La respuesta a la crisis del hospital público de Buenaventura llegará desde el mar

El Gobierno ha anunciado este viernes una medida histórica para responder a la crisis permanente del hospital público de Buenaventura: la construcción de un buque-hospital. El proyecto, que se realizará gracias a un convenio entre el Ministerio de Salud y la Armada Nacional, brindará atención médica a más de 150.000 habitantes de las zonas ribereñas de la costa pacífica y se estima que costará 77.500 millones de pesos (unos 20 millones de dólares). Está previsto que la construcción empiece en el primer trimestre de 2024 y que esté en servicio a finales de 2025. Será el primer buque-hospital propiedad de Colombia, aunque otros han llegado al país en misiones humanitarias.

En diálogo con Caracol Radio, el secretario general del Ministerio de Salud indicó que la nave ofrecerá servicios en algunas de las localidades más intrincadas del país. “Permitirá llegar a poblaciones realmente necesitadas” dijo. “Todo el sector de Ladrilleros, Juanchaco, el Alba, La Bocana [comunidades costeras del municipio de Buenaventura], incluso Gorgona, así como por los ríos que circundan el departamento del Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño”, especificó. Prestará atención en ginecobstetricia, pediatría, medicina interna, cirugía, imágenes diagnósticas, telemedicina y laboratorio clínico, entre otros servicios de mediana complejidad.

La construcción de la embarcación se ejecutará mediante un contrato entre la Corporación de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Industria Naval (Cotecmar), una entidad pública que depende del Ministerio de Defensa, y el Hospital Luis Ablanque de La Plata de Buenaventura. Encargado de las intervenciones en el puerto, el hospital se encuentra en un estado deteriorado desde hace años. En diciembre de 2022, la Superintendencia Nacional de Salud ordenó la toma de posesión de la entidad pública ―que atiende a cerca de 500.000 habitantes de la ciudad y su zona circundante― y firmó acuerdos sobre pagos atrasados. Semanas después, una veintena de médicos especialistas del centro renunció, en medio de denuncias de que el hospital les había dejado de pagar.

Meses más tarde, en julio, el ministro de Salud Guillermo Alfonso Jaramillo propuso soluciones para la crisis de salud bonaverense. Anunció inversiones de más de 80.000 millones de pesos para arreglar la infraestructura del hospital y la construcción de otro en Puerto Merizalde, un corregimiento de Buenaventura. Los diseños para el nuevo centro de salud sobre la puerta del río Naya se aprobaron en noviembre. Este viernes, se supo que más refuerzos llegarán desde el mar.

El descuido del Pacífico

La Costa Pacífica colombiana carece de servicios de salud e infraestructura desde hace años. Durante décadas, la población mayoritariamente afrodescendiente de la región ha protestado, casi anualmente, para reclamar al Gobierno acceso a agua potable, alcantarillado, sanidad, educación de calidad y el fin del conflicto armado. Uno de los puntos más álgidos del descontento llegó en 2017. En mayo y junio de ese año, el Pacífico estalló de una manera histórica. Un paro cívico de casi tres semanas se realizó a lo largo de la región, y Buenaventura fue el ojo del huracán.

Cientos de miles de ciudadanos se tomaron las calles durante 22 días. El Gobierno decretó un toque de queda y la emergencia social por las confrontaciones entre los habitantes y la Fuerza Pública. En el puerto más importante de Colombia, se perdieron 10.000 millones de pesos al día.

Finalmente, se llegó a un acuerdo con el entonces presidente, Juan Manual Santos, que pactó una inversión de 1,5 billones de pesos en obras en la ciudad (unos 500.000 millones de dólares al cambio de la época). Para ese entonces, 8 de cada 10 bonaverenses vivían en situación de pobreza. Esa cifra no ha cambiado. Según los últimos datos de la organización Buenaventura Como Vamos, de 2020, el 82% de la población del puerto vive en pobreza, y el 41% en la miseria.

Este viernes, además del buque-hospital en la Costa Pacífica, el Ministerio de Salud también anunció que planea firmar convenios para dos embarcaciones más. Estas recorrerán algunos de los ríos más inaccesibles del país: el Putumayo, el Amazonas, el Inírida y sus afluentes.

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