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RODOLFO HERNÁNDEZ
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las mentes tras los ‘like’ de Rodolfo Hernández

Sus estrategas hicieron una campaña para que él se luciera y TikTok se convirtió en su tarima. Allí se le ve cómodo, tranquilo, como si para él la política fuera un acto performático

María Jimena Duzán
Elecciones en Colombia: El candidato presidencial independiente colombiano Rodolfo Hernández
El candidato presidencial independiente colombiano Rodolfo Hernández (C), en Bucaramanga, Colombia, el 3 de junio de 2022.RAUL ARBOLEDA (AFP)

Rodolfo Hernández, el zar de la construcción que quiere ser presidente de Colombia, ha hecho una campaña que ha roto todos los esquemas. Nunca se le ha visto en una tarima ni en una manifestación política. No habla en plaza pública y su campaña es la más austera de todas. No conoce el país, pero tampoco le ha hecho falta. Mientras el candidato de izquierda Gustavo Petro tuvo que recorrer toda Colombia para obtener casi nueve millones de votos en la primera vuelta, Hernández obtuvo seis millones sin salir de su casa.

No va a debates porque podría perder todo lo que ha ganado y es consciente de que en ese terreno, Gustavo Petro, su contradictor, es imbatible. Por eso, sus asesores y estrategas, han decidido guardarlo en Miami y sacarlo del foco mediático por temor a que sus desatinos y disparates horaden su candidatura. Hasta hace poco solo aceptaba entrevistas pero faltando dos semanas para la segunda vuelta decidió cancelar todos sus compromisos con la prensa y hoy solo se comunica a través de videos en TikTok.

Aunque también es activo en Twitter, su éxito electoral se lo debe a esta red social y sus estrategas se han esmerado en sacarle jugo a la personalidad de Rodolfo Hernández, sin duda su mayor activo. Hernández, de 77 años, es básico, primario y cree que este país se puede manejar bajo las mismas pautas con que conduce su emporio empresarial. Hernández habla como lo hacen los hombres de la Colombia profunda, que se sienten recios y arrechos y eso es oro en las redes.

Sus estrategas hicieron una campaña para que él se luciera y TikTok se convirtió en su tarima. Allí se le ve cómodo, tranquilo, como si para él la política fuera un acto performático. Unas veces sale como si fuera Hugh Hefner -se le ha visto en pijamas de seda y en pantaloneta de baño con mujeres estupendas-, y otras aparece como el candidato sin filtros, altanero, que no se deja de los políticos corruptos y que se identifica con el pueblo y con su alma. Han sido tan eficaces sus estrategas que hasta tiene licencia para contradecirse. Unas veces dice que no a la despenalización del aborto, otras que sí está de acuerdo. Unas veces dice que sí al fracking, otras que no.

Rodolfo Hernández es un candidato que nunca se desconecta y que maneja la política desde su teléfono, sin salir de su casa, como lo hacen los grandes magnates. Así funciona su cuarto de guerra, como un asunto portátil, que lleva en el bolsillo y que activa cuando quiere desde su celular.

Su primer anillo lo integra su esposa y sus tres hijos. Hernández nunca habla de ellos, solo de su madre, que tiene 95 años, pero es su primer anillo infranqueable. Durante la alcaldía de Bucaramanga su brazo derecho fue Luis Carlos Hernández, su segundo hijo. Sin embargo, hoy no se le ve activo en la campaña. Debe ser porque está investigado por un caso de corrupción ocurrido cuando su padre fue alcalde de esta ciudad al nororiente de Colombia, en la frontera con Venezuela. Por ese proceso, Rodolfo Hernández ya fue acusado por la fiscalía y su juicio está previsto para finales de julio. Según un artículo de la constitución, si Rodolfo Hernández gana la presidencia estaría inhabilitado para posesionarse por tener una acusación en firme. Razón tienen sus asesores para guardarlo. Este proceso y sus consecuencias ha sido tratado en los medios colombianos, pero Rodolfo Hernández ha decidido optar por el silencio.

