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Argentina se compromete a cumplir el acuerdo con el FMI

La nueva ministra de Economía, Silvina Batakis, lanza un paquete de medidas promercado para calmar los ataques contra el peso y controlar la disparada de la inflación

Federico Rivas Molina
Silvina Batakis
Silvina Batakis, ministra argentina de Economía, hace anuncios económicos desde la sede de Hacienda en Buenos Aires, este 11 de julio.JUAN MABROMATA (AFP)

Argentina se esfuerza por recuperar la credibilidad perdida. Tras una semana de vértigo por la renuncia de Martín Guzmán como ministro de Economía, el Gobierno de Alberto Fernández ha presentado una serie de medidas promercado. La sucesora de Guzmán, Silvina Batakis, dijo en rueda de prensa que su gestión honrará el acuerdo firmado en enero con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y anunció un recorte del gasto público, tasas de interés positivas para doblegar una inflación que supera el 60%, el congelamiento de la masa salarial del Estado y un compromiso con la reducción del déficit. Tampoco está en sus planes, dijo, una devaluación del peso que acomode el tipo de cambio oficial del dólar con el que rige en el mercado informal, un 100% más alto.

Batakis habló el lunes una hora antes de la apertura de la Bolsa y las operaciones cambiarias, en un intento por neutralizar las convulsiones que siguieron a la salida intempestiva de Guzmán, la semana pasada. El ministro saliente era el garante del acuerdo con el Fondo, una función ingrata que lo puso en la mira del sector de la coalición de Gobierno que responde a la vicepresidenta, Cristina Kirchner. El exministro resistió el fuego amigo del kirchnerismo, hasta que sintió que había perdido el respaldo de Fernández y renunció. Su salida sumió a la Casa Rosada en una grave crisis institucional. El presidente no encontraba el nombre de un reemplazo que pasase el filtro de Kirchner, mientras circulaban rumores de que incluso estaba dispuesto a presentar su renuncia.

La elección de Batakis, un cuadro técnico muy respetado pero sin volumen político, encendió todas las alarmas. Su cercanía a Kirchner hizo temer una relajación de las pautas fiscales acordadas con el Fondo y más emisión monetaria. La ministra se apuró a aclarar que era “una defensora el equilibrio fiscal”. Y presentó este lunes un paquete de medidas que cuadran con el plan que le costó el cargo a su predecesor, Guzmán. Si Kirchner le dio o no el visto bueno al ajuste de Batakis no está claro. Durante un mitin celebrado el sábado, la expresidenta al menos no humilló en público al presidente ni disparó contra la nueva ministra. Sus dardos fueron en cambio contra Guzmán, erigido ahora como el responsable del fracaso del Gobierno en materia económica.

Las medidas anunciadas por Batakis van en la línea del acuerdo con el Fondo. Tras los anuncios, el propio presidente Fernández pidió a los mercados “que entiendan que Argentina está dispuesta a controlar el gasto público y seguir el camino [de reducción] del déficit fiscal”. “No vamos a gastar más de lo que tenemos”, sintetizó más temprano la ministra, en lo que parece que será el nuevo mantra de la Administración.

Entre las medidas anunciadas está el congelamiento de nuevos nombramientos en el sector público y un control de las erogaciones del Tesoro “acorde con la proyección real de la caja”. Sobre el acuerdo con el Fondo, Batakis dijo que se había firmado “como Estado”, y que por lo tanto debía cumplirse, sea o no del gusto de toda la coalición de Gobierno. En las metas está la reducción del rojo en las cuentas públicas a cero en 2024, metas de acumulación de reservas y una reducción de la emisión monetaria como remedio contra la inflación.

Este último punto es lo que más quita el sueño a Batakis. El jueves se conocerá el IPC de junio, pero la mirada estará puesta en el dato del mes en curso, cuando, se especula, podría alcanzar los dos dígitos. La semana pasada, los supermercados registraron subidas de hasta 40% en algunos productos y el temor a una devaluación desprolija generó desabastecimiento. “Lo que sucedió no tiene explicación técnica, son especulaciones”, dijo este lunes la ministra. El IPC esta disparado, incluso con las tarifas de los servicios públicos prácticamente congeladas desde el final del Gobierno de Mauricio Macri, en 2018. Liberar las tarifas es otro de los desafíos de equilibrista que tiene Batakis.

Los argentinos pagan hoy en promedio por el consumo mensual de gas lo que cuestan tres litros de leche envasada. Mantener pisadas las tarifas costaron al Estado 11.000 millones de dólares en subsidios a las empresas generadoras durante 2021, cifra que escalará este año a casi el doble producto de la guerra en Ucrania. Guzmán había propuesto antes de su renuncia subidas de tarifas segmentadas según el nivel de ingresos de los usuarios, pero el kirchnerismo bloqueó su plan. Un aumento semejante, dijeron, golpeaba a los más pobres, base electoral del peronismo. Pero Batakis ratificó que esta misma semana entrará en vigencia la segmentación ideada por su predecesor, una voltereta política que pone en evidencia la tregua alcanzada en el interior de la Casa Rosada. El tiempo dirá si la entente resistirá lo suficiente.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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