_
_
_
_
_

El macrismo se recluye en su primer bastión, la ciudad de Buenos Aires

La declinación del candidato peronista a participar en una segunda vuelta que daba por perdida otorga al primo del expresidente Macri la jefatura del distrito que el Pro controla desde 2007

José Pablo Criales
Jorge Macri tras la primera vuelta del 22 de octubre, en Buenos Aires (Argentina).
Jorge Macri tras la primera vuelta del 22 de octubre, en Buenos Aires (Argentina).MATIAS MARTIN CAMPAYA (EFE)

El apellido Macri volverá a gobernar la ciudad de Buenos Aires. Jorge Macri, primo del expresidente Mauricio Macri, será el próximo jefe de Gobierno de la capital argentina. Antiguo intendente de un municipio rico del cordón urbano que rodea la ciudad, Macri se ha convertido este martes en el último heredero de una hegemonía de 15 años que inauguró su primo al conseguir la alcaldía de Buenos Aires por primera vez en 2007. Mientras su alianza nacional, Juntos por el Cambio, sufre tras quedar fuera de la segunda vuelta presidencial, el macrismo retiene el poder en su lugar de origen.

La alcaldía de la ciudad de Buenos Aires había quedado en el aire tras las elecciones del domingo. Jorge Macri había conseguido el 49,6% de los votos, a cuatro décimas de ganar en primera vuelta. La segunda vuelta la debería haber peleado contra el candidato del peronismo, Leandro Santoro, que consiguió el 32,20%. Santoro ha decidido este martes bajarse de la carrera para “concentrar esfuerzos” en la campaña presidencial que enfrentará su partido contra el ultra Javier Milei.

“Una lectura realista del resultado electoral, sumado al apoyo explícito de Javier Milei a Jorge Macri, nos dan la pauta de que sería insensato forzar un ballotage”, anunció Santoro en un comunicado. “Consideramos que la estrategia correcta que nos demanda este momento histórico es concentrar nuestros esfuerzos en defender la democracia frente a la amenaza autoritaria, contribuyendo a que Sergio Massa gane en la Ciudad de buenos Aires y sea electo Presidente de la Nación”.

El peronismo ha priorizado la campaña presidencial. Santoro tenía pocas chances de dar vuelta una elección en la que su rival le llevaba 17 puntos de ventaja, más de 300.000 votos, y necesitaba solo 6.000 más para hacerse con la alcaldía. Macri tenía dónde cosecharlos: el 14% de la ciudad votó al candidato de la ultraderecha, Ramiro Marra, que quedó en tercer puesto. Marra ha permanecido en silencio desde las elecciones, pero su jefe político, Javier Milei, se tentó con apoyar a Macri en una segunda vuelta felicitándolo por los resultados del domingo.

La segunda vuelta en la ciudad debía celebrarse el mismo día de la segunda vuelta presidencial, y el peronismo interpretó que una campaña en la que la ultraderecha sumara fuerzas con la derecha tradicional perjudicaría su carrera hacia la presidencia. “La decisión de Santoro es muy valiente y sensata”, celebró el candidato peronista, Sergio Massa, que se impuso con el 36,6% en el domingo pasado y definirá el cargo contra Milei (29,9%) el próximo 19 de noviembre.

Jorge Macri acaba de recibir una herencia enorme. No solo será jefe de Gobierno en la ciudad mas grande del país, también se convertirá en el referente de su partido con mayor visibilidad en el mapa nacional. Tras el año electoral, la Alianza de Juntos por el Cambio gobernará la capital y 10 de las 23 provincias, pero solo dos de ellas con candidatos de Propuesta Republicana, el PRO, el partido de Mauricio Macri: Chubut, en el sur, y Entre Ríos, en la frontera con Uruguay. El mapa de poder de Juntos por el Cambio está cambiando tras el fracaso electoral. Patricia Bullrich, la conservadora de ala dura que se quedó con la candidatura tras las primarias, quedó en tercer puesto con el 23,8% de los votos y dejó a los partidos que componen su alianza discutiendo en privado si apoyarán a la ultraderecha o al peronismo en las presidenciales.

Bullrich había desplazado al moderado Horacio Rodríguez Larreta, actual alcalde de Buenos Aires, que había sido el delfín de Mauricio Macri cuando dejó la ciudad por la presidencia en 2015. Macri no le dejó elegir su propio sucesor y le impuso a su primo. La polémica escaló más allá del nepotismo. Jorge Macri, intendente en licencia de Vicente López, un municipio rico de la provincia de Buenos Aires, no cumplía con un requisito elemental para gobernar la ciudad: vivir en ella. La Constitución de la ciudad exige que los candidatos vivan en ella por lo menos los cinco años “anteriores a la fecha de elección”. Jorge Macri fue habilitado porque un tribunal tomó por buenos los años que vivió en Buenos Aires durante su juventud.

“Quiero agradecer nuevamente a todos los que confiaron en nosotros, asumo el compromiso que significa”, escribió Jorge Macri en sus redes sociales tras conocer la renuncia de su contrincante. “Nos esperan cuatro años de trabajo y cambios. Estamos preparados para empezar juntos una nueva época”.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

José Pablo Criales
Es corresponsal de EL PAÍS en Buenos Aires. Trabaja en el diario desde 2019, fue redactor en México y parte del equipo de la mesa digital de América. Es licenciado en Comunicación por la Universidad Austral y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_