El régimen sirio redobla su ofensiva contra las ciudades sublevadas
Los soldados se despliegan en un suburbio de Damasco mientras columnas de tanques cercan tres barrios de Homs.- La UE da luz verde al embargo de armas y a la congelación de bienes a 13 responsables de la represión
Cuando se cumplen siete semanas de levantamiento popular contra el Gobierno de Bachar el Asad, el Ejército sirio ha redoblado su ofensiva contra los opositores en un intento de aplastar definitivamente la revuelta. Después de enviar este domingo más tanques y tropas a los ciudades rebeldes que ya estaban bajo sitio (Deraa, Banias y Homs), el régimen ha desplegado tropas esta mañana en torno al suburbio de Muadhamiya, al oeste de Damasco. Testigos citados por la BBC aseguran que en ese lugar se han escuchado fuertes tiroteos mientras inmensas columnas de humo negro se han levantado en el cielo. El barrio permanece sin electricidad y ninguna línea de teléfono funciona, según han denunciado activistas. Mientras, en Bruselas, la Unión Europea ha aprobado el primer paquete de sanciones contra el régimen.
Entretanto, nuevos batallones de soldados y policías se han desplazado este lunes hacia Homs, tercera ciudad siria a 165 kilómetros al norte de Damasco, donde las tropas, con el auxilio de tanques y vehículos blindados, registran casa por casa y detienen a multitud de personas desde el sábado por la noche. Se trata de tres barrios -Bab Sebaa, Bab Amro y Tal al-Sour- que, según el Observatorio sirio para los Derechos Humanos, "están completamente sitiados" y donde un numero indeterminado de personas han sido arrestadas. "Hay un bloqueo total de información sobre muertos y heridos. Las telecomunicaciones y la electricidad han sido cortadas en repetidas ocasiones", ha denunciado este organismo.
En esa ciudad de un millón de habitantes que se ha convertido en uno de los focos más activos de la revuelta, al menos 14 personas han muerto solo el domingo y cientos más han sido detenidas, según las denuncias de activistas y grupos de defensa de los derechos humanos.
Un vecino de Homs ha transmitido la angustia de la población en declaraciones bajo anonimato a la BBC: "No podemos continuar mucho tiempo más bajo la amenaza de las armas. Alguien en el extranjero debe hacer algo. Este gobierno debería de proteger a su población y no matarla", ha clamado.
En Deraa, ciudad fronteriza con Jordania que ha permanecido ocupada militarmente durante dos semanas en las que decenas de activistas han muerto, el Ejército, que aún mantiene el cerco, ha permitido a sus habitantes salir de sus casas durante unas horas para hacer acopio de víveres y productos de primera necesidad antes de imponer de nuevo el toque de queda. Un testigo citado por Reuters informa de que las fuerzas de seguridad han matado a dos manifestantes desarmados el domingo por la noche en la ciudad de Deir al-Zor, al este del país.
Primeras sanciones de Bruselas
La Unión Europea, mientras tanto, ha aprobado las primeras sanciones contra el régimen sirio por la represíón con la que ha tratado de frenar la ola de revueltas, informa Efe. Bruselas ha incluido en este paquete el embargo de armas y material usado para la represión, y la congelación de bienes y prohibición de visados para 13 altos cargos de los que, por el momento se desconoce su identidad.
Lo que sí se sabe es que el presidente sirio, Bachar el Asad, no se encuentra entre los dirigentes sacionados,hecho que no implica que pueda verse afectado en una futura revisión, según han explicado fuentes comunitarias. La decisión adoptada por los 27entrará en vigor mañana cuando se publique enel Diario Oficial de la UE.
Campaña represiva y veto informativo
El Ejército, entretanto, sigue haciendo oídos sordos a estas denuncias y continúa con su campaña contra "terroristas armados". Según sus cálculos, seis soldados y policías han muerto y varios más han resultado heridos en las últimas horas en los enfrentamientos en Homs, Banias y otras localidades próximas a Deraa, al sur del país árabe. El Gobierno de El Asad cuestiona la muerte de civiles víctimas de la represión y únicamente subraya la muerte de un centenar de soldados. Mientras, la televisión estatal sigue sin ofrecer imágenes de las protestas pero sí en cambio de un autobus tiroteado en el que habrían muerto 10 trabajadores sirios que volvían a casa de Líbano víctimas de una emboscada que el régimen atribuye a los grupos opositores.
La oposición han rebatido estas cifras con nuevas denuncias de abusos contra la población civil desde que el pasado viernes el Gobierno iniciara una severa operación represiva. Activistas aseguran que cientos de personas han sido arrestadas en la ciudad portuaria de Banias, entre ellas un niño de solo 10 años. El sábado, los soldados abrieron fuego contra cuatro mujeres que participaban en una pequeña manifestación cerca de esa ciudad.
Desde el comienzo del alzamiento, Siria ha vetado a la prensa internacional, lo que complica extraordinariamente la obtención de información fiable de lo que está ocurriendo. Además, como recoge The New York Times, los teléfonos vía satélite usados por los activistas para organizarse han dejado de funcionar. "Parece que han logrado obstruir las comunicaciones por satélite", ha explicado al rotativo neoyorquino Wissam Tarif, director de Insan, un grupo humanitario sirio. Fuentes del Gobierno estadounidense aseguran que detrás de esta nueva medida se esconde Irán, país que habría suplido al régimen de El Asad de equipamiento capaz de inhabilitar los teléfonos de los activistas.
La ONG Sawasiah cree que más de 800 personas han muerto desde que arrancaron las protestas a mediados de marzo para reclamar libertades políticas y el fin de la corrupción, incluidas 220 durante el asalto del Ejército a Deraa. La revuelta, en cualquier caso, supone el mayor desafío para Bashar El Asad desde que tomó el relevo de su padre, Hafez, en el año 2000.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.