La izquierda y los islamistas piden reformas al rey de Jordania
Los miles de manifestantes aspiran a que Jordania se convierta en una monarquía parlamentaria
El nombramiento esta semana de un nuevo primer ministro jordano no ha satisfecho las exigencias reformistas de buena parte de la oposición, que como cada viernes desde hace cuatro semanas ha vuelto a salir a la calle, después de la oración. Varios cientos de islamistas e izquierdistas se han congregado hoy bajo la lluvia ante la residencia del primer ministro en Ammán, la capital jordana. Faltaban sin embargo los parados, funcionarios y militares jubilados, presentes en anteriores convocatorias y que ahora han decidido dar una tregua al rey Abdalá II, quien esta semana ha prometido reformas políticas.
"El pueblo debe echar al Gobierno", "Mubarak, CIA" o "Alá es el más grande" fueron algunos de los cánticos que se alzaban sobre la marea de banderas roji-verdes. Los manifestantes jordanos no aspiran a derrocar al rey Abdalá II, pero sí piden reformas políticas profundas que supongan un cambio radical de las reglas de Gobierno. Aspiran a que Jordania se convierta en una monarquía parlamentaria, en la que sean los votantes en lugar del rey, los que elijan al primer ministro. Las protestas se centran además en la carestía de los alimentos y el combustible.
Ahmad Kafawin, un ex diputado del Frente de Acción Islámica, el brazo político de los Hermanos Musulmanes jordanos, lo explicaba durante la concentración de hoy: "Queremos cambios reales. No nos basta con que cambien las caras en el Gobierno. Queremos cambios del modelo económico, queremos una política exterior libre de alianzas con Israel y queremos que sea el Parlamento el que designe al primer ministro".
A principios de semana, presionado por las protestas, el monarca destituyó al Gobierno y nombró a un nuevo primer ministro, Marouf Bakhit. El nombramiento de Bakhit, un conservador con credenciales militares ha logrado contentar a buena parte de la oposición, en particular a los trabajadores de la región tribal a la que pertenece el nuevo primer ministro. La izquierda y los Hermanos Musulmanes rechazan sin embargo los cambios ordenados por la Casa Real, por considerar que se trata de retoques más bien cosméticos. "Estamos expectantes. Veremos qué hace Bakhit, pero no pensamos que tenga mucha voluntad de acometer verdaderas reformas políticas", dice Said Diab, miembro del Partido de la Unidad Popular democrática, también presente en la marcha de protesta.
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