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Petro anuncia la apertura de una embajada colombiana en Palestina

El presidente de Colombia también dijo que enviará un avión humanitario a la Franja de Gaza, tras reunirse por separado con los embajadores palestino e israelí

Emma Jaramillo Bernat
Raouf Almalki y Gustavo Petro
El embajador de Palestina en Colombia, Raouf Almalki, con Gustavo Petro, el 19 de octubre en Bogotá.Presidencia

Sonriente y abrazado con el embajador de Palestina, Raouf Almalki, apareció este jueves el presidente colombiano. La imagen fue publicada por el mismo Petro en su cuenta de X —antes Twitter—, a través de la cual anunció que el país “abrirá su embajada en Ramallah”. Se trata de una medida que aterriza el reconocimiento de Colombia al Estado palestino, una decisión que tomó el expresidente Juan Manuel Santos el 3 de agosto de 2018, de forma sorpresiva, apenas un día antes de entregarle el Gobierno a Iván Duque. Así mismo, Petro informó que enviará un avión con ayuda humanitaria para la Franja de Gaza, “en espera que se abra un corredor humanitario”, posiblemente a través de Egipto. Sin embargo, la Cancillería aún no ha especificado la fecha ni ha dado detalles logísticos sobre ninguna de las dos iniciativas.

Esta postura es afín a la que Petro ha mantenido a lo largo de su carrera política. En 2015, cuando era alcalde de la capital, firmó un acuerdo que convertía a Bogotá y a Ramala, capital administrativa de Palestina, en ciudades hermanas. Hace cerca de un mes, el 14 de septiembre, se inauguró en La Cabrera, uno de los barrios bogotanos más exclusivos, una calle que fue nombrada como Estado de Palestina, tras la gestión de la concejala Ana Teresa Bernal, muy cercana al presidente; el acto simbolizaba la unión entre los dos países y fue complementado con la firma de varios acuerdos bilaterales. En junio el presidente ya había reiterado esa cercanía cuando le exigió a la Cancillería alinear una nueva política exterior hacia Palestina y que Colombia dejara de abstenerse en votaciones clave ante organismos internacionales.

Alexander Montero, director del Centro Colombiano de Estudios Árabes y quien ha sido asesor político de la embajada de Palestina en Colombia, sostiene que el anuncio de Petro “lo que hace es reafirmar la cercanía que hay entre el pueblo colombiano y el pueblo palestino. No es una decisión coyuntural solamente. Es una decisión que se apalanca en 150 años de relación entre los pueblos y sobre todo en aportes de la comunidad colombo-palestina a la vida nacional de Colombia”.

Considera que es un buen mensaje político, “que muestra una posición mucho más centrada que en las dos administraciones anteriores, y que retoma de cierta manera la senda de unas relaciones equilibradas: Colombia-Israel por un lado, y Colombia-Palestina por el otro”. Pero, sobre todo, sostiene que esta decisión va a mejorar las condiciones de los colombianos que viven en Palestina. “Es la posibilidad material de encontrar un espacio de apoyo a los colombianos que en este momento no tienen a dónde ir. Usualmente la atención consular de los colombianos en Palestina se hace a través de Israel, y no es nada fácil sortear los mil y un obstáculos que les pone Israel en movilidad, en disponibilidad, para que puedan ir al consulado en Tel Aviv”, añade.

Un respiro tras la crisis

Petro parece empezar a ubicarse dentro de ese “equilibrio” del que habla Montero. Y es que junto a la foto con Raouf Almalki hay otro retrato: el presidente se ve igual de cómodo y contento, pero esta vez junto al embajador de Israel en Colombia, Gali Dagan, pese a que en días recientes ambos protagonizaron varios encontronazos con motivo de la escalada de violencia entre Israel y el grupo palestino Hamás. La foto, que fue compartida en el mismo trino, logra bajar la tensión diplomática entre Colombia e Israel. “Me he entrevistado hoy con el embajador de Israel y el embajador de Palestina. He expresado mi posición de conseguir una conferencia internacional de paz que abra el camino para dos Estados independientes y libres”, indicó el presidente.