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En esta campaña el que tiene el poder es su hijo menor, Rodolfo José. Lo acompaña todo el tiempo y nunca lo desampara. Él es el único de los tres hijos que figura en cargos directivos de las empresas que integran el grupo empresarial de Rodolfo Hernández, un emporio económico que le ha permitido amasar una fortuna que él mismo ha tasado en 100 millones de dólares. Su hijo menor le maneja las llamadas y es quien decide a quién le pasa el teléfono.

Uno de los asesores de cabecera e integrante clave de su anillo interno es Angel Beccassino, reconocido estratega político que ha estado detrás de muchas campañas en Colombia. Él y su hija Luciana asumieron esa responsabilidad hace unos cinco meses, cuando los estrategas anteriores renunciaron a la campaña por amenazas, según lo contó el mismo candidato. Beccassino es más que en un estratega. Es su intérprete, sobre todo ahora que lo han silenciado. Su tarea es la de salir a los medios a controlar los daños que ocasionan los desatinos del candidato. Hace poco Rodolfo Hernández salió a decir en un vídeo que iba a ampliar la jornada laboral a diez horas y que los trabajadores solo podían tener media hora para almorzar. De inmediato, sus declaraciones produjeron un profundo malestar en los sindicatos y Beccassino fue el que salió a los medios a apaciguar los ánimos con el argumento pueril de que esas declaraciones eran simples equivocaciones propias de un candidato de 77 y dijo que lo que realmente había querido decir es ¨que él y su vice van a trabajar 14 horas al día para transformar a Colombia¨.

Beccassino habla con Rodolfo Hernández y con su hijo Rodolfo Jose, a cada momento. Unas veces por WhatsApp y otras por zoom. Las veces que se han reunido de manera presencial lo han hecho en su cuartel general en Bucaramanga. Su sede queda en una casa grande del tradicional barrio Bolarquí. Desde que se lanzó a la carrera por la presidencia, hizo colgar dos inmensos pendones sobre la fachada que dicen ‘Casa Nariño’, que es como se conoce al palacio presidencial en Colombia. Si Rodolfo Hernández llega a la presidencia es muy posible que gobierne desde Bucaramanga.

Aunque Rodolfo Hernández tiene un círculo muy cerrado de asesores, hay una persona que le habla al oído al candidato y que no aparece con frecuencia registrada en los medios. Se llama Germán Calle. No forma parte de la campaña, pero es un amigo personal que está muy cerca del corazón del candidato.

Calle es un empresario bogotano, muy relacionado con el mundo del golf. Goza de buenas relaciones con el empresariado y se le conoce por ser amigo personal de Bill Clinton. Rodolfo Hernández fue padrino de su boda y siempre los ha unido una estrecha relación. Calle no es político, y cree fervorosamente en ¨el viejo¨, como le dice. Le ha ayudado a relacionarlo con empresarios sobre todo en Bogotá, donde Rodolfo Hernández es considerado por ciertas elites como un político al que le falta una tuerca. Calle ha sido clave para que muchos empresarios que tenían puestas las fichas en el candidato Federico Gutiérrez, se hayan acercado a Rodolfo Hernández.

Rodolfo Hernández es un candidato más que popular, viral. Más que influyente, influencer. Sus memes circulan en Twitter como si se tratara de un personaje de farándula y sus dichos y su forma de hablar se han convertido en el más grande divertimento. Hernández es un candidato meme.

No tiene programa de gobierno porque lo cambia cada día. Su rodolfoneta está llena de todos los partidos de la coalición de gobierno incluido el uribismo, pero en sus videos de TikTok sigue sosteniendo que él solo se debe al pueblo. Rodolfo Hernández ha dicho que no busca ser un candidato cualquiera, porque lo que quiere es mover las emociones del país.

Falta saber si Colombia le da like.

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