Martine Aubry da el paso y anuncia que se presentará a las primarias socialistas

La primera secretaria del Partido Socialista francés (PS), Martine Aubry, ha dado hoy el esperado paso adelante y ha anunciado que se presentará a las primarias de su partido, que se celebrarán en octubre, para elegir el candidato que se enfrente a Nicolas Sarkozy en 2012 por la Presidencia de la República. Aubry, de 60 años, en una alocución solemne y televisada, ha elegido la ciudad de Lille, de la que es alcaldesa, para hacer partícipe a los franceses de su decisión. "Adquiero hoy ante vosotros el compromiso de la victoria del año que viene", manifestó Aubry para cerrar un discurso de unos diez minutos en el que pintó un panorama sombrío de la Francia de Sarkozy, al que describió como un poder "que lo toca todo y que no arregla nada (...) y que confunde energía con agitación".

A juicio de Aubry, el Gobierno de Sarkozy, adoptando "ciertas recetas liberales" ha hecho recaer el peso de la crisis entre los que menos tienen, liberando de ellos a los "privilegiados". Y añadió: "No podemos seguir pidiendo a los que ya han dado todo y no reclamar a los que tienen mucho".

La primera secretaria del PS se dirigió a los jóvenes, a los mayores, a los obreros y a los asalariados, y con todos se comprometió a enarbolar una candidatura encaminada a hacer una Francia "moderna, justa, inventiva y ecologista".

Ahora, Aubry deberá enfrentarse, en los meses que siguen, a dos de sus compañeros socialistas más renombrados: François Hollande, de 56 años, anterior primer secretario del PS, y Ségolène Royal, candidata presidencial en 2008, tras ganar las primarias socialistas de 2007, derrotada por Sarkozy. Aubry arranca por debajo en los sondeos con respecto a Hollande y por encima de Royal y de Sarkozy.

Ministra a los 41 años, hija de Jacques Dellors, la alcaldesa de Lille y actual primera secretaria del PS tiene fama de eficiente y seria, se sitúa en el centro del partido y mantiene muy buenas relaciones con algunos dirigentes ecologistas franceses. Para imponerse en estas primarias, en las que podrán votar no sólo los militantes sino todos aquellos que se declaren simpatizantes de izquierda, Aubry deberá superar el estigma de que se presenta sin mucha convicción, como una especie de candidata por eliminación, de que acude sólo después de que el político favorito de los franceses hasta su detención en mayo, Dominique Strauss-Kahn, haya quedado fuera de combate. En la prensa francesa, en las últimas semanas, era corriente ver el mismo titular: "¿Pero de verdad Aubry tiene ganas?".