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El embajador de Israel en Colombia, Gali Dagan, con Gustavo Petro y el canciller Álvaro Leyva, este jueves.
El embajador de Israel en Colombia, Gali Dagan, con Gustavo Petro y el canciller Álvaro Leyva, este jueves.Presidencia

Aunque en general las publicaciones en X y las declaraciones de Petro han estado más inclinadas a mostrar solidaridad con las víctimas palestinas que con las israelíes, el presidente colombiano cuenta que en las reuniones les reiteró a ambos diplomáticos su solidaridad con los niños de los dos Estados, “que deben y tienen el derecho de vivir en paz”. La presión se aliviana luego de que el pasado domingo el embajador israelí diera a conocer la decisión de su país de suspender las exportaciones de equipos de seguridad hacia Colombia tras los comentarios de Petro sobre los sorpresivos ataques de la milicia Hamás a territorio israelí, el 7 de octubre.

Mientras la mayoría de los líderes mundiales salieron a condenar una ofensiva sin precedentes contra civiles por parte de Hamás —en la que sus militantes atravesaron la frontera de Gaza, que los israelíes consideraban infranqueable—, y que ese día dejaba más de 1.300 muertos en Israel y cerca de 150 personas tomadas como rehenes, el presidente Petro se abstuvo de hacer una censura semejante. “Ha estallado de nuevo la guerra entre Israel y la Gaza palestina”, publicó en Twitter, y reiteró su llamado a que se instaurara “un diálogo de paz donde se reconozca de manera integral el Estado Palestino”.

Los israelíes esperaban una condena más contundente. Petro, en cambio, insistía en las conversaciones e incluso llamaba la atención sobre el doble rasero con el que Occidente medía los hechos: por un lado condenaba la situación en Ucrania, mientras por el otro normalizaba la de Palestina, pese a que para el presidente colombiano en ambos casos existe una ocupación territorial. “Les solicito a Israel y Palestina ir a una mesa a negociar la paz y que se permita la existencia de dos Estados y dos naciones libres y soberanas; Israel y Palestina”, dijo.

Cuando Israel respondió atacando la Franja de Gaza —una zona empobrecida y considerada por múltiples expertos como una cárcel al aire libre—, Petro reaccionó de manera mucho más enfática, e incluso comparó la situación en la Franja con el exterminio nazi de millones de judíos. “Ya estuve en el campo de concentración de Auschwitz y ahora lo veo calcado en Gaza”, escribió, en un intercambio con el embajador Dagan.

La reacción de Israel no se hizo esperar: convocó a la embajadora de Colombia en ese país, Margarita Manjarrez, para una conversación de reprimenda. Para ellos, las declaraciones eran “hostiles y antisemitas”. El embajador israelí indicó que condenaban las afirmaciones de Petro, que “afectan a los representantes del Estado de Israel y amenazan la paz de la comunidad judía en Colombia”. A nivel interno, las críticas hacia Petro también aumentaban, sobre todo tras conocerse que entre los fallecidos había dos colombianos: Ivonne Rubio y Antonio Macías Montaño.

“Si hay que suspender relaciones exteriores con Israel las suspendemos. No apoyamos genocidios. Al presidente de Colombia no se le insulta”, dijo Petro frente a la declaración israelí. Aunque la suspensión de las exportaciones de equipos de seguridad podría afectar a Colombia, el intercambio comercial entre ambos países es más variado, y un escalamiento también tendría consecuencias para Israel, pues el país sudamericano le vende café, flores, confites, galletas y manufacturas de papel, pero sobre todo carbón. Mientras tanto, la crisis humanitaria se agudiza en las zonas a las que han huido los gazatíes tras el ultimátum israelí.

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Emma Jaramillo Bernat
Es periodista de la edición de El PAÍS en Colombia. Ha trabajado en 'El Tiempo', como editora web, y en la Agencia Anadolu, de Turquía, como jefe de corresponsales para Latinoamérica. Graduada de Comunicación Social de la Universidad Javeriana de Bogotá y máster en Creación Literaria de la Universitat Pompeu Fabra.
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