel Martin Presno (Getty Images/iStockphoto)

Toñanes se está desvaneciendo, es un pueblo a 38 kilómetros de Santander casi sin habitantes donde, por no haber, ni siquiera hay bar. Pero es también la patria que Juan Gómez Bárcena ha adoptado como propia porque allí están sus raíces y allí ha veraneado desde que nació. Gracias a Lo demás es aire, Toñanes es desde ahora una...

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Toñanes se está desvaneciendo, es un pueblo a 38 kilómetros de Santander casi sin habitantes donde, por no haber, ni siquiera hay bar. Pero es también la patria que Juan Gómez Bárcena ha adoptado como propia porque allí están sus raíces y allí ha veraneado desde que nació. Gracias a Lo demás es aire, Toñanes es desde ahora una de las metáforas más minuciosas y hermosas de la indefectible perduración y reiteración, de la mudanza y disolución de todos los afanes humanos, de los eternos gozos y congojas. Puede parecer una novela locativa, consagrada a un paisaje concreto asociado a la biografía sentimental del autor, pero, sin dejar de ser eso, se agiganta hasta convertirse en una honda y terrible representación del tiempo.

Ya en la novela anterior, Ni siquiera los muertos (2020), Gómez Bárcena había recorrido épocas diversas (desde el siglo XVI hasta ahora) a través del perseguidor Juan Toñanes que andaba a la caza del Padre, culpable de haber traducido la Biblia al castellano. Pero ahora la gestión de la temporalidad narrativa ha cobrado una audacia y una complejidad sin precedentes, porque el relato salta hacia atrás años y siglos y regresa al 2021 pandémico o al 2019 en que prestan testimonio los últimos lugareños de Toñanes. El vaivén alcanza su frenesí en algunos capítulos de carácter enumerativo en los que lo narrado pasa de una línea a la otra —y a veces en la misma frase— de 2016 a 1858, a 1992, a 1690, a 1708, a 1315, a 2003, a 1776 o al 13599 antes de Cristo. Son capítulos aglutinados por un asunto (la lluvia, los olores, la fruición sexual, el miedo a perder un hijo…) y que resultan tan vertiginosos como eficaces al subrayar, en el sincopado viaje entre tiempos, la esencial invariabilidad de la existencia humana: los mismos terrores y anhelos, idénticas miserias y virtudes, parecidos consuelos y esperanzas, gozos y duelos. Otros capítulos se encargan de recordar que ese trayecto básico concluye siempre igual: con la muerte y el olvido. Todos los vecinos, reducidos a lo sumo a una acción o un atributo, van a parar a un lacónico “murió, fue enterrado”.

Para mitigar la desorientación del lector, Gómez Bárcena indica en los márgenes —como se hacía en los registros diocesanos que consultó y que cita— las fechas, pero lo que fortalece la cohesión de la obra no es ese recurso (que por cierto se empleó en una novela gráfica extraordinaria, Aquí, de Richard McGuire, traducida en 2015 por Salamandra), sino la singularización de algunos personajes a lo largo de los siglos. Son muchos, como Luis y Teresa en 1947, que tras un baile se separan sin darse el nombre, o Antonio Collado, que zozobró en 1819 en la Antártida cuando navegaba para combatir a los sublevados criollos, o la conmovedora pareja de Juan y Juliana en 1640. O, en fin, Mercedes y Emilio, que compran en 1984 una casa en Toñanes y van a ser los padres de un niño apasionado por los vestigios del pasado, por los dinosaurios y los amonites.

Este niño es, previsiblemente, Juan Gómez Bárcena, lo que se hace evidente de manera gradual, cuando se le presenta como investigador del pasado, compilador de testimonios, visitante del Archivo Diocesano y, en definitiva, autor del libro sobre Toñanes que los viejos del lugar esperan poder ver publicado. Y aquí está. En él encontrarán los rincones familiares, como los acantilados de El Bolao o la cueva de Novales, y hasta los cuentos tradicionales de ojáncanos y anjanas en boca de Pascuala (en 1904), pero no deben engañarse, porque el libro no trata del pueblo, sino de los destinos ineluctables de hombres y mujeres en todo tiempo y lugar. Toñanes es ya una metáfora de la memoria humana.

Lo demás es aire

Autor: Juan Gómez Bárcena.


Editorial: Seix Barral, 2022.


Formato: tapa blanda (536 páginas. 21,90 euros) y e-book (euros).

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