Cientos de opositores claman en Trípoli: "Gadafi es el enemigo de Dios"
Los matones del dictador irrumpen con gases lacrimógenos y disparos en la protesta después del rezo en la capita libia
Al término del rezo del viernes en las mezquitas de Trípoli, varios cientos de personas se han concentrado en el barrio de Tajoura, escenario de anteriores protestas contra el régimen, y han coreado gritos como "Gadafi es el enemigo de Dios", según testigos citados por Reuters.
Los mercenarios y militares desplegados por el régimen en los alrededores del barrio, cuyo acceso bloquearon por la mañana, han irrumpido en la protesta para dispersar a la multitud, según ha informado un periodista de Reuters. "Han disparado gases lacrimógenos. He escuchado disparos. La gente ha comenzado a huir a la carrera", ha explicado este reportero. Al menos catorce furgonetas con hombres armados se han adentrado este mediodía en el corazón del barrio de Tajoura para atajar la protesta.
"Esto es el final de Gadafi. Se acabó. Cuarenta años de crímenes han tocado a su fin", ha proclamado Faragha Salim, un participante en la protesta. "No tenemos armas. Iremos a la mezquita y después diremos en la calle que Gadafi debe irse", había anunciado Mohamed, un vecino de Tajoura poco antes del inicio de los rezos. "Ellos [las milicias pro Gadafi] nos atacarán", vaticinó.
El viernes es el día del rezo para los musulmanes y, desde que estallaron las revueltas ciudadanas en el mundo árabe, una jornada de lucha y protesta contra los regímenes que se resisten a escuchar el clamor de su pueblo, como el de Muamar el Gadafi en Libia. En paralelo a los combates que se suceden al oeste y al este del país magrebí, los sublevados contra la dictadura libia se han echado este viernes a la calle en un número elevado, sobre todo en Bengasi, en poder de los rebeldes desde el 21 de febrero.
Hasta el momento, las protestas en Trípoli han sido silenciadas por la represión que desencadenó el dictador para asegurarse el control de la capital tras el triunfo del alzamiento al este del país. Mercenarios y paramilitares a las órdenes del coronel libio han sembrado el terror estas últimas dos semanas, en las que se han producido detenciones masivas, desapariciones y múltiples asesinatos. Hombres armados patrullan en jeeps las calles de Trípoli para aplacar cualquier atisbo de protesta. De noche entran en los domicilios y arrestan a los sospechosos de participar en las protestas, según testigos citados por Al Arabiya, que aseguran que muchos cadáveres de represaliados y algunos heridos son sacados de los hospitales por los esbirros del dictador y son llevados a paradero desconocido.
Mordaza a la prensa extranjera
Los pocos periodistas extranjeros que permanecen en Trípoli invitados por el régimen han sufrido hoy en sus carnes la mordaza de la dictadura y tendrán muy dificil cubrir las protestas. Varios hombres armados les han impedido abandonar esta mañana el hotel donde se alojan, informa el reportero de Reuters en la capital libia. Un portavoz del Gobierno libio ha justificado la medida porque su presencia en las marchas podría agitar la violencia de los "afiliados de Al Qaeda". "Son circunstancias excepcionales", ha dicho el portavoz Mussa Ibrahim. "Somos consicentes de que ustedes informarán de esto de la manera que quieran, pero es el precio que pagamos para prevenirles y evitar que Trípoli se convierta en un Bagdad". Poco más tarde, las autoridades han permitido la salida de los 130 periodistas, que han sido montados en varios autobuses para visitar puntos de la ciudad previamente seleccionados por el régimen.
Bengasi se solidariza con Trípoli
La capital de los rebeldes, Bengasi, ha amanecido hoy en calma a la espera de la concentración multitudinaria tras el rezo del mediodía. La protesta reunirá a miles de personas en la plaza de los Juzgados de Bengasi, en el oeste de la ciudad. Desde el comienzo de las protestas que piden la marcha de Gadafi, el pasado día 16, esta plaza ha sido escenario de continuas manifestaciones y concentraciones. Hoy al igual que el viernes pasado, se ha convocado una manifestación "de un millón de personas", en solidaridad con Trípoli, tanto en Bengasi como en las principales ciudades orientales.
Además, un grupo denominado "La Unión de Jóvenes de Libia" ha convocado una marcha de vehículos desde las distintas ciudades del este hacia Sirte, lugar de nacimiento del líder libio, con el objetivo de liberarla. No obstante, se desconoce la capacidad de convocatoria de este grupo, ya que en el llamamiento no participa el máximo órgano de gobierno de los rebeldes, el Consejo Nacional de Transición.
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