Lo que lleva en las muñecas la presidenta de Perú, Dina Boluarte, se ha convertido en un asunto de Estado. Medio centenar de muertos en protestas, informes negativos de los organismos de derechos humanos, conflictos diplomáticos con sus vecinos o la excarcelación del autócrata Alberto Fujimori han sido menos dañinos para su imagen, hoy en un índice del 10%, que su colección de relojes.

El 14 de marzo pasado, el pódcast La Encerrona destapó el caso: tras revisar alrededor de 10.000 fotografías oficiales, identificaron que Boluarte había lucido 14 relojes de alta gama en eventos protocolarios. Reuniones bilaterales con jefes de Estado, encuentros con empresarios, ceremonias organizadas por la Policía, campañas de concienciación y hasta misas. De todas las joyas destaca nítidamente un Rolex, modelo Datejust 36, de acero con oro rosado de 18 quilates e incrustaciones de diamantes, cuyo coste en el mercado ronda los 19.000 dólares (17.500 euros).

Ninguno de estos artículos de lujo figuraban en la declaración de bienes a la que están obligados los funcionarios públicos, más aún tratándose del presidente. Incluso si fuesen regalos.

“Lo que tengo es fruto de mi esfuerzo y trabajo. Es de antaño y lo uso muy eventualmente”, se defendió Dina Boluarte días después, asegurando que el gasto había salido de sus bolsillos. El viernes, tras declarar durante cinco horas ante un fiscal en el marco de una investigación policial por presunto enriquecimiento ilícito, cambió su versión. Dijo que los relojes no eran suyos, sino un préstamo de un amigo, el gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscorima. “Debo reconocer que fue una equivocación haberlos aceptado en calidad de préstamo. El ánimo de querer representar bien a mi país me llevaron a aceptarlos, pero ya los he devuelto. Como no son de mi propiedad, no estaba obligada a declararlos”, afirmó.

Quedan aún muchos cabos sueltos. Hay una gran distancia entre los cuatro relojes que la sucesora del destituido Pedro Castillo usó durante los 16 meses en que fue ministra de Desarrollo y los 11 que lleva como presidenta. El día en que se destapó el caso, por ejemplo, lució el decimoquinto reloj, marca Bebe, en un evento con mujeres empresarias en Lima.

Boluarte ganaba como ministra 30.000 soles (7.500 euros) al mes; como mandataria su sueldo se redujo a 16.000 soles (4.000 euros), una rebaja que decidió el expresidente Alan García durante su segundo mandato (2006-2011) como señal de austeridad. La distancia crece cuando allegados de Boluarte aseguran que nunca se la vio con algún reloj de lujo cuando era funcionaria del registro civil, con un sueldo de 4.500 soles (1.125 euros). La Fiscalía investiga esos precedentes.

El primer reloj identificado es el más modesto de la colección: un Michael Kors, modelo Gold-tone, cuyo precio alcanza los 130 dólares (120 euros). Su aparición se remonta a un acontecimiento central: la juramentación de Dina Boluarte como ministra ante el expresidente Pedro Castillo, en julio de 2021. Por esos días, Boluarte era además su vicepresidenta, la número dos de Perú Libre, una agrupación de izquierda a la que acabaría renunciando.

Diez meses después, en mayo de 2022, Boluarte se presentó en una entrega de alimentos con un reloj marca Fossil. En agosto de ese mismo año lució otro Fossil y cerró su etapa como ministra con un Quartz, cuando le tocó sustentar el presupuesto de su cartera el 13 de septiembre.

Desde que asumió la presidencia, tras el fallido autogolpe de Pedro Castillo, el 7 de diciembre de 2022, fueron muchos los relojes que llegaron a sus manos. El 16 de diciembre, el día en el que diez ayacuchanos murieron en el marco de las protestas en su contra, Boluarte ajustó a su muñeca un Michael Kors durante la graduación de un grupo de alféreces y subtenientes en la Escuela Militar de Chorrillos. Cinco días después, cuando una multitud salía a las calles para exigir su renuncia y un adelanto de elecciones, se calzó un Jacques Manoir para felicitar a una nueva promoción de policías.

El séptimo reloj, aún por identificar, apareció por primera vez el 18 de enero de 2023, en una misa por el aniversario de la fundación de Lima. El estallido social estaba a flor de piel y la presidenta posó con el alcalde de la capital, el ultraconservador Rafael López Aliaga. El siguiente reloj, marca Invicta, apareció el 9 de mayo, en una ceremonia por el Día de Europa en el Museo de Arte de Lima. “El Perú y la Unión Europea somos firmes promotores de la paz”, dijo aquella vez. Al mes siguiente, el 5 de junio de 2023, usó el Rolex que tantos problemas le ha dado.

Solo siete días después, recibió al entonces presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, en la región Piura, llevando consigo un Bulova de casi 700 dólares. Boluarte no quería perder la oportunidad de granjearse la amistad de un mandatario de la región. En ese tiempo había retirado a sus embajadores de México, Colombia y Honduras y necesitaba aliados. A fines de octubre, fue vista con un smartwatch (reloj con conexión a internet) junto al vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, y el embajador de la Unión Europea en Perú, Gaspar Frontini. El 3 de noviembre, apenas cuatro días después, posó con un Rolex Datejust con bisel de diamantes junto a la primera ministra de Barbados, Mia Mottley. Durante ese mismo mes, Boluarte usó un segundo smartwatch en medio de una campaña para proteger a las niñas de la violencia sexual.

Aunque todavía no se ha confirmado, existe un tercer Rolex que Dina Boluarte lució el 16 de febrero de 2024, en la inauguración de un colegio en la región costeña de Piura. El decimoquinto reloj es el Bebe que usó durante un encuentro de mujeres el día en que se conoció la denuncia en su contra.

En el último suspiro del Viernes Santo, fiscales y policías allanaron la casa de Dina Boluarte. No encontraron los Rolex, pero confiscaron un Swarovski y un Timepiece. Los relojes son la punta del iceberg de un incremento patrimonial notable: la Fiscalía también la investiga por una pulsera Cartier de 56.000 dólares y depósitos en sus cuentas bancarias por casi 300.000 dólares durante su gestión como presidenta del Club Departamental Apurímac. La presidenta de Perú está en horas bajas.

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