Alejandro Eder: “Tenemos que reconciliarnos para recuperar el rumbo y la dignidad de Cali”

El alcalde de Cali, Alejandro Eder, está embarcado en una nueva campaña. Con mes y medio en el poder, ahora aboga para que la capital del Valle del Cauca, que se propone revitalizar, sea la elegida para albergar la próxima COP 16, la cumbre de la ONU para la biodiversidad. “Ya ganó Colombia”, dice de entrada para quitarle hierro a la competencia amistosa que sostiene con Bogotá, la otra ciudad finalista. Eder (Cali, 48 años), que ha sido asesor presidencial de reincorporación y negociador de paz, ganó en su segundo intento la Alcaldía en las elecciones de octubre con el lema de revivir a Cali. “Los caleños tenemos que reconciliarnos para poder recuperar el rumbo”, insiste en esta entrevista, concedida en una visita exprés a Bogotá, en la que vislumbra una fluida relación con el Gobierno nacional de Gustavo Petro.

Pregunta. Desde la campaña su gran promesa ha sido revivir a Cali. ¿Qué se necesita para lograrlo? ¿Cómo se reconstruye la esperanza de los caleños?

Respuesta. El objetivo nuestro hoy es recuperar el rumbo y la dignidad de Cali. Tradicionalmente ha sido una de las ciudades emblemáticas de Colombia, pero en los últimos años ha perdido ese lugar, no es la ciudad cívica que los colombianos recuerdan de la década de los 80. ¿Cómo se hace eso? Primero, uniendo a la ciudad. Hemos planteado desde el primer día una paz política, trabajar con todos los sectores políticos y sociales que estén dispuestos a hacerlo de manera constructiva para sacar la ciudad adelante. Hemos tenido años muy difíciles, de mucha confrontación, y los caleños tenemos que reconciliarnos para poder recuperar el rumbo. Mi principal tarea como alcalde es dar ejemplo en ese sentido.

P. Tan pronto se conoció que Colombia albergaría la COP 16 usted salió a postular a Cali, antes incluso de haberse posesionado.

R. Desde el momento en que se supo que la COP 16 de biodiversidad no iba a ser en Turquía empezamos a sugerirle a distintos funcionarios del Gobierno nacional la importancia de ese tema. Sabíamos que era uno de los objetivos de la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, y celebro que haya tenido esa iniciativa. Empezamos a pedirlo porque nuestra ciudad tiene que recuperar esa dignidad. Cali tiene que volver a conectarse con el mundo, y con los grandes eventos.

P. La decisión final le corresponde al Gobierno nacional. El presidente Petro fue alcalde de Bogotá, pero Cali se enmarca en su discurso de volcarse a otros territorios de Colombia. ¿Cuáles son las fortalezas de Cali en esa competencia?

R. Es el evento de biodiversidad más importante del planeta. Cali queda en una región que se llama el Chocó biogeográfico, que es uno de los cinco ecosistemas estratégicos más importantes del mundo, y quizás es uno de los más olvidados. Visibilizaríamos la importancia de proteger el medio ambiente del Pacífico, del suroccidente colombiano y de Cali. Es una oportunidad para que el mundo voltee a mirar nuestra región por algo positivo, que resalta nuestra riqueza, y no por las malas noticias que desafortunadamente han marcado los últimos años. Cali misma es una de las ciudades más biodiversas del mundo, tiene siete ríos, el parque nacional Los Farallones, más de 560 especies de aves. Quiero resaltar que Colombia ya ganó con que la COP sea en nuestro país, no es una competencia entre dos ciudades.

P. Usted decía en campaña que la seguridad era el problema más urgente por resolver. ¿La crisis de seguridad de Tuluá, y del Pacífico en general, golpea a Cali? ¿Cómo enfrentarla?

R. La crisis de seguridad de Tuluá es lamentable y está bastante aislada. Es una condición muy particular de Tuluá, que queda a unas dos horas de distancia. En el caso de Cali, desde el primer momento implementamos una estrategia de la mano de la policía, de la fuerza pública, de los guardas de tránsito. Los resultados han sido importantes, tenemos una reducción del 12% de la tasa de homicidio, de casi 40 % de los hurtos y de 55 % en las muertes en accidentes de tránsito. Estamos haciendo un trabajo contundente para ir recuperando la seguridad. Adicionalmente, estamos reactivando la inversión social que se había perdido. Pero la mejor forma de garantizar la seguridad no es simplemente sacar a la fuerza pública o hacer inversión social, es que se vuelva a prender el motor de desarrollo económico de la ciudad. Por eso es tan importante volver a ser sede de eventos globales de esta escala. Todo es parte de una estrategia integral.

