El papa Francisco, ¿petrista?

Negar la participación del Papa en la búsqueda de la paz en Colombia sería una injusticia con el Santo Padre Francisco y un desconocimiento de la historia. Su viaje a Colombia en septiembre de 2017 fue una manera explícita de demostrar que tenía el objetivo de conseguir la reconciliación del pueblo colombiano tras la firma de los acuerdos de paz con las FARC. La Iglesia católica ha sido un agente muy activo en los procesos que se han adelantado en la búsqueda de la concordia de los colombianos.

La periodista Cindy A. Morales Castillo recuerda en el periódico El Espectador cómo fue, por el Pontífice, que se logró uno de los hitos más importantes con el ELN: “El cese al fuego de 101 días que entró en vigor el 1 de octubre de 2017, durante el Gobierno de Juan Manuel Santos. Era la primera vez en 54 años de conflicto que se daba un hecho de esa magnitud, que fue descrito como el ‘primer milagro del Papa’. Esa acción, que ya se sobrepasó con el alto al fuego de 180 días que esa guerrilla lleva con este Gobierno, estuvo motivada por el viaje que hizo el Papa a Colombia, pero con un trasfondo aún más especial y que mostró su interés por el país”. A su representante en Colombia, el nuncio apostólico de la época, su amigo personal monseñor Luis Mariano Montemayor, le advirtió: “Me he empeñado por la paz en Colombia y sigo empeñado en la paz de Colombia.”

A mí parecer, la relación personal del Papa con el presidente Gustavo Petro ha sido más estrecha de la que había mostrado con otros colombianos. No es sino mirar la fotografía en la que aparecen juntos, el saludo que parece más un abrazo, las manos sobre el hombro de ambos protagonistas. La primera muestra de cariño del Papa fue en febrero de 2022, cuando lo recibió de candidato presidencial, un verdadero espaldarazo. En un país con tan malas noticias, es evidente que este encuentro entre el Papa y el jefe del Estado para dialogar sobre la paz de Colombia es un premio. La paz es un anhelo de todos los colombianos.

En este último viaje, 35 minutos de buen ambiente, de cercanía, le abonó el terreno al presidente Petro para pedirle hospitalidad al Papa y realizar una ronda de conversaciones con el ELN en el Vaticano, petición un poco atrevida que, de perfeccionarse, constituiría una carambola a tres bandas. Antes del encuentro papal, el presidente Petro tuvo la inteligentada de reunirse con la comunidad de San Egidio, elemento clave para lo que tenga que ver con acercamientos a la paz en cualquiera de sus modalidades.

El ELN ha sido renuente a la optimización de los intentos de paz que se han hecho hasta ahora. La ventana que se abre con el Vaticano para convocar al ELN in situ recuerda el milagro de 2017. Es probable que la única manera de suscribir un acuerdo con este grupo subversivo sea el Papa, vía la comunidad católica de San Egidio. Esta sociedad ha servido de mediadora en algunos de los procesos en Colombia. En febrero de 2000, el presidente Andrés Pastrana logró que se reunieran en el Vaticano los delegados del Gobierno y los voceros de las FARC. Posteriormente, el presidente Juan Manuel Santos obtuvo el respaldo necesario del Vaticano al acuerdo de paz.

Importante tener en cuenta que, desde sus inicios, el ELN ha sido una organización ideológica que entre sus fundadores incluyó a personajes provenientes de la Iglesia católica como Camilo Torres, sacerdote y figura destacada en el siglo XX. El cese bilateral al fuego es un buen aperitivo, pero en cierta manera dependemos del Papa para coronar la operación.

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