Los socialistas dan la batalla de las primarias a Sarkozy
Aubry y Hollande arrancan mañana la pugna por la candidatura presidencial
Mañana arranca la carrera de las primarias socialistas en Francia con la apertura de plazo para presentar las candidaturas. En otras palabras: en los próximos días se sabrá qué dirigentes y barones del Partido Socialista francés (PS) pugnan por erigirse en candidato de la izquierda y rival de un Nicolas Sarkozy en horas muy bajas para las elecciones presidenciales de 2012. Es más: de entre el grupo de personas que den el paso adelante se encuentra el político francés, hoy por hoy y según los sondeos, con más posibilidades de convertirse el año que viene en presidente de la República francesa. Desde mañana mismo empezará la campaña (y la batalla) de los postulantes y quedará atrás un año largo lleno de especulaciones, tanteos oscuros, amagos y alianzas bajo cuerda. También de cataclismos políticos alcance planetario: Dominique Strauss-Kahn, el dirigente socialista favorito para vencer en estas primarias, acusado de intento de violación, verá su arranque en su piso de lujo de Nueva York, donde pasa los días encerrado, preparando su defensa y jugando interminables partidas de ajedrez a distancia con su tableta iPad.
La elección interna ha dado un giro radical tras la caída de Strauss-Kahn
Royal, que ya fue rival del presidente, aspira a ser la tercera en discordia
La muerte política de DSK, como se le conoce en Francia, ha cambiado de arriba abajo el desarrollo de estas primarias, cuya votación se celebrará en octubre, en las que podrá votar cualquier simpatizante de izquierda (el PS calcula que participarán entre uno y cuatro millones de personas) y que se preveían más o menos fáciles para el exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Apartado DSK, hay dos candidatos con posibilidades: el primero es François Hollande, de 57 años, diputado, ex primer secretario del PS desde 1998 hasta 2008, que ya ha anunciado que se presentará a estas primarias y que aparece en cabeza en los sondeos. Juega la baza de dirigente político pegado a la calle, de ciudadano normal, es simpático, moderado y hábil y a los franceses, en general, les cae bien, pero le achacan cierta falta de carisma y de estatura presidencial, tal vez explicable porque no ha sido nunca ni ministro. En su partido le odian con la inquina especial reservada a los compañeros de partido y en especial al que ha mandado en una organización perdedora durante 10 años. Pero ha conseguido algo importante: en 2008, al término del último congreso socialista como primer secretario, era un político carbonizado. El año pasado ni siquiera aparecía en los sondeos. Pero desde entonces, tras sorprender a todos con un nuevo aspecto, mucho más delgado, resultado de un régimen severo, no ha dejado de escalar puestos.
La segunda candidata con posibilidades es Martine Aubry, de 61 años, actual primera secretaria del PS, alcaldesa de Lille y exministra en varias ocasiones. Aún no ha dicho si se presentará o no. Pero Le Journal du dimanche aseguraba ayer que mañana anunciará su candidatura. Se encuentra un poco por detrás de Hollande en los sondeos pero por encima de Sarkozy. A favor tiene su aura de líder política seria, firme, eficiente, experimentada (ella sí ha sido ministra); en contra, su carácter autoritario y algo frío, su falta de sintonía con los medios de comunicación y su falta de verdadero deseo de lanzarse a la batalla. Hace meses, pactó un acuerdo no escrito con DSK por el cual, llegado el día, solo daría el paso el que se encontrara mejor situado en las encuestas. Ahora, con Strauss-Kahn fuera de combate, según algunos, se ve obligada a acudir a las primarias como una auténtica "candidata sustituta".
La tercera en discordia es Ségolène Royal, de 56 años, presidenta de la región de Poitou-Charèntes, exesposa de Hollande, exrival derrotada por Sarkozy en las últimas elecciones presidenciales, vencedora sorprendente de las últimas primarias socialistas celebradas en 2007 y adversaria enconada de Aubry en el último y fracasado congreso socialista de Reims, en 2008. Todas las encuestas la sitúan muy por debajo de sus dos conocidos adversarios, pero conviene no menospreciar la capacidad de atracción de esta mujer por parte de militantes y simpatizantes de izquierda.
Muy abajo en los sondeos, sin posibilidades reales, asoman los jóvenes cachorros de una nueva generación de socialistas franceses que despunta: Manuel Valls, de 48 años, de origen español, alcalde de Évry, de la corriente política de Strauss-Kahn, y Arnaud Montebourg, también de 48 años, situado en el ala izquierda del partido. Ninguno juega para ganar (aunque no tienen nada que perder), sino para situarse.
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