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Ni Massa ni Milei podrán tener el control del Congreso argentino

El peronismo conservará la primera minoría en ambas cámaras, gane quien gane en la segunda vuelta presidencial, pero tendrá que dialogar con una oposición fracturada

José Pablo Criales
Javier Milei saluda al candidato Sergio Massa
Javier Milei y Sergio Massa se saludan tras el último debate presidencial en Argentina, el pasado 8 de octubre en Buenos Aires.Agustín Marcarian / POOL (EFE)

Las elecciones de este domingo en Argentina han dejado un final abierto en el que el peronista Sergio Massa se enfrentará al ultra Javier Milei en una segunda vuelta el próximo 19 de noviembre. Pero el panorama político ya ha cambiado para siempre: la ultraderecha, que hasta este domingo contaba con apenas tres diputados en todo el Congreso argentino, se ha convertido en la tercera fuerza tanto en diputados como senadores. La Libertad Avanza, el partido de Milei, ha conseguido 35 bancas nuevas en la Cámara baja, y ha ampliado su bloque a 38 de los 257 diputados. En la Cámara alta, donde hasta ahora no ocupaba ningún escaño, los ultras han conseguido ocho de los 72 asientos. No importa quién gobierne a partir del próximo 10 de diciembre, ni Massa ni Milei podrán tener el control del Congreso.

La irrupción de la ultraderecha amenaza con tensar aún más la falta de consensos en el Congreso argentino, donde ningún partido tenía la mayoría y el juego entre el peronismo y su oposición se había convertido en sabotear las sesiones del otro para que no lograsen el quórum, o en negociar con las fuerzas minoritarias para conseguir una mayoría simple en proyectos muy concretos. En los últimos meses, el Gobierno peronista había logrado aprobar una ley para que los trabajadores dejen de pagar impuestos a las ganancias y la oposición reformó la ley nacional de alquileres para bajar los periodos de contratos y prohibir los anuncios en dólares que se han vuelto comunes por la inflación, en el 140% interanual. Ambos consiguieron aprobar estos proyectos con el voto de fuerzas minoritarias, como el peronismo conservador o los partidos regionalistas, pero a partir del próximo año tendrán que convencerse para sacar adelante sus proyectos.

La cámara de diputados del Congreso argentino, según el escrutinio provisional de las elecciones generales del domingo 22 de octubre.
La cámara de diputados del Congreso argentino, según el escrutinio provisional de las elecciones generales del domingo 22 de octubre.
La cámara de senadores del Congreso argentino, según el escrutinio provisional de las elecciones generales del domingo 22 de octubre.
La cámara de senadores del Congreso argentino, según el escrutinio provisional de las elecciones generales del domingo 22 de octubre.

El peronismo retendrá la primera minoría en ambas cámaras, pero necesitará negociar con la oposición para pasar cualquier proyecto de ley de la Cámara baja a senadores. Argentina renueva parte del Congreso en elecciones legislativas cada dos años. En esta elección tocaba renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, es decir, repartir 130 escaños en diputados y 24 para senadores. Según el escrutinio provisional, el peronismo retendrá 108 de las 257 bancas de diputados, quedando a 21 votos del quórum. En el Senado, el oficialismo ha logrado sumar dos escaños y tendrá 34 de los 72 asientos, quedando a tres de la mayoría. La alianza más castigada ha sido la de Juntos por el Cambio. La derecha tradicional ha perdido 25 diputados (su bloque se quedará con 93 votos) y nueve senadores (retiene 24).

Javier Milei se convirtió en diputado en las elecciones de medio término de 2021. Era el tertuliano más popular de la televisión, cautivaba audiencias gritando contra el gasto estatal y consiguió cinco escaños en una alianza con otras fuerzas que aglutinaban a conservadores en la política social y libertarios en la economía. Milei ya quería ser presidente, pero pocos lo tomaron en serio: no presentó ningún proyecto de ley, decidió sortear su sueldo como denuncia a “los privilegios de los políticos”, y su bloque quedó reducido a tres personas tras las peleas internas: él, su hoy candidata a vicepresidenta Victoria Villarruel, una abogada conservadora que reivindica a los militares de la dictadura, y la trabajadora social Carolina Píparo, que acaba de fracasar como candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires, el distrito más poblado de Argentina.

Milei entró prácticamente solo al Congreso en 2021. Ahora lo acompañará una tropa de lo más diversa. Entre sus congresistas tendrá a abogados, economistas, hijos de represores de la dictadura militar, pastores evangélicos, influencers de las redes sociales y hasta a su estilista. Destacan, por ejemplo, la economista Diana Mondino, analista de riesgos y profesora de Finanzas del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (CEMA), primera diputada por la ciudad de Buenos Aires, la pastora evangélica y abogada antiaborto Nadia Márquez, de la provincia de Neuquén, o Ricardo Bussi, hijo del gobernador militar que controló su provincia, Tucumán, durante la dictadura, y que se convirtió en el gran aliado de Milei fuera de Buenos Aires.

Lilia Lemoine, elegida como diputada, acompañada de Javier Milei.
Lilia Lemoine, elegida como diputada, acompañada de Javier Milei.CORTESÍA

Algunos de los nuevos diputados ultra ya empezaron a protagonizar escándalos. Días antes de las elecciones, Lilia Lemoine, estilista personal de Milei, anticipó en una entrevista que su primer proyecto legislativo ofrecerá a los hombres la posibilidad de renunciar a la paternidad si la mujer “pinchó” el preservativo para “engañarlos”. “No me parece justo que un hombre tenga que hacerse cargo económicamente de una criatura hasta los 18 años cuando no lo quiso tener”, dijo Lemoine, que indignó al resto del arco político. No fue la única. En otra entrevista, el primer candidato a la provincia de Buenos Aires, Alberto Bertie Benegas Lynch, hijo del “referente ideológico” de Milei, decía que “el tema del medioambiente” se resolvía “asignando derechos de propiedad”. Habló de “otorgar derechos de propiedad del mar”. Según su razonamiento, las gallinas y las vacas no se extinguen porque tienen propietario, contrario a lo que pasa con “las ballenas, los elefantes y demás”. Tanto Lemoine como Benegas Lynch han conseguido un escaño este domingo y tendrán tribuna abierta en el Congreso desde el próximo año.

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Sobre la firma

José Pablo Criales
Es corresponsal de EL PAÍS en Buenos Aires. Trabaja en el diario desde 2019, fue redactor en México y parte del equipo de la mesa digital de América. Es licenciado en Comunicación por la Universidad Austral y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS.

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