La policía alemana podrá espiar 'on line' a los sospechosos de actividades terroristas
La normativa, que entra en vigor el próximo 1 de enero, exige la autorización de un juez
Alemania estrenará con el Año Nuevo la ley que autoriza el espionaje on line en ordenadores privados a la Policía de Investigación Criminal (BKA), que asumirá competencias en la lucha preventiva contra el terrorismo y podrá realizar escuchas en domicilios de sospechosos. Por primera vez en la historia, el BKA, un cuerpo integrado por 5.000 agentes, estará autorizado para espiar en domicilios y también en los ordenadores privados de sospechosos de actividades terroristas.
El presidente del país, Horst Köhler, firmó ayer la normativa, a tiempo para que entre en vigor el primero de enero una ley que ha desatado las críticas de la oposición y de los principales medios de comunicación, puesto que abre la puerta a que se vigile también a los periodistas.
El proyecto, uno de los objetivos centrales para la actual legislatura del ministro del Interior, Wolfgang Schäuble, fue aprobado por el Bundestag (cámara baja) con los votos de la gran coalición, formada por cristianodemócratas y socialdemócratas, el pasado noviembre.
Las tres formaciones de la oposición -Verdes, Partido Liberal (FDP) y La Izquierda- la rechazaron en bloque y los estados federados de cuyos gobiernos forman parte estas fuerzas anunciaron que la rechazarían en el Bundesrat (cámara alta).
A este bloqueo se unieron posteriormente varios "länder" gobernados por el Partido Socialdemócrata (SPD), lo que obligó a recurrir a una comisión de arbitraje para asegurarse la ratificación en la cámara de representación territorial.
Tras un duro tira y afloja, se llegó a una solución de compromiso por la que se suprimía de la normativa uno de sus aspectos más controvertidos, el que permitía, en casos de urgencia, realizar espionaje on line sin autorización judicial.
Religiosos, no; periodistas, sí
El texto definitivo exime de la posibilidad de ser espiados a diputados, religiosos y abogados defensores.
Sí abre la puerta, en cambio, a la vigilancia de periodistas, médicos y resto de juristas, de modo limitado y si se considera que con ello se puede descubrir a fuentes sospechosas de atentar contra la seguridad del país.
Esta medida ha sido duramente criticada por once grandes medios, encabezados por el semanario Der Spiegel y el diario Süddeutsche Zeitung, que consideran que vulnera el derecho a la información y restringe el periodismo de investigación, puesto que pone en peligro la confidencialidad de sus fuentes.
Hasta ahora, este tipo de escuchas eran competencia exclusiva de los servicios de espionaje, lo que ya en su momento desató una ola de indignación.
Schäuble, de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel, había convertido este proyecto en caballo de batalla de su departamento y argumentado que los procedimientos de investigación del BKA deben adaptarse a las posibilidades técnicas actuales.
La oposición acusó a Schäuble de querer dotar a la BKA de métodos propios de la Stasi -la policía secreta de la extinta República Democrática Alemana (RDA)-, reforzados gracias a las nuevas tecnologías.
El ministro rechazó tales acusaciones y afirmó que las operaciones se realizarán en casos muy concretos, no de manera general, y de acuerdo con las leyes de protección de datos personales y con la consiguiente autorización judicial.
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