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Un acuerdo político revive a las EPS en la reforma a la salud

Tras un encuentro entre Gustavo Petro y las cabezas de los partidos Conservador y de La U, el Gobierno cede en su proyecto bandera a cambio de que sobreviva

Colombia: la reforma de Salud presentada el 13 de febrero, texto que será modificado pero finalmente aprobado
La reforma de Salud presentada el 13 de febrero, texto que será modificado pero finalmente aprobado.Chepa Beltran (Getty Images)
Juan Esteban Lewin

“Tenemos humo blanco. La reforma a la salud coge cada vez más fuerza de manera concertada. Tendremos un sistema mixto público privado”, dijo este lunes en la noche el presidente de la Cámara, el petrista David Racero. Lo dijo tras una reunión en la Casa de Nariño entre el presidente, de un lado, con el senador Efraín Cepeda, presidente del directorio nacional del Partido Conservador, y la exsenadora Dilian Francisca Toro, cabeza del Partido de La U, del otro. En el encuentro se acordó que la reforma a la salud va, pero con cambios, y que esos partidos la apoyarán una vez se defina el texto que incluya los ajustes.

Según explicó Cepeda al salir de la reunión, flanqueado de Toro y en las escaleras de la Casa de Nariño, el acuerdo se puede explicar con cuatro elementos. El más neurálgico es que “queda la libre elección”, lo que significa que los ciudadanos podrán elegir entre varias opciones quién les maneja a la salud. Eso es lo opuesto del corazón de la reforma del Gobierno, que lideró la ministra de salud, Carolina Corcho. El texto radicado buscaba centralizar en el Estado el rol de afiliación de las personas, contratación de clínicas, operadores de medicamentos o en general prestadores de servicios de salud, y manejo del riesgo al estilo de una aseguradora.

Al mantener la libre elección, además, se elimina el riesgo jurídico que podía dar al traste con la reforma. Varios constitucionalistas defienden que ese elemento es parte del derecho fundamental la salud, y por eso la reformase debía tramitarse como una ley estatutaria, que tiene mayores exigencias en las mayorías y los plazos. Como el Gobierno se ha negado y el trámite desde una ley ordinaria, sobre la reforma parecía tener una espada de Damocles.

Pero la libre elección no solo significa esa seguridad para el proyecto y el Gobierno, sino una concesión de marca mayor de parte de Petro. “Continúan como gestoras de salud las actuales EPS”, aclaró Cepeda. Las Entidades Promotoras de Salud ha sido el eje del debate, y la ministra Corcho las ha criticado una y otra vez. Mantenerlas altera el corazón de la reforma, y deja mal parado a Petro, que hace pocos días dijo “No puede haber un Gobierno diluido frente a un Congreso cuando se tramita un proyecto de ley. Y el proyecto de ley de salud que se ha presentado es el del presidente de la República”.

Otros dos puntos del acuerdo, según Cepeda, son ajustes para hacer más riguroso el funcionamiento de esas entidades, que pueden ser públicas o privadas. Uno es que no podrán hacer integración hospital, es decir, ser dueñas de clínicas u hospitales, con lo que se evitará que se contraten a si mismas. El segundo es que el giro directo de los recursos del Estado a los prestadores de los servicios será ahora la regla general, con lo que eventualmente las EPS dejarán de tener el negocio financiero (el manejo de los recursos que van a los prestadores) pero seguirán diciendo cuánto se paga y a quién.

El cuarto elemento es que se eliminan decenas de fondos regionales para el manejo de los recursos de la salud que creaba la propuesta del Gobierno, y que dejan de tener razón de ser en tanto se mantienen las EPS, aunque cambien de nombre.

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La exgobernadora Toro reiteró la idea. “El sistema de salud será mixto, donde habrá privado y habrá público. El privado va a ser con una articulación de gestoras de salud y vida”, aclaró junto a Cepeda, y explicó que las diferencias entre esas gestoras y las EPS son la prohibición de la integración vertical, el no giro directo y que no tendrán “posición dominante”. “El sistema público estará integrado por todos los hospitales públicos del país. Los de nivel 1, que son los que se van a convertir en CAPS [centros de atención primaria en salud, uno de los elementos centrales del proyecto del Gobierno]”, aclaró. Y dijo que las gestoras recibirán el 5% de los recursos para los gastos de administración.

El acuerdo, que aún debe traducirse en un texto concertado para el proyecto de ley, es el resultado de una presión dentro de la coalición de Gobierno. La U y el Partido Conservador, junto con el Liberal, forman parte de esa coalición, y plantearon la semana pasada un proyecto de reforma a la salud alternativo al que radicó Petro hace tan solo tres semanas. Era un paso más de una alianza de partidos tradicionales pero aliados del Gobierno para moderar la propuesta de reforma a la salud.

Con este acuerdo, resulta triunfante la visión, por ejemplo, del presidente del Congreso, el médico y político Roy Barreras. Aliado del Gobierno pero crítico del texto de la reforma, hace tan solo tres semanas dijo a EL PAÍS “Si se aprobara la reforma a la salud de la ministra Corcho, tendríamos una crisis inmanejable”.

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Juan Esteban Lewin
Es jefe de Redacción de la edición América Colombia, en Bogotá.

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