'Time' abre el debate sobre la retirada de Afganistán
Una joven mutilada por los talibanes es el rostro del último número del semanal estadounidense, que se pregunta: "¿Qué sucederá si nos vamos?"
Bibi Aisha no tiene orejas, ni nariz. Los talibanes se las arrancaron hace un año por haber intentado huir de la familia de su marido. Su rostro mutilado ha sido escogido para la última portada del Time. El rostro de una mujer afgana de 18 años horrendamente mutilada por un poder patriarcal y misógino.
La imagen del semanal estadounidense famoso por sus portadas con las caras de personajes célebres ya ha desatado la polémica. La larga melena negra de Aisha cubre las mutilaciones en las orejas, pero nada oculta el agujero que tiene entre los ojos y la boca. La imagen es brutal e impactante, pero quizás no habría levantado un polvorín si no hubiera sido acompañada por un titular con fuertes implicaciones políticas: What happens if we leave Afganistán (Lo que pasa si abandonamos Afganistán). El redactor jefe del Time, Richard Stengel, ha escrito un editorial para explicar las motivaciones detrás de la elección. "Nuestra imagen de portada es potente, espeluznante y perturbadora. (...) La hemos puesto para enseñar cual es la situación en el terreno. (...) Nuestro trabajo es aportar contexto y perspectivas en uno de los temas de política exterior más complicados de nuestros tiempos".
Justamente la falta de contextualización es, sin embargo, la acusación que la revista ha recibido. El Muslima Media Watch, un forum en Internet en el que musulmanas feministas -como se autodefinen- se reúnen para hablar de la actualidad, salva el trabajo de la fotógrafa, Jodi Bieber, pero no la línea editorial. Una de las participantes en la discusión, Sara, después de haber destacado la semejanza entre la imagen de Aisha y el retrato del National Geographic del 1984 a Sharbat Gula, una niña afgana que se convirtió en un icono del sufrimiento del pueblo asiático, asevera que no hay nada "intrínsicamente equivocado en fotografiar a Aisha o en contar su historia". Pero lo que considera incorrecto es que detrás de este trabajo hay "un medio estadounidense con una larga historia que utiliza las vicisitudes y las fotos de las mujeres afganas para defender una acción política". Mucho más dura es otra usuaria, Krista, que escribe: "Salvar a las mujeres ha sido parte de la retórica occidental detrás de la invasión, pero las mujeres afganas raramente han representado una prioridad para las fuerzas de la coalición, que para conseguir el objetivo de derribar a los talibanes han trabado alianzas con muchos misóginos a lo largo de la ocupación. La foto perpetúa un mito, el del ocupante extranjero liberador de las mujeres, que no corresponde a la realidad".
La asociación Woman for Afghan Woman es la ONG que ha amparado a Aisha después de que ella fuera encontrada agonizando. Sus verdugos, entre ellos su marido, la habían dejado en las montañas de Oruzgan tras haberla mutilado. La directora de la organización, Manizha Naderi, asegura: "La portada del Time ha devuelto el tema de las mujeres afganas al centro del debate y yo estoy agradecida por esto. Aisha y yo estamos felices por la portada". Manizha ha confirmado a este medio que Aisha lleva diez meses bajo la protección de la asociación y que mañana 4 de agosto dejará Afganistán para ir a Estados Unidos. "Ahora Bibi está bastante bