_
_
_
_
En colaboración conCAF
_

Arte callejero para convertir la periferia de Bogotá en potencia turística

Con ‘Bogotá Colors’, May Rojas y Luisa Sabogal han llenado Ciudad Bolívar de murales que retratan a sus habitantes y exaltan la cultura colombiana

Arte callejero en Colombia
Luisa Sabogal, gestora cultural del proyecto, con May Rojas, artista líder de Bogotá Colors, en la localidad de Ciudad Bolívar, en Bogotá, el 19 de enero de 2024.NATHALIA ANGARITA

EL PAÍS ofrece en abierto la sección América Futura por su aporte informativo diario y global sobre desarrollo sostenible. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscríbete aquí.

En la cima de las montañas del sur de Bogotá, varias calles de los barrios Mirador y Paraíso se han convertido en galerías de arte urbano. Las casas de fondos azulados exhiben murales de deportistas, músicos, paisajes, y hasta personajes del vecindario, que forman auténticos corredores artísticos en las alturas de la localidad de Ciudad Bolívar. Una zona históricamente marginada de la capital que está transformándose en un escenario cultural, gracias al trabajo de un par de jóvenes que, con su proyecto Bogotá Colors, quieren convertir a la localidad en un referente turístico de la ciudad. Todo a punta de arte callejero.

El plan inició en 2016 cuando May Rojas quiso darle vida al Paraíso con su talento para pintar. “Soñé con calles llenas de colores y se lo conté a mi novia”, comenta el joven de 28 años. En aquel entonces, su pareja Luisa Sabogal decidió apoyar su visión y juntos se embarcaron en un plan para crear murales en el barrio, e invitar a turistas a disfrutar del arte de Ciudad Bolívar. “May se encargaba de la parte artística y yo coordinaba algunos tours”, explica Sabogal, cofundadora de Bogotá Colors.

El proceso comenzó con retratos de personajes de la zona. “El primero que se hizo fue el de Videlma Yaima, que dirigía la casa del adulto mayor en el barrio”, recuerda Sabogal, que suele ayudar a su novio a pintar los fondos de las paredes y llenar algunas figuras de color. “Quería mostrar a las personas que hacían la diferencia en el barrio. Los deportistas, los artistas y los líderes sociales”, explica Rojas, quien inició su camino como artista visual haciendo grafitis cuando era adolescente.

Habitantes de Ciudad Bolívar, caminan por la calle del color, en Bogotá, el 19 de enero del 2024.
Habitantes de Ciudad Bolívar, caminan por la calle del color, en Bogotá, el 19 de enero del 2024.NATHALIA ANGARITA

La idea era tomarse los muros de las casas para mostrar el potencial de Ciudad Bolívar, una zona de Bogotá en donde la pobreza monetaria supera el 35%, según datos de la Alcaldía de la ciudad. Durante décadas, la localidad ha lidiado con el estereotipo de ser un lugar peligroso y reservado para los locales, marginada de los espacios que Bogotá pretende mostrar a los turistas. “Queríamos eliminar esos estigmas y cambiar el territorio a través del arte y la cultura”, resalta Sabogal, quien toda su vida ha habitado en Ciudad Bolívar.

Ese objetivo los hizo a ambos estudiar diseño gráfico para darle un norte a su proyecto y crear un concepto propio de arte callejero en la cima de la localidad, rodeada por una de las mejores vistas panorámicas de Bogotá. “Queríamos distinguirnos de otras propuestas. Por eso decidimos pensar en la paleta de colores, y hablamos con los propietarios de las casas para que los murales se relacionaran son sus historias y sus gustos”, argumenta Sabogal, que a sus 24 años es la gestora de estos corredores artísticos a los que han denominado Calles del Color, y que han logrado plasmar las obras de más de 30 artistas nacionales e internacionales.

Tiger Vives ha sido uno de los colaboradores de este proyecto, que para él significó reinventar el imaginario que tenía de Ciudad Bolívar. “Fue como salir de la caverna. Me encontré con gente muy trabajadora y humilde, llena de ganas de mejorar”, comenta el artista bogotano de 31 años. “Me impactó ver a coreanos, australianos y franceses pasar tomando fotos y disfrutando del tour del grafiti con caras de asombro y miradas que buscaban repuestas a las obras”, prosigue Vives, quien quiso rendir un homenaje al maestro Fernando Botero con su mural.

Vista aérea de Ciudad Bolívar, el 19 de enero de 2024.
Vista aérea de Ciudad Bolívar, el 19 de enero de 2024.NATHALIA ANGARITA

Todas las pinturas exaltan la cultura colombiana, al tiempo que representan los intereses y las historias de los propietarios de las viviendas. Por ejemplo, las figuras de James Rodríguez y Linda Caicedo están retratadas en la fachada de una familia de futbolistas; el rostro de García Márquez reposa en un hogar de lectores; y la imagen de un campesino con un costal al hombro tiñe los muros de la casa Gladys Algarra, una mujer de 64 años que llegó a Bogotá cuando era adolescente, proveniente del campo. “Aún falta que me pinten un burro cargando garrafones de agua, porque así era como nos tocaba vivir cuando llegamos a este barrio hace 50 años”, cuenta la mujer, mientras se ríe mirando su pared.

Un paraíso accesible

Compartir esta experiencia cultural en Ciudad Bolívar con los visitantes fue un reto muy difícil durante los primeros años del proyecto, porque llegar a los barrios era toda una travesía. Los recorridos en bus o automóvil tardaban más de hora y media desde el centro de la ciudad hasta la punta de la montaña donde están El Paraíso y El Mirador.

Sin embargo, todo cambió con la aparición del TransMiCable en 2018. El recorrido desde el portal Tunal se redujo a 25 minutos en el sistema teleférico de transporte público, que se convirtió en una atracción turística y en el punto de partida de los grafiti torurs de Bogotá Colors.

Estos vagones rojos impulsan la esperanza de los emprendedores y artistas como Rojas y Sabogal, quienes esperan que su proyecto beneficie a la zona. “En nuestro tour ofrecemos refrigerios artesanales que vienen de un negocio local”, expone Rojas, que quiere que su arte no solo sea un motor cultural, sino que además sirva al desarrollo económico de la comunidad.

May Rojas y Luisa Sabogal, caminan por una calle de Ciudad Bolívar.
May Rojas y Luisa Sabogal, caminan por una calle de Ciudad Bolívar.NATHALIA ANGARITA

Brillar en una ciudad de artistas callejeros

Por ahora, le reconforta saber que, a tres mil metros sobre el nivel del mar, en las Calles del Color, es donde el arte urbano de Ciudad Bolívar toma más fuerza. Un logro importante en una urbe como Bogotá, reconocida por sus murales a nivel mundial. De hecho, el portal digital de National Geographic la nombró entre las siete mejores ciudades del planeta para disfrutar el arte callejero. Un bien inmaterial que los jóvenes de los lugares más recónditos se han atrevido a explotar.

Rojas y Sabogal sueñan con que el arte de Bogotá Colors llegue tan lejos como el de la Comuna 13 de Medellín, la East Side Gallery de Berlín o las paredes de Wynwood en Miami. Eso sí, sin olvidarse nunca la identidad de Ciudad Bolívar. Ese es el legado que Rojas defiende con sus aerosoles: “Ser la memoria de la calle”.

Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_