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Milei y Fernández inician la transición y los mercados acogen el relevo con fuertes subidas

El papa Francisco telefonea al ultraderechista, que lo había llamado “representante del maligno”

Federico Rivas Molina
Javier Milei y Alberto Fernández
Javier Milei y Alberto Fernández, en la residencia presidencial de Olivos, en Buenos Aires, el 21 de noviembre.MATIAS BAGLIETTO (REUTERS)

Argentina inicia la transición de Gobierno. El presidente, Alberto Fernández, recibió este martes en su residencia a Javier Milei, el ultraderechista que ganó la segunda vuelta electoral del domingo. El tono del encuentro fue amable y respetuoso, según informaron desde la Casa Rosada, y sirvió para que los coordinadores de sus respectivos equipos se pongan de acuerdo con la agenda para el traspaso de información. Arranca ahora un acelerado proceso de solo tres semanas, en las que el ultra deberá además definir los nombres de sus ministros.

La mayor expectativa está en el nombre del titular de Economía, futuro responsable de sacar a Argentina de su peor crisis desde la sufrida en 2001, la del corralito y el “que se vayan todos”. El mismo espíritu de protesta encumbró a Milei en el poder, pese a que era un desconocido de la política hace solo dos años. Los mercados, en cualquier caso, celebraron el triunfo de un candidato que prometió en campaña dolarizar la economía, privatizar empresas y liberar el comercio de aranceles y trabas burocráticas. La Bolsa de Buenos Aires se disparó hasta el 20,8% en la apertura tras un lunes festivo, impulsadas sobre todo por la petrolera estatal YPF, que estará, según Milei, en venta.

La reunión entre Fernández y su sucesor estaba prevista para el lunes, pero diferencias sobre el sitio y la hora obligaron a posponerla hasta el martes. Hubo alrededor más expectativa por el tono que por el contenido, que se limitó, finalmente, a lo protocolario. Milei hizo campaña con la promesa de “exterminar” al kirchnerismo, la versión del peronismo que domina la política argentina desde hace 20 años, pero en el cara a cara con Fernández cuidó las formas.

“El encuentro se llevó adelante en la residencia presidencial de Olivos, con el objeto de dar inicio al proceso de transición institucional entre los equipos designados por ambos en las distintas áreas de gobierno”, comunicó la Casa Rosada. El traspaso de información se hace ministerio por ministerio, pero esta vez tendrá una dificultad extraordinaria por la decisión de Milei de reducir de 18 a ocho el número de carteras, el primer paso de su objetivo de Estado mínimo. El cambio más radical afectará a los ministerios de Salud, Educación, Desarrollo Social y Trabajo, que se fusionarán en una única dependencia que se llamará Capital Humano.

El recorte de gastos se completará con una ambiciosa agenda de privatizaciones, solo comparable a la que Menem emprendió en la década del noventa. El kirchnerismo revirtió muchas de aquellas ventas, como YPF, la empresa de agua y Aerolíneas Argentinas. La promesa de que volverán a manos privadas entusiasma a los mercados, que han abrazado al ultraderechista. La Bolsa de Buenos Aires subió casi un 22% minutos después de la apertura, impulsada por un alza del 40% de las acciones de la petrolera estatal. Por eso no hubo martes negro, un temor que sobrevolaba tras un lunes sin actividad financiera.

El Gobierno no aplicó esta vez una devaluación de la moneda, como hiciese tras la derrota de su candidato y ministro de Economía, Sergio Massa, en las primarias celebradas en agosto. La cotización del dólar blue, que se rige por la oferta y la demanda en el mercado informal, se mantuvo alrededor de los 1.000 pesos, sin saltos significativos. “La relación del mercado con el kirchnerismo fue siempre conflictiva y el fin de ese modelo económico entusiasma muchísimo a los operadores bursátiles y a los inversores”, señala Javier Timerman, de Adcap Grupo Financiero. Timerman agrega que el sector financiero ve con buenos ojos las reformas prometidas por Milei, como un gran ajuste fiscal y las privatizaciones, además de su compromiso de honrar los compromisos de la deuda externa. La mayor duda es sobre la capacidad que tendrá para sacar adelante sus medidas. “El apoyo del [expresidente Mauricio] Macri le da credibilidad y apoyo político para gobernar. Creo que Milei hubiese ganado sin su apoyo, pero la reacción del mercado no hubiese sido igual”, dice Timerman.

Una llamada del papa Francisco

Javier Milei recibió como ganador de las elecciones presidenciales una llamada de felicitación del papa Francisco, un gesto habitual que esta vez adquirió una gran relevancia política. El ultra hizo campaña despotricando contra su compatriota, al que acusaba de ser “representante del maligno en la tierra” y de “estar del lado de las dictaduras más sangrientas”. La conversación duró ocho minutos y terminó con una invitación al Papa a visitar Argentina durante 2024.

Jorge Bergoglio fue cardenal en Buenos Aires hasta que fue nombrado Papa en 2013. Desde entonces estuvo en Chile, Brasil, Paraguay, Bolivia, Colombia y otros países de América Latina, pero nunca regresó al suyo para no interferir en la política doméstica. Sus palabras desde el Vaticano son interpretadas en Argentina como mensajes en clave hacia el Gobierno y la oposición, pese a los esfuerzos de Bergoglio por desmentirlo. Milei sacó provecho de este ruido en las comunicaciones y cargó con furia contra Francisco, mientras su rival, Sergio Massa, lo consideraba “el argentino más importante de la historia”.

Durante el último debate presidencial, celebrado una semana antes de las elecciones, Milei pidió disculpas a Francisco. Dijo que había lanzado sus insultos “cuando todavía no estaba en política”. “No tengo problema en repetir que estoy arrepentido de eso”, dijo. El Papa aceptó el gesto, con la intención de cerrar la grieta que se había abierto entre ellos.

Vuelve Cristina Kirchner

La vicepresidenta, Cristina Kirchner, reaparecerá este miércoles para un encuentro con Victoria Villarruel, la ultraderechista que la reemplazará en el cargo a partir del 10 de diciembre. La expectativa es enorme. Villarruel, de 48 años, representa en política todo lo que la dirigente peronista detesta. Nieta e hija de militares, lleva años exigiendo la libertad de los condenados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura. Se opone además a la ley de aborto aprobada en 2020 y otras normas que son el orgullo de los sectores progresistas de Argentina, como las de matrimonio igualitario.

Villarruel despotrica en público contra la presencia en el actual Gobierno de lo que llama “hijos de terroristas”, y considera a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, “un personaje siniestro”. Las críticas apuntan al corazón de una de las principales banderas del kirchnerismo, la de los derechos humanos.

Cristina Kirchner se mantuvo al margen de la campaña por la presidencia y dejó el trabajo en manos de Sergio Massa, su candidato. Incluso tenía programado para esta semana un viaje a Italia, donde daría una charla en una universidad. Decidió suspenderlo tras la derrota del peronismo, mucho más abrumadora de lo esperado.

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Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.
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