P. ¿Qué hace falta para proyectar a Cali como la gran capital del Pacífico?

R. Cali es la gran capital del Pacífico, uno de los grandes centros de desarrollo económico de Colombia. Tenemos el complejo industrial de exportación más diverso del país. En los últimos 14 años han llegado más de 4.500 millones de dólares de inversión extranjera directa. Se han creado más de 25.000 nuevos empleos gracias a esa inversión. Tenemos tres de los mejores hospitales de América Latina, cinco o seis de las mejores universidades del país, un sector empresarial pujante, uno cultural de talla mundial y organizaciones sociales influyentes. Entonces, lo que tenemos que hacer para recuperar de manera ordenada ese norte es empezar a trabajar unidos y a reconciliarnos. Siempre he dicho que si Cali está bien, Colombia va a estar muchísimo mejor.

P. Más allá del desenlace de la sede de la COP 16, ¿cómo será su relación con el presidente Petro? ¿la campaña dejó alguna herida?

R. Mi campaña estuvo enfocada en dar soluciones a los problemas de los caleños, y hoy mi enfoque es resolver esos problemas. La propuesta de paz política aplica para todo el mundo. Mi relación con el Gobierno nacional ha sido constructiva, ya tenemos contacto constante con varios de los ministros, tenemos proyectos identificados y los estamos aterrizando. Estoy seguro de que no vamos a tener ningún problema.

P. ¿Se ha reunido con el presidente Petro?

R. Con el presidente no me he reunido, pero ya he tenido varias conversaciones con la vicepresidenta [Francia Márquez] y me he reunido con media docena de ministros, con quienes además tenemos conversaciones activas.

P. Siempre ha reconocido que Cali votó mayoritariamente por el presidente Petro. ¿Sigue siendo una ciudad petrista, como se consideraba después del estallido social?

R. Cali sigue siendo una ciudad petrista. Como alcalde, yo respeto eso. Lo que significa es que la población caleña quiere un cambio. ¿Qué quiere decir el cambio? Que queremos vivir mejor. Entonces, ¿cómo lo estamos traduciendo nosotros? Mayor seguridad, mayor inversión social, mayor desarrollo económico, mejorando las vías y construyendo infraestructura. Que la plata llegue a los caleños.

P. ¿El Gobierno nacional respalda el proyecto del tren de cercanías?

R. Lo respalda al punto que está incluido en el Plan Nacional de Desarrollo. Estamos en negociaciones para ver qué porcentaje del tren van a financiar. Nos van a apoyar por lo menos con el 70%, pero estamos buscando un apoyo adicional para viabilizarlo y que podamos licitar el proyecto este mes de julio. No es simplemente un tren que va a unir a Jamundí con Cali, es un proyecto transformador de la región que va a generar 10.000 empleos solo en su construcción. En su paso por Cali, va a presentar una oportunidad de renovación urbana. Es un proyecto que va a marcar un antes y un después.

P. “Otras ciudades han dado ejemplo en Colombia y el mundo”, dijo en su discurso de posesión. ¿Cuál lo inspira?

R. A mí me inspira Singapur, muchísimo. Me inspiran Barranquilla, Medellín y Bogotá, hablemos las cosas como son. Esas ciudades nos han demostrado que es posible apuntarle el desarrollo en nuestro país.

P. En ese terreno internacional ha hablado de Cali bilingüe, ha hecho viajes y reuniones con embajadores, ha buscado recursos de cooperación…

R. La proyección internacional es importante porque Cali es un centro industrial exportador. Vivimos en un mundo globalizado. Necesitamos, además, que nuestros jóvenes encuentren las oportunidades aquí, que se queden aquí trabajando y que no sientan que se tienen que ir. Eso es lo que ofrece que una ciudad esté más conectada al mundo. Y eso incluye que el de Cali sea uno de los aeropuertos más competitivos de América Latina. Es un objetivo que venimos trabajando con la Gobernación y con otros sectores.

P. Acude mucho al verbo reconciliar. ¿Qué le ha enseñado su experiencia en resolución de conflictos que le sirva para gobernar Cali?

R. Cuando dirigía la política de reintegración, nos tocaba adelantar procesos de reconciliación en lugares muy afectados por la guerra: los Montes de María, el centro de Caquetá, la Comuna 13 de Medellín, distintos sectores del Meta y de los llanos orientales. Y lo que buscábamos era unos proyectos comunitarios que lograran unir a la ciudad en un solo sueño, fueran unos recursos para construir un centro comunitario o quizás un museo de memoria histórica. Lo más importante para la reconciliación era lograr espacios de diálogo, donde las personas pudieran hablar, interactuar y soñar juntas. Eso es lo que tenemos que lograr en Cali.

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