Colombia elegirá el domingo entre el cambio y la incertidumbre económica, según Fitch

Si Gustavo Petro gana las elecciones presidenciales de Colombia este domingo, esto conducirá a un cambio en la política económica; mientras que si Rodolfo Hernández resulta ganador, esto supondría una “significativa” incertidumbre. Este es el análisis de la empresa calificadora de riesgo crediticio Fitch Ratings, publicado este lunes como antesala a los comicios. “La elección del próximo presidente de Colombia conducirá a un ajuste en los objetivos de política económica bajo Gustavo Petro o una incertidumbre política significativa bajo Rodolfo Hernández”, dice el reporte firmado por los analistas Richard Francis y Mark Brown.

En el centro de sus propuestas económicas está el futuro del sector de hidrocarburos, el cual aporta aproximadamente el 3,3% del producto interno bruto (PIB), ya que el petróleo es la principal fuente exportadora del país sudamericano. Ambos candidatos han hecho promesas de aminorar la dependencia del país en industrias extractivas, como el petróleo, para iniciar una transición hacia energías renovables.

“Petro se ha comprometido a romper con algunos elementos clave de la política económica de Colombia, en particular poniendo fin a la dependencia del petróleo deteniendo la exploración y centrándose en las energías renovables en un esfuerzo por diversificar la economía”, dicen los analistas de Fitch sobre el candidato de izquierda, quien en la primera vuelta electoral obtuvo 40% de los votos.

Hernández obtuvo el 28%, pero las encuestas indican que la brecha se ha cerrado y apuntan a un empate técnico. Petro parece haber moderado algunos compromisos políticos durante la campaña de segunda vuelta en un intento por atraer más votantes moderados. El candidato también ha abogado por una transición a la energía limpia y la reforma del sistema de regalías del sector minero, para aumentar los ingresos de los gobiernos regionales en donde se encuentran los campos petroleros.

Ambos candidatos llegarán al poder con poco apoyo del Congreso, sostiene Fitch, por lo que sus propuestas más radicales pudieran verse diluidas. “Aunque es poco probable que se implemente por completo debido a la oposición del Congreso, tendría implicaciones macroeconómicas más amplias dada su importancia para las exportaciones, la inversión extranjera directa y los ingresos fiscales”, dice el informe.

“Cualquiera de los candidatos necesitaría lograr un consenso en el Congreso, donde ningún bloque individual tiene más de una quinta parte de los escaños en ninguna de las cámaras, para aprobar la legislación. La coalición Pacto Histórico, que apoya la candidatura de Petro, tiene el 18% de los escaños de la Cámara de Representantes y el 20% de los escaños del Senado, pero la Liga de Gobernantes Anticorrupción de Hernández prácticamente no tiene representación en el Congreso”, señala el reporte.

Colombia es la economía latinoamericana que más crecerá este año, de acuerdo con la Organización para la cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), impulsada, en gran parte, por una alza del precio del petróleo en los mercados internacionales, derivada de la guerra en Ucrania y las disrupciones a las cadenas de suministro originadas en China. Proponer que Colombia aminore su dependencia del petróleo, justo cuando su precio es tan alto, ha tocado una fibra sensible en el país. Sin embargo, de acuerdo con datos del Banco Mundial, la contribución de los hidrocarburos al PIB ha ido disminuyendo desde 2011, cuando alcanzó un máximo histórico de 6,8%.

A pesar de su crecimiento esperado, las finanzas públicas del país se encuentran en aprietos. El año pasado, su deuda alcanzó el equivalente al 66% del PIB, un incremento importante del año anterior cuando cerró en 52%. En mayo 2021, estallaron protestas sociales en contra del Gobierno detonadas, en gran parte, por una propuesta de recabar más impuestos. La imposibilidad de las autoridades por pasar una reforma fiscal comprensiva llevó al país a perder su grado de inversión, que refiere a una calificación crediticia suficientemente alta que ofrece a inversionistas cierta seguridad de que el país cumplirá con su pago de deuda. Fitch recortó la calificación de Colombia en julio del año pasado, menos de dos meses después de que lo hiciera S&P Global.

“Los dos candidatos difieren en las políticas fiscales y de gasto”, explica Fitch, “Hernández se ha postulado en una plataforma anticorrupción, comprometiéndose a reducir el IVA del 19% al 10%, mientras recorta el gasto público. La plataforma de Petro, por otro lado, incluye un mayor gasto social pagado por aumentos de impuestos. Pide específicamente aumentar los ingresos fiscales en un 5% del PIB, la mitad para nuevos gastos y la mitad para la reducción del déficit”.

Los planes de ambos candidatos podrían ser difíciles de implementar en su totalidad dadas las rigideces de gasto del gobierno y las dificultades políticas para aumentar los impuestos, aseguran los analistas de Fitch. ”Ambos enfrentarán presiones de gasto, por ejemplo, para mantener el congelamiento de los precios de los combustibles y aumentar el salario mínimo”, añaden.

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