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Milton Rengifo: “Hay que buscar soluciones para Venezuela, pero no desde la imposición ni la fuerza”

El embajador de Colombia en Caracas califica el rompimiento de relaciones entre los dos países como “una acción irracional”

Milton Rengifo en la residencia del embajador de Colombia en Caracas.
Milton Rengifo en la residencia del embajador de Colombia en Caracas.Gaby Oraa
Santiago Torrado

Una de las prioridades de la diplomacia colombiana desde la llegada al poder de Gustavo Petro, hace un año y medio, ha sido normalizar las relaciones con la Venezuela de Nicolás Maduro, que quedaron completamente rotas en 2019. El encargado de pilotear ese propósito como embajador en Caracas, Milton Rengifo, califica el rompimiento decidido por el Gobierno de Iván Duque como “una acción irracional”, en esta entrevista concedida en la residencia del embajador, la Quinta Colombia, una antigua hacienda cafetera que es uno de los iconos de Chacao, uno de los sectores más acomodados de la capital venezolana.

El restablecimiento de relaciones fue uno de los logros tempranos del Gobierno de Petro, quien ya se ha reunido en cinco ocasiones con Maduro. La reapertura de la extensa y porosa frontera de más de 2.200 kilómetros está en marcha, el intercambio comercial repunta de a poco y avanza también la reconexión aérea entre Bogotá y Caracas. Colombia ha tenido un papel en las difíciles negociaciones del chavismo con la oposición, que buscan una salida para la prolongada crisis política venezolana. Venezuela, por su parte, es uno de los países garantes de los diálogos de paz con la guerrilla del ELN.

A pesar de la nueva era, que busca superar años de diferencias irreconciliables, todavía hay cicatrices. Las sedes diplomáticas a lado y lado padecieron el abandono. “Cuando llegué, mi antecesor, Armando Benedetti, ya había invertido algunos recursos y nosotros continuamos el proceso de recuperación de las instalaciones que estaban bastante deterioradas. Ahora funciona bien”, cuenta Rengifo sobre la Quinta Colombia. Aspira a abrir las puertas de la sede diplomática para que albergue más eventos culturales. “También se están adaptando y modernizando las instalaciones del consulado en Chacaíto”, añade el diplomático.

Pregunta. Venezuela llegó a tener 15 consulados colombianos, ¿en qué va el proceso de reapertura?

Respuesta. Se han abierto Caracas, San Cristóbal, San Antonio y Maracaibo. Al momento de ruptura de relaciones, la salida fue intempestiva. Los aparatos para identificación de la Registraduría, los archivos, los vehículos, quedaron amontonados en el edificio de Chacaíto. Se ha tomado tiempo clasificando los archivos, cajas y cajas. Se han hecho reparaciones locativas. Se ha ido abriendo los consulados de manera progresiva, y vamos bien. No sé si se puedan abrirse los 15, que es la instrucción del presidente. Ya la Cancillería identificó que deben abrirse tres consulados en el occidente de Venezuela: Guasdualito o El Amparo, Puerto Ayacucho, y Atabapo. Es una zona con altísima presencia de colombianos. Estamos empeñados en sacar adelante el proceso de paz, y necesitamos construir Estado en las fronteras.

P. ¿A cuántos colombianos deben atender? ¿Cómo ha sido al proceso de reactivar ese músculo consular?

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R. Hay una zona gris que tiene que ver con las cuentas de la migración. ¿Cuántos colombianos salieron en las dos oleadas migratorias? No sabemos. Las estadísticas son bastante precarias. Se han hecho cálculos de dos millones, se ha hablado de ocho millones. Yo no creo que seamos en este momento más de dos millones y medio, pero no tenemos datos. Los colombianos deberían registrarse en el consulado, pero no lo hacen. Estamos organizando un piloto con el DANE para tener un aproximado.

P. Venezuela es un país garante en el proceso con el ELN, y ha sido sede de ciclos de negociación. ¿Ha cumplido un papel constructivo en la mesa de diálogos?

R. Cuando estuvieron aquí, estuve en la inauguración y la clausura, pero no más allá. La Oficina del Alto Comisionado de Paz depende directamente de Presidencia. Como en toda negociación, ha habido divergencias, alejamientos, puntos de vista encontrados, pero el papel de los garantes, no solo de Venezuela, sino también de Noruega, ha sido muy importante para mantener el diálogo. He visitado al general [Vladimir] Padrino y a otros altos mandos del Ejército, también a autoridades civiles, la vicepresidente y el presidente Maduro. Todos repiten una frase que creo que es cierta, y que se la escuché a Chávez: la paz de Colombia es la paz de Venezuela. Los he visto muy interesados, pues también son afectados por nuestras violencias. En Venezuela pesa mucho el estamento militar, y para ellos es muy importante controlar y mantener la soberanía sobre su territorio. En Colombia, el Estado central no controla totalmente el territorio, especialmente las fronteras.

P. ¿El Gobierno venezolano reconoce la presencia del ELN de este lado de la frontera? Muchos observadores la consideran ya una guerrilla binacional.

R. ¿Hasta dónde el ELN hace presencia aquí? No lo sabemos. Yo he estado en el Táchira, he preguntado, he mirado, y, si están, no se perciben. Oficialmente, aquí muestran preocupación, pero no se reconoce esa presencia.

P. Los Gobiernos de varios países de la región han criticado la inhabilitación de la opositora María Corina Machado en las presidenciales, ¿Colombia rechaza también esa inhabilitación?

