La crisis climática de Brasil en 2024, en imágenes

Los incendios se propagan en el área de protección ambiental de Pouso Alto, en el Parque Nacional Chapada dos Veadeiros, en Brasil. La imagen es del lunes 9 de septiembre de 2024.Eraldo Peres (AP)

Bomberos trabajan para contener un incendio en una zona verde este jueves, en la ciudad de Manaos, Amazonas (Brasil). Raphael Alves (EFE)

Un incendio avanza en el Bosque Nacional de Brasilia en medio de la temporada de sequía, el martes 3 de septiembre.Eraldo Peres (AP)

El fenómeno meteorológico conocido como ‘El Niño’, que ha alterado los valores de las temperaturas. Eraldo Peres (AP)

Vista aérea de la devastación de un incendio forestal en Lábrea en el Estado de Amazonas.Bruno Kelly (REUTERS)

Casas flotantes y barcos varados debido a la sequía que afecta al Río Negro, en el distrito de Cacau Pirera en el Estado de Amazonas.Bruno Kelly (REUTERS)

Brasileños ribereños de la Amazonia transportan agua potable a mano, ante la bajada del agua del río Madeira. Bruno Kelly (REUTERS)

Ribereños cruzan bancos de arena del río Madeira para llevar agua potable a la aislada región de la comunidad de Paraizinho, durante la peor sequía del río.Bruno Kelly (REUTERS)

El río Pinheiros en Sao Paulo teñido de verde. La autoridad ambiental del Estado atribuye el tono a una proliferación de algas, resultado de una grave sequía que ha reducido significativamente los niveles de agua. Andre Penner (AP)

El aire del São Paulo, donde hace más de 100 días que no llueve, es el más contaminado del mundo resultante de los incendios que azotan el Amazonas.Andre Penner (AP)

Nubes de humo causadas por incendios forestales se ciernen sobre Río Branco en Brasil.Marcos Vicentti (AP)

Los incendios se han duplicado respecto al año pasado y el humo envuelve casi todo el país, que sufre la peor sequía en siete décadas.Marcos Limonti (AP)

La crisis climática de Brasil en 2024, en imágenes

El país afronta la sequía más severa de su historia y registra un récord de incendios. La falta de lluvias y la falta de vientos que dispersen el humo agudiza la calidad del aire en São Paulo, donde hace más de 100 días que no llueve

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