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Petro mezcla en la COP28 el carbón, Gaza y Hitler en su campaña contra el cambio climático

El presidente de Colombia asistió a la Cumbre del Clima que se celebra en Dubái, Emiratos Árabes Unidos. Además de hacer un paralelo entre la situación en Gaza y el cambio climático, terminó hablando de Hitler

El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el presidente de Emiratos Árabes Unidos, Sheikh Mohamed bin Zayed Al Nahyan, posan para una foto durante la COP28, en Dubai, este viernes.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el presidente de Emiratos Árabes Unidos, Sheikh Mohamed bin Zayed Al Nahyan, posan para una foto durante la COP28, en Dubai, este viernes.COP28/MAHMOUD KHALED (via REUTERS)
María Mónica Monsalve S.

Al igual que el resto de mandatarios que asistieron a los primeros días de la Cumbre del Clima (COP28), que se celebra en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, el presidente Gustavo Petro tenía solo tres minutos para hablar. En la reunión más importante sobre cambio climático a nivel mundial, que reúne a más de 97.000 participantes, eligió dar un discurso que mezcló las desigualdades del cambio climático, el “genocidio en Gaza” e incluso a Hitler.

“Las emisiones de CO2 también se pueden medir en términos de desigualdad social. Son los ricos los que más emiten y más consumen carbono, son los pobres quienes menos lo hacen. Es esta desigualdad social la causa por la cual han fracasado los objetivos de la COP de París”, fueron las primeras palabras que pronunció. Lo hizo en referencia al Acuerdo de París, firmado en 2015, en el que se estableció que los países deben evitar que la temperatura media mundial aumente más de 2°C con relación a la época pre industrial y “hacer todos los esfuerzos para limitar aún más el aumento de la temperatura de 1,5 °C”.

El discurso de Petro inició con un hilo conductor esencialmente climático. Pero a medida que iba hablando sobre las desigualdades de riqueza y emisiones entre países, sus palabras se fueron tornando más retadoras. “El sueño americano, el confort europeo, el síndrome de alcance de China y de la India, se basan en el consumo pleno de carbono”, aseguró. “Es un consumo basado en la muerte de los demás”.

Luego propuso un ejercicio. “Imaginemos una fusión, una combinación de hechos: la proyección de la crisis climática en cinco o diez años y el actual genocidio al pueblo palestino. ¿Están desconectados estos hechos o podemos mirar allí un espejo del inmediato futuro? El genocidio y la barbarie desatada sobre el pueblo palestino es lo que le espera al éxodo de los pueblos del sur desatados por la crisis climática”, continuó diciendo. “Pero este éxodo inmenso tendrá respuestas en el norte (…) Hitler está golpeando las puertas de los hogares de la clase media europea y norteamericana y muchos ya lo han hecho entrar”, señaló.

“El éxodo será respondido con mucha violencia. Con la barbarie misma. Lo que vemos en Gaza es el ensayo del futuro. ¿Por qué los grandes países consumidores de carbono han permitido los asesinatos sistemáticos de miles de niños en Gaza? Porque Hitler ya entró a sus hogares y se alistan para defender sus altos niveles de consumo de carbono y rechazar el éxodo que provoca”.

Solo al final de su discurso, el presidente habló sobre las propuestas del país frente al cambio climático. Pidió hacer vinculantes los planes de la COP, lograr una planificación para la transición hacia una economía descarbonizada y, una vez más, mencionó el cambio de deuda pública por emisión de derechos especiales de giro. “También hemos propuesto el fortalecimiento y la reforma de las Naciones Unidas, hemos dejado de firmar contratos de exploración de carbón, petróleo y gas, y hemos desmantelado el subsidio a la gasolina”, dijo. “Propendemos por la prohibición mundial del fracking”.

Para cuando Petro había terminado sus palabras, en el reloj de la COP28 ya habían pasado más de nueve minutos.


Sobre la firma

María Mónica Monsalve S.
Periodista de América Futura en Bogotá, Colombia. Antes trabajó en El Espectador. En 2020 fue ganadora del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Máster en Cambio Climático, Desarrollo Sostenible y Políticas de la Universidad de Sussex (Reino Unido).
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