R. Yo tengo una instrucción precisa del canciller [Álvaro] Leyva y no me puedo referir a ese tema. Eso lo maneja directamente él. Ahí hay un proceso de negociación en curso. El jueves se filtró que Jorge Rodríguez, líder del Gobierno venezolano en la mesa de diálogos, se ha reunido con Juan González, funcionario muy importante en la Casa Blanca. El acuerdo de Barbados se firmó pero siguen las negociaciones, como anunció esta semana el mismo presidente Maduro. Al respecto, lo único que puedo afirmar, ya que estoy plenamente convencido, porque lo he visto acá, es que todos los sectores debieran reconocer al chavismo o madurismo y las vertientes políticas afines, como una realidad política. Eso desencadenaría unos efectos positivos hacia adelante, pero algunos se niegan a ese reconocimiento. Hemos dicho igualmente que los problemas de Venezuela los resuelven los venezolanos, nosotros simplemente acompañamos. ¿Qué me ha impresionado? El ánimo de diálogo, de construir en medio de las diferencias, de avanzar.

El embajador de Colombia en Venezuela, Milton Rengifo Hernández, en Caracas, el 2 de febrero de 2024
El embajador de Colombia en Venezuela, Milton Rengifo Hernández, en Caracas, el 2 de febrero de 2024Gaby Oraa

P. ¿La oposición venezolana espera que Colombia sea mediadora para buscar una salida a la crisis política?

R. Siempre hemos tenido un espacio ahí. En la firma del acuerdo de Barbados estuvo el canciller Leyva. La proximidad, los lazos históricos y comerciales son muy importantes. Haberle dado la espalda a Venezuela fue un error estratégico, no solamente de la élite colombiana, sino de muchos países de la región. El rompimiento de relaciones fue una acción irracional. Todavía no conocemos a plenitud los impactos, pero por lo menos 350.000 empleos se perdieron en Colombia. Tenemos un papel por cumplir en nuestro vecindario.

P. ¿El regreso de las sanciones a Venezuela impacta la normalización de las relaciones?

R. Claro, ese libreto es fallido. ¿Esa decisión afectó a Maduro? Afectó a los mismos Estados Unidos, ese volumen de migrantes se explica por esa errática decisión. A nosotros nos parece que, además de ser violatoria del derecho internacional, ha afectado realmente a la gente del común, incluidos los dos o tres o cuatro millones de colombianos que viven acá. En general, casi todos los países con presencia [diplomática] en Venezuela rechazan ese tipo de medidas unilaterales. Hay que buscar otro tipo de soluciones, pero no desde la imposición ni la fuerza. Eso ya se intentó, y fracasó en su momento.

P. Avianca acaba de reabrir la ruta Bogotá-Caracas después de siete años. ¿Cómo recibió esa noticia?

R. Imagínese, es muy positivo. Con apenas 700 millones de dólares de intercambio [llegaron a ser más de 7.000 en 2008], por ejemplo, Cúcuta revivió. El ministro de Comercio, Germán Umaña, habla de una rebaja de la pobreza absoluta en Cúcuta. Yo acabo de venir de San Cristóbal, la frontera tiene otra cara. Han llegado a Venezuela Arturo Calle, Chocorramo, las empresas más grandes de Colombia están preguntando por las condiciones para entrar. Nos toca más difícil ahora, pues ya están Turquía, India, China. Lo primero es generar confianza.

P. Colombia es el principal país de acogida de la diáspora venezolana. ¿Cuál es la postura que le ha transmitido Caracas sobre la política de acogida y flexibilidad migratoria que Bogotá ha mantenido?

R. No lo han planteado públicamente ni oficialmente, pero el diseño institucional que se hizo en Colombia para acoger a la diáspora es aceptado. La manera en que se fortaleció sobre todo la salud, el hospital Erasmo Meoz en Cúcuta, los de Maicao, Guainía, Arauca. Hablando de vuelos comerciales, hay una solicitud para una frecuencia Bucaramanga-Caracas, para poder atender el flujo de venezolanos que van y vienen por servicios de salud. En términos generales, la respuesta ha sido muy positiva.

P. ¿Colombia todavía contempla recomprar una participación mayoritaria en Monómeros?

R. Si me lo pregunta a mí, yo diría que sí, que deberíamos comprarlo. Pero eso no pasa por el embajador, es una decisión del Gobierno. Yo se lo he sugerido recientemente al presidente, por el impacto que tiene. La agenda está abierta para abordar asuntos bilaterales que se dejaron de abordar. Hay posibilidades de plantear ese y otros temas. En la Comisión de Vecindad se aborda de todo, transporte, asuntos consulares, seguridad y defensa… Eso muestra el tipo de relación que existe, de confianza.

P. ¿Y Colombia contempla comprarle gas a Venezuela?

R. Sí, estamos en eso. Tenemos un margen, pero hay que estarse preparando. Parte del gas que consume Colombia se está trayendo del exterior, desde Houston, Estados Unidos, a un precio elevado. Este es el segundo o tercer país en reservas probadas de gas natural en el mundo.

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Sobre la firma

Santiago Torrado
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia, donde cubre temas de política, posconflicto y la migración venezolana en la región. Periodista de la Universidad Javeriana y becario del Programa Balboa, ha trabajado con AP y AFP. Ha cubierto eventos y elecciones sobre el terreno en México, Brasil, Venezuela, Ecuador y Haití, así como el Mundial de Fútbol 2014.
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