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Menos nacimientos, más vasectomías: la tasa de natalidad de Colombia se desploma

El DANE registró 573.625 nacimientos en 2022, la cifra más baja desde 2012

Tasa de natalidad 2023 en Colombia
Una niña recién nacida luego de que tomen la huella de sus pies para su acta de nacimiento, en Cúcuta en 2019.Fernando Vergara (AP)

En un pasillo largo, color hueso, sentados en fila y cubiertos por unas batas, varios hombres desconocidos esperaban su turno para entrar a la sala quirúrgica. Mientras esperaban, empezaron a romper el silencio y uno a uno contó por qué estaba allí. La mayoría superaban los 40 años, tenían hijos y no querían más. Un par eran más jóvenes y ni tenían ni contemplaban tener hijos. Todos decidieron que era el momento para someterse a una vasectomía. Según datos de Profamilia, una entidad pionera en salud sexual en Colombia que desde 1970 realiza estas intervenciones, en el último año 22.150 hombres se realizaron cirugías con el fin de no tener hijos. Y aunque mujeres sumaron 48.689, la población masculina esterilizada de manera voluntaria creció más significativamente.

Además de que casi 71.000 personas decidieron cortar de raíz la posibilidad de procrear, recientemente el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) reveló las cifras oficiales de nacimientos en 2022. Contabilizó 569.311, la cifra más baja desde hace 20 años. 15 años atrás, en 2008, nacieron 715.453 personas, lo que señala un cambio enorme en la sociedad colombiana. Uno que sigue en marcha: si bien los datos de 2023 aún no son definitivos, la entidad ha encontrado que de enero a octubre de 2023 habría una reducción adicional del 20,6% frente al mismo periodo de 2022.

La tendencia es general. De acuerdo a las cifras oficiales, la región donde más se redujo la natalidad entre 2018 y 2022 fue en Bogotá (-25.7%). El contraste es marcado con Vichada, Vaupés, Guainía, Putumayo y la Guajira, donde hubo incrementos que llegaron al 59,1% en el caso del primer departamento, una zona de frontera agrícola y población creciente.

La caída es más pronunciada todavía si se mide la tasa de natalidad, el número de nacimientos por cada 1.000 habitantes, pues la población sigue creciendo. La tasa fue de 11,1 en 2022 cuando en 2018 era de 13,5 — y entre 1960 y 1965 era de 45,03.

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La vasectomía es una operación ambulatoria en la que se hace un corte en el conducto testicular que transporta los espermatozoides. Eso impide que el hombre pueda fecundar un óvulo y conseguir un embarazo. Así se lo explicaron en Profamilia a Alberto, un abogado de 39 años que estaba en aquella sala de espera. Como él, todos los presentes concuerdan en que los trámites previos fueron fáciles, la mayoría lo hicieron por su EPS a través de Profamilia. El abogado recuerda que todos los hombres coincidían en sus motivaciones.

El tema se ha vuelto objeto de conversaciones cotidianas. Ya había sido centro de la discusión para Alberto y su grupo de amigos más cercano, pues habían notado que eran pocos los que decidían tener hijos. En su círculo de amigos cercanos de 9 hombres, 6 ya se hicieron una vasectomía y solo uno se la hizo luego de ser padre. Apenas dos tienen hijos biológicos. “En mis planes nunca estuvo tener hijos y me encuentro en una relación estable con una persona que comparte la misma forma de pensar respecto a los hijos, así que era lo más responsable. Considero que debí operarme mucho antes”, le cuenta a EL PAÍS, ocho meses después de esa decisión, Didier, un diseñador gráfico que a sus 38 años decidió operarse.

Las razones que argumenta su amigo Alberto van en la misma línea. “Aunque nunca me he visualizado como papá, siempre tuve mis dudas sobre hacerme o no el procedimiento. Finalmente, la idea de realización personal asociada a ser padre de familia me frenaban para dar ese paso, pero también me producía pavor la posibilidad de ser padre por obligación”, explica.

A la caída de la tasa de natalidad, se le suma una disminución en la tasa de fecundidad, el número promedio de hijos por cada 1.000 mujeres en edad fértil (de 15 a 49 años de edad). La entidad detalla que, en el rango de edad de 20 a 24 años, hubo 16 nacimientos menos por cada 1.000 mujeres que los reportados en esas edades en 2018. Juan Carlos Vargas, asesor Científico de Profamilia manifiesta que esto se ha evidenciado en los casos que atiende la entidad. “Hace unos años lo que veíamos era que las mujeres que optaban por la ligadura de trompas tenían por encima de cuatro hijos. Hoy vemos que el promedio de hijos está por abajo de tres”, agrega.

La responsabilidad masculina

En los últimos cinco años, Profamilia ha registrado que cada día son más las personas que se esterilizan. Aún son más las mujeres accediendo a ligaduras de trompas. No obstante, el número de hombres que deciden no ser papás ha ido al alza de manera significativa. En 2020 la institución realizó 13.459 vasectomías, en 2021 fueron 19.814 y en 2022 el número alcanzó 23.547, con lo que prácticamente se duplicaron en dos años. Además, si en 2018 realizaba una vasectomía por cada tres ligaduras de trompas, en 2023 la proporción ya era de 2 a 1. Esto es clave, pues históricamente la anticoncepción ha recaído en los cuerpos femeninos, en muchos casos con un fuerte impacto en su salud.

De ello se percató Jerónimo, un periodista que decidió hacerse una vasectomía a sus 29 años (en un rango de edad que solo puso el 2 % de los procedimientos entre 2021 y 2023) tras enterarse de que su pareja se enfermó gravemente a raíz del uso sistemático de anticonceptivos. Junto a la idea de no querer tener hijos que había cultivado desde joven, el estado de salud de su novia lo llevó a hacerse la cirugía.

Vargas anota que además se ha identificado que los hombres sin hijos son los que más suelen solicitar este servicio, a diferencia de las mujeres que suelen hacerlo cuando ya son madres. Sin embargo, poco a poco han ido creciendo las pacientes que no tienen hijos. Este periódico consultó a dos mujeres con parejas que se hicieron una vasectomía, y a la pregunta de por qué fueron los hombros quienes se operaron, ambas contestaron que el proceso en su caso era más invasivo y se encontraron varios obstáculos en el trámite.

Con el fin de evitar situaciones así, desde hace una década en Colombia existe una ley (1412 de 2010) que busca garantizar, de forma gratuita, la práctica de ligadura de trompas y vasectomía. La norma obliga a que el sistema de salud cubra ese tipo de procedimientos para las personas que no estén afiliadas al régimen subsidiado o contributivo de salud. Decreta además que los pacientes deben recibir incapacidad laboral, en los términos y condiciones dispuestas por el médico, quienes serán los encargados de informar previamente a la cirugía sobre las implicaciones, los beneficios y los efectos sobre la salud, así como las alternativas de utilización de otros métodos anticonceptivos no quirúrgicos.

De las alrededor de 10 personas, entre hombres y mujeres, con las que dialogó EL PAÍS y que se esterilizaron, ninguna conocía de esa ley. Asimismo, tampoco manifestaron estar arrepentidos de su decisión; por el contrario, la mayoría enfatizó en que era un pensamiento que maquinaron por mucho tiempo antes de someterse al procedimiento. Todos confirman, hasta el momento, estar a gusto con la idea de no tener hijos biológicos.

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