David Escobar: motor de un modelo de cambio social en Antioquia

El director de la caja de compensación familiar más importante del departamento ha configurado un potente modelo en el que la cultura y la educación son motores de cambio social regional

David Escobar, director de la Caja de Compensación Familiar de Antioquia (Comfama).
David Escobar, director de la Caja de Compensación Familiar de Antioquia (Comfama).FedericoRuiz.com

David Escobar Arango es un ingeniero y un empresario inusual. Recita de memoria fragmentos de libros, escribe poesía y lee cuanto libro cae en sus manos. Parece más un sociólogo o filósofo que un exitoso empresario, cabeza de la Comfama, la caja de compensación familiar más importante de Antioquia. Ese perfil humanista le ha proporcionado las herramientas para revolucionar el mundo de la asistencia social. Durante sus ocho años como director de la caja de compensación, le ha apostado al arte, la cultura y la educación como motores de transformación social.

No sería exagerado decir que Comfama, bajo la dirección de este ingeniero de producción de EAFIT y magíster en Administración Pública de Harvard, se ha vuelto una de las principales auspiciadoras de eventos culturales de gran importancia en Medellín y Antioquia, como la Fiesta del Libro, el Hay Festival de Jericó o el Festival de Puerto Berrio. Para él, las artes y letras son un medio para fomentar la democracia, la inclusión, la libertad y, sobre todo, la felicidad. “Construir cultura es una forma de vivir”, dice.

Y no solo le apuesta a la cultura, también ha hecho esfuerzos por poner a la educación como una de las banderas de Comfama. Una educación distinta, basada en la experimentación, el juego y la curiosidad. Esta filosofía se ha materializado en Cosmo Schools, una red de colegios que cuenta con 3.500 estudiantes y que combina mente, cuerpo y espíritu, además de arte, tecnología e inglés. Allí, niños y jóvenes no tienen clases de cátedra, sino laboratorios de aprendizaje, por medio de proyectos.

La visión de Escobar también ha repercutido en la educación técnica, pues tras la compra de Cesde, institución de educación para el trabajo y desarrollo humano, se han generado oportunidades para jóvenes en 33 áreas diferentes. La institución pasó de tener 8.000 estudiantes en 2019 a 71.000 en 2022. Hoy, es considerada la de mayor empleabilidad de toda Antioquia, pues 8 de cada 10 estudiantes consiguen trabajo a los seis meses de haber salido.

Pese a la agitada y ocupada vida, Escobar busca al menos una hora al día para poder estar consigo mismo: medita, practica la respiración consciente o busca espacios para hacer chi kung, una práctica de la medicina china. Y también dedica unas cuantas horas semanales a escribir su afamada columna de opinión en El Colombiano, que siempre comienza con la frase “Querido Gabriel”, su padre, al que perdió cuando tenía 16 años.

Estas cartas, en las que reflexiona sobre temas que afectan la realidad del país, son conversaciones con su padre asesinado. Para él, las conversaciones son los momentos más potentes que podemos tener como seres humanos –uno de sus filósofos de cabecera, el chileno Humberto Maturana, decía “somos lo que conversamos”–.

La muerte de su padre ha sido su dolor más grande. Después de esa vivencia entendió que el mundo necesitaba una sociedad más compasiva. Cree firmemente que, ante un hecho traumático, el camino no es el odio o el resentimiento, sino el amor hacia la vida. Quizás por eso encuentra valor en la dificultad y la adversidad. Citando al psiquiatra Phil Stuntz repite que “hay tres cosas seguras en la vida: el dolor, la incertidumbre y el trabajo constante”.

En ese trabajo constante, Escobar Arango ha configurado un nuevo modelo de empresario, aquel que los números, los balances, los rendimientos, las ganancias, la competitividad y demás mantras del mundo de los negocios deben ir acompañadas de humanismo, sensibilidad social, cultura, arte, educación y de mucha conversación.

*Apoyan Ecopetrol, Movistar y Fundación Corona.

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