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La guerra de Ucrania renueva el interés de Europa por América Latina

La crisis energética y alimentaria, el acuerdo entre Bruselas y Mercosur y los derechos humanos son algunos de los puntos tratados en la cumbre de la Celac y la UE en Buenos Aires

Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell (izq), en rueda de prensa con el canciller argentino, Santiago Cafiero, en Buenos Aires
El Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell (izq), en rueda de prensa con el canciller argentino, Santiago Cafiero, en Buenos Aires.JUAN MABROMATA (AFP)

Pasaron cuatro años, una pandemia y una guerra en el corazón de Europa desde el último encuentro. Este jueves, Buenos Aires ha recibido a 54 delegaciones de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y de la Unión Europea (UE) en una cumbre marcada por el impacto mundial de la invasión rusa en Ucrania, la recuperación económica tras la covid-19, los efectos de la nueva agenda verde europea en el comercio con los países latinoamericanos y los derechos humanos.

La invasión de Rusia a Ucrania ha revalorizado el carácter estratégico de Latinoamérica, un continente con ingentes recursos energéticos y minerales y sin conflictos armados. Está muy avanzado un acuerdo comercial entre la Unión Europea y Chile y otro entre el bloque europeo y México, mientras que España presiona para destrabar las conversaciones entre la UE y Mercosur, estancadas ahora por nuevas exigencias medioambientales de Europa. “Son ya más de dos décadas desde que empezamos a negociar. Es normal que nuestros hermanos latinoamericanos no comprendan por qué no entra en vigor. Si por España fuera estaría en vigor ya, mañana”, afirmó el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares Bueno.

“Siempre digo a mis colegas europeos en Bruselas que esta es la región más compatible con Europa. Hablan nuestros idiomas, porque una parte de la población viene de Europa y porque una buena parte de la población de América Latina se ha trasladado a Europa y viceversa pero, sobre todo, porque compartimos unos valores y en estos momentos es fundamental. Europa y América Latina creemos en la paz, creemos en el multilateralismo, en la legalidad internacional y en la abolición de la guerra como forma de resolver conflictos”, agregó Albares Bueno.

Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, ha resumido la reunión como un “reencuentro” que no debería verse como “una consecuencia mecánica de las necesidades” de Europa en medio de la guerra en Ucrania, y ha insistido en que “hace ya tiempo que se viene incubando el sentimiento de que América Latina y el Caribe no están lo suficientemente alto en la agenda política europea”. Borrell ha puesto la mirada en la segunda mitad de 2023, cuando España asuma la presidencia temporal del Consejo de la Unión Europea: “Tiene que ser el año de América Latina en Europa y de Europa en América Latina”.

El presidente argentino, Alberto Fernández, ha dejado claro que el interés es mutuo, pero ha exigido a Europa que entienda la necesidad de los países latinoamericanos de garantizar la seguridad alimentaria y energética de la población y tener acesso a tecnología europea que favorezca la industrialización regional. “Allá en el norte se disparan misiles, pero en el sur pasamos hambre. Allá en el norte se disputan el gas, pero acá en el sur nos falta la energía para poder desarrollarnos”, ha dicho Alberto Fernández al inaugurar la reunión en su calidad de presidente anual de la Celac.

La agenda de la reunión internacional ha buscado establecer una agenda común para fortalecer el multilateralismo. La empañan las violaciones a los derechos humanos en Venezuela, Cuba y Nicaragua y la tensión entre esta última y la UE, que ha expulsado a sus embajadores en las últimas semanas. “Somos 54 países que no pueden estar de acuerdo en todo y con algunos ciertamente no lo estamos”, ha afirmado Borrell en conferencia de prensa, donde ha defendido las sanciones europeas al régimen nicaragüense porque “no afectan a los ciudadanos”, en comparación al “bloqueo americano contra Cuba” al que se opone la UE.

El canciller argentino, Santiago Cafiero ha destacado un multilateralismo donde se promueva “un ámbito donde se exalten las diferencias”. “Se trata hacer reuniones donde no se impone el imperialismo desde un pensamiento único”, ha defendido.

Pendientes de Brasil

Brasil ha sido el gran ausente de la cumbre por decisión de su presidente, Jair Bolsonaro. Aún así, la segunda vuelta electoral del domingo en el gigante latinoamericano son seguidas con atención por todos los cancilleres participantes. El expresidente Lula da Silva tiene una estrecha ventaja sobre Bolsonaro, blanco de críticas de diversos países europeos por la deforestación de la selva amazónica y su falta de compromiso medioambiental. Un cambio de Gobierno reduciría las reticencias del socio europeo en esta materia para alcanzar un acuerdo con Mercosur.

“[El acuerdo UE-Mercosur] no va a ser para mañana”, ha admitido Borrell. “Los europeos tenemos que concretar cuáles son muestras demandas de protección ambiental. Esto nos permitirá proteger los bienes públicos globales”. “Venimos trabajando en los aspectos en los que sí podemos avanzar”, ha dicho Cafiero.

La parálisis que sufre este acuerdo multilateral contrasta con la velocidad a la que avanzan los bilaterales de la UE con Chile y México. El primero podría firmarse antes de finalizar el año y el segundo a principios de 2023, según fuentes comunitarias. Con Argentina, el bloque europeo negocia un Memorándum de entendimiento en cuestiones energéticas.

“Argentina es una potencia energética en ciernes, en especial en gas”, ha admitido el Alto Representante de la UE, en referencia al interés del bloque de buscar alternativas al gas ruso. Borrell ha señalado que el principal problema del país sudamericano es que tiene grandes reservas —en especial en la formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta— pero necesita infraestructura para transportar el gas. Fuentes oficiales señalan que el precio elevado de los hidrocarburos en el mercado internacional puede atraer inversiones, pero es necesaria también una estabilidad macroeconómica de la que hoy día Argentina carece.

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