El exministro desertor de Gadafi se reúne en Catar con rebeldes libios

El exministro libio de Asuntos Exteriores Musa Kusa, quien desertó hace dos semanas y se refugió en Reino Unido, ha salido de Londres para reunirse en Doha con miembros del Gobierno catarí y con representantes de los rebeldes libios, según ha confirmado el Ejecutivo británico. El viaje de Kusa se produce un día antes de la cumbre del grupo internacional de contacto en la capital de Catar para analizar el futuro de Libia.

Kusa, que abandonó a Gadafi y huyó a Londres el 30 de marzo, ha advertido de que si las partes no lo evitan, el conflicto derivará en una guerra civil y terminará como una "nueva Somalia". Aunque Kusa fue interrogado por la policía escocesa en relación con el atentado de Lockerbie (1988), el Gobierno británico ha asegurado que es libre para viajar. Una portavoz del Foreign Office ha explicado que Kusa viaja al país árabe no por encargo del Gobierno del Reino Unido, sino "a título personal". Familiares de las víctimas del atentado de Lockerbie han acusado al Gobierno británico de "traición" por permitir al exministro libio sair del país, informa The Guardian.

El grupo de contacto para Libia, que presiden Reino Unido y Catar, se constituyó el pasado 29 de marzo en Londres para fijar la dirección política y coordinar los esfuerzos de la comunidad internacional. La reunión de mañana contará con la participación de 20 países que participan en la operación militar en Libia. Habrá representantes de la ONU, la UE, la Unión Africana, la Liga Árabe y la Conferencia Islámica. La ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, estará también presente en la cita.

Mientras se buscan salidas diplomáticas a la crisis, las operaciones militares continúan y están desencadenando nuevas fricciones entre los aliados. Francia quería liderar las operaciones internacionales para derrotar a las fuerzas del coronel Gadafi en Libia pero la comunidad internacional decidió que la OTAN era quien debía asumir el mando de las intervenciones. París aceptó, pero hoy su ministro de Exteriores, Alain Juppe, se ha mostrado insatisfecho con el trabajo de la Alianza Atlántica, que cree que "no está siendo suficiente": "La OTAN debe desempeñar su función completamente. Quería tomar el liderazgo y le dejamos, pero tiene que hacerlo integralmente, lo que significa impedir que Gadafi utilice armamento pesado para bombardear a civiles".

Reino Unido, que junto a Francia y EE UU comenzó los ataques en Libia, también cree que "la OTAN debe intensificar sus esfuerzos para proteger a los civiles", como ha manifestado el titular de Exteriores británico, William Hague. "Por eso [por la necesidad de mantener e intensificar los esfuerzos] el Reino Unido ha suministrado más aviones capaces de alcanzar objetivos en el suelo que amenazan a la población civil. (...) Por supuesto sería de apreciar si otros países hicieran lo mismo", ha sugerido.

La Alianza Atlántica, que durante el fin de semana reforzó los ataques aéreos en Misrata y el campo de batalla en el este de Ajdabiya, bajo el mandato de la ONU, ha rechazado las críticas de Francia y Reino Unido. "La OTAN está llevando a cabo sus operaciones militares en Libia con el vigor comprendido en el actual mandato. El ritmo de las operaciones está determinado por la necesidad de proteger a los civiles", ha justificado. La semana pasada, los rebeldes también pidieron más contundencia a la Alianza Atlántica.

España e Italia no han apoyado las crítica francobritánicas. Diego López Garrido, secretario de estado de Asuntos Europeos, ha manifestado que "la acción de la OTAN se desarrolla bien y no hay nada que revisar por el momento". Garrido, que como Hague y otros responsables de la diplomacia europea se encuentra en Luxemburgo en una reunión de la UE para mejorar la ayuda humanitaria a Libia, ha añadido que la Alianza está haciendo "un buen trabajo" y que "la zona de exclusión aérea es un éxito". Franco Frattini, ministro de Exteriores italiano, ha mostrado "perplejidad" por la petición de su homólogo británico de aportar más recursos a la misión de la OTAN, y ha recordado que su país "ya ha puesto medios a disposición" de la Alianza. Gérard Longuet, titular francés de Defensa, ha dicho sin embargo a un periodista de radio Europe 1 que la situación "va a ir deprisa ahora", en respuesta a si la guerra podría durar todavía semanas o meses.

Los rebeldes piden más protección

Mientras, La oposición libia ha pedido a la comunidad internacional más protección para los civiles. El responsable para la política exterior del Consejo Nacional Transitorio de Libia, Ali Esaui, ha reclamado "más esfuerzos" para proteger a la población del país de los ataques del régimen, tras reunirse en Luxemburgo con los ministros de Exteriores de los Veintisiete. El representante rebelde ha subrayado que el Cosnejo Nacional espera "de todo el mundo apoyo completo a la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y ha recordado que las fuerzas de Gadafi han matado a más de 10.000 personas y herido a unas 30.000 -7.000 de ellas en peligro de muerte- desde el inicio del conflicto.

Los rebeldes han enviado un listado con las armas que necesitan a los países que reconocen al Consejo Nacional como el único representante de Libia, según ha indicado un portavoz de los sublevados. "Hemos enviado una lista del material militar y técnico que necesitamos", ha explicado el portavoz del Consejo, Abdel Hafiz Ghoga, en declaraciones a la prensa en Bengasi, bastión de los rebeldes en el este de Libia.

Los combates no se detienen pese a que Gadafi se comprometió a aceptar el alto el fuego que le propuso la Unión Africana -que los rebeldes rechazaron-. Los levantados contra el régimen han informado de que tres de los suyos han muerto en choques con las fuerzas de Gadafi entre Brega y Ajdabiya, donde ayer los bombardeos de la OTAN lograron detener la ofensiva de las tropas leales a Gadafi. Las fuerzas de los alzados contra el régimen han tomado posiciones a 40 kilómetros al oeste de esta crucial plaza, última gran población que precede a Bengasi. La televisión oficial libia ha acusado a la Alianza de haber matado a civiles y policías en la región montañosa de Al-Jabal Al-Gharbi.

Amnistía Internacional ha denunciado la forma en que han muerto algunos de los rebeldes, encontrados con las manos atadas a la espalda y disparos en la cabeza. La ONG también tiene pruebas de que las tropas del coronel han atacado a civiles que trataban de huir de las zonas de combate. "El asesinato deliberado de soldados capturados es un crimen de guerra. Quienes los ordenaron y quienes los aprobaron pueden tener muy claro que se les pedirán responsabilidades".

Para ayudar a los civiles a marcharse, y en concreto, a los inmigrantes subsaharianos y asiáticos que se encuentran en la ciudad asediada de Misrata, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) ha fletado un barco con capacidad para 1.000 personas que ya navega hacia Libia, procedente de Italia. La embarcación hará escala en Bengasi para aprovisionarse de agua, comida, mantas y medicinas, y cuando haya recogido a los inmigrantes, volverá al puerto de la ciudad rebelde. Desde allí serán trasladados en autobús a la frontera con Egipto. La OIM espera repetir la operación hasta conseguir evacuar entre 7.000 y 8.000 personas, como informa Reuters.