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Una ola de ataques terroristas en el Cauca deja dos muertos, dos heridos y a una comunidad atemorizada

Las autoridades no han identificado a los responsables, aunque el presidente Gustavo Petro señala al grupo disidente conocido como Estado Mayor Central

Jules Ownby
Dos hombres caminan junto a una vivienda destruida por un ataque con carro bomba, en Timba (Colombia), este miércoles.
Dos hombres caminan junto a una vivienda destruida por un ataque con carro bomba, en Timba (Colombia), este miércoles.Ernesto Guzmán (EFE)

La violencia ha vuelto a sacudir al Cauca este miércoles. Al menos tres atentados terroristas se llevaron a cabo en las horas de la mañana en varios municipios del occidente del departamento, una zona estratégica para las rutas del narcotráfico debido a que sirve de conexión entre las regiones andinas con cultivos de coca y la salida al océano Pacífico. En la localidad de Timba, un corregimiento de Buenos Aires, un carrobomba explotó a las 7.15 de la mañana a 50 metros de la estación de la Policía, según informó el subdirector de la Policía Nacional, Tito Castellanos, en un video publicado por el Ministerio de Defensa. El ataque se cobró la vida de dos personas y dejó otros dos heridos. La Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (FECODE) reveló en la red social X que una de las víctimas mortales fue Luz Stella Balanta Solís, una profesora que se dirigía a la escuela. Se desconoce la identidad de la otra víctima mortal.

La estación de policía atacada se encuentra cerca de un hospital que quedó parcialmente destruido, de una escuela que sufrió daños importantes y de varios negocios cercanos, aseguró el gobernador del Cauca, Elías Larrahondo, en Caracol Radio este miércoles. Agregó que la Policía todavía no había determinado quiénes están detrás del ataque. Sin embargo, hizo hincapié en que el grupo disidente conocido como columna Jaime Martínez, opera en Timba. Se trata de una columna que reconoce como su máximo comandante a alias Iván Mordisco y forma parte del Estado Mayor Central (EMC), la disidencia más grande del país.

Los otros dos atentados se realizaron a menos de 20 kilómetros de Timba. Una base militar en Suárez y una estación de Policía de Santander de Quilichao fueron atacadas con explosivos. El Ejército ha informado de que no hubo personas afectadas. Además, las autoridades locales desactivaron un cilindro bomba debajo de un puente peatonal en San Rafael, justo al norte de Santander de Quilichao, sobre la vía Panamericana.

Aunque ni la Fiscalía ni las autoridades caucanas se han pronunciado sobre los responsables de los ataques, el presidente Gustavo Petro acusó, por la red social X, a la mayor disidencia. “Las acciones del EMC en el Cauca son su respuesta a nuestra ofensiva en el valle del Micay donde se produce el 70% de la hoja de coca del Cauca”, trinó a las 10.04 am desde Nueva York, donde se encuentra desde el pasado domingo con motivo de la reunión 78 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.


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Unos minutos más tarde, el alto comisionado para la Paz, la institución que asesora al presidente en la política de paz y en la formalización de diálogos y acuerdos con los grupos armados ilegales, se sumó a las acusaciones de Petro. “Si EMC-FARC escucha al pueblo, entenderá la diferencia entre el cese unilateral que decretó hace pocos días y la absurda arremetida de hoy en el Cauca. La paz se hace con hechos. Aplicar el derecho internacional humanitario da credibilidad a su voluntad de paz”, publicó a través de X. El grupo disidente no ha respondido a los señalamientos.

Los ataques terroristas también provocaron una fuerte reacción por parte de la vicepresidenta, Francia Márquez. Señaló, por X, que los acontecimientos “evidencian la falta de voluntad de los grupos armados de querer avanzar hacia un camino de paz en Colombia” e instó al ministro de Defensa, Ivan Velazquez, de atander a la “grave situación de seguridad en el departamento”.

Esta nueva ola de atentados ocurre un día después de que en Suárez —uno de los municipios donde se hicieron los ataques— el Gobierno y el EMC anunciaran la instalación de una mesa de diálogos de paz de en Tibú, en la convulsa región del Catatumbo, el 8 de octubre. En esa fecha empezará un cese al fuego bilateral que durará 10 meses. En un comunicado conjunto, el EMC y el Gobierno precisaron que el acuerdo tendrá “como marco de referencia el respeto al derecho internacional humanitario y en particular el protocolo adicional II de 1977, adicional a los Convenios de Ginebra”. Menos de 24 horas después, el mismo Suárez amaneció con el sonido de explosiones.

La violencia no es una novedad en el Cauca, un departamento de geografía quebrada y montañosa, y un lugar estratégico para el narcotráfico. Muy golpeado por el conflicto armado, según datos de 2021 de la Comisión de la Verdad, más de 470.000 caucanos han sido víctimas del conflicto armado. Esto es casi una tercera parte de la población. Desde que el Gobierno de Juan Manuel Santos firmó el acuerdo de paz con las FARC en noviembre de 2016, numerosos ceses al fuego y mesas de diálogo han llegado a la región, una de las más empobrecidas y violentas del país. Allí opera un archipiélago de grupos armados ilegales que incluye, además de las disidencias, al ELN y al Clan del Golfo.

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Sobre la firma

Jules Ownby
Periodista de El País en Bogotá. Ha trabajado como redactor y productor audiovisual en varios medios norteamericanos. Estudió ciencias en la Universidad McGill en su ciudad natal, Montreal, y cursó el máster de Periodismo UAM-El País en la promoción 2022-2024.

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