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Luz al final del túnel inflacionario en Colombia: cae al 12,28% en abril

Los datos del DANE le dieron la razón al ahora exministro de Hacienda José Antonio Ocampo, que había reiterado que todo indicaba que el dato de marzo era el pico del alza de precios

Imagen de la Comuna 13 de Medellín (Colombia), el 5 de abril de 2023.
Imagen de la Comuna 13 de Medellín (Colombia), el 5 de abril de 2023.Edinson Ivan Arroyo Mora (Bloomberg)
Camilo Sánchez

Finalmente ocurrió. Tras más de dos años de aumento sostenido en la inflación, en abril de este año retrocedió. Aunque sigue muy por encima de la meta del 3% que tiene el Banco de la República, el alza de precios de los últimos 12 meses cayó del pico de marzo, cuando fue del 13,34%, a un 12,92%. Eso gracias a que si en abril de 2022 los precios crecieron un 1,25%, en 2023 ese aumento fue de un 0,78%.

Los datos suponen un alivio parcial, ya que se empieza a revertir una batalla contra el alza de precios jalonada, especialmente, por el rubro de los alimentos. “Para hogares pobres y vulnerables es la cuarta caída mensual”, publicó en su cuenta de Twitter el saliente ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo. “Y coincide con inflación muy baja de precios al productor por dos meses consecutivos”, añadió. Sergio Clavijo, doctor en Economía y profesor de la Universidad de los Andes, recuerda por su parte que el precio de los alimentos tuvo incrementos alarmantes del orden del 25% anual a corte de marzo.

“Ese punto porcentual, del 13,3% al 12,3%, en la inflación total”, argumenta Clavijo, “es una buena noticia, en línea con lo que estaba esperando el Banco de la República y probablemente ratifica la idea de que llegamos en marzo al tope”. Para Ocampo la única inquietud a futuro se centra en el “ajuste del precio de la gasolina. Porque los indexados, como los arriendos, comenzarán a ceder”. Javier Mejía, catedrático de la Universidad de Stanford, resalta los efectos de la demanda interna tras las subidas de las tasas de interés impulsadas por el emisor.

“Ya se nota la reducción en el consumo de casi todos los rubros y en la inversión también. Las compras de vivienda, por ejemplo, se han desplomado”, asegura Mejía. También precisa que el peldaño que ha bajado la inflación de los alimentos está asociado a la “reducción de precios internacionales en materias primas” y a la moderación de la inflación en el resto del mundo. La leche bajó un 27,83% anual, las frutas frescas un 20,84%, la papa un 20,72%, la cebolla otro 20% y la carne de res un 13,76%. “Una gran parte de la caída de los precios”, opina Mejía, “será en rubros regulados como los servicios públicos, porque están atados y el Gobierno está tirando cuerdas para tenerlos controlados”.

Pero, continúa, el descenso es explicable en últimas debido al frenazo económico, pues la gente tiene “disponible menos plata para comprar”. En los datos de abril el segmento de la economía en el que más creció la inflación anual fue el de restaurantes y hoteles (18,60%), pero para el veterano economista Eduardo Sarmiento se trata de cifras relativas que de ninguna manera reflejan el deterioro estructural de la economía colombiana: “Llevamos tres años con tasas de inflación por encima del 10%. Pero la producción no hace sino decaer. El déficit en cuenta corriente está totalmente desmandado, por encima del 6%, uno de los más altos del mundo y que no es sostenible ni siquiera para un país desarrollado. De tal forma que si uno mira el conjunto de la información, a pesar de que la inflación parece haberse detenido, seguimos en un contexto de crisis y no se ve una salida de fondo a ese estado”.

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El moderado descenso de la inflación subyacente (core) le da pistas a Sergio Clavijo, por su parte, para vaticinar que, si continúa la misma tendencia, hacia final de año “debería acercarse al 9% y al Banco de la República se le abriría la oportunidad de pensar, entre los meses de septiembre a diciembre, en reducir el pico de la tasa de interés del 13,25% a una tasa cercana al 11 u 11,5%”. Advierte, sin embargo, que aún hay varios retos en el panorama porque si la “inflación subyacente llega a ese hipotético 9%, y la inflación total se acerca a niveles del 11% para el cierre del 2023, son razones suficientes para seguir preocupados por el tema inflacionario, y la economía ha continuado dando señales de desaceleración. Todavía el Indicador de Seguimiento de la Economía colombiana arroja una cifra satisfactoria del 3 o 4%, pero sabemos que a medida que avance el año vamos a tener un crecimiento del PIB real del orden, en mi opinión, de cero a medio punto porcentual”.

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Sobre la firma

Camilo Sánchez
Es periodista especializado en economía en la oficina de EL PAÍS en Bogotá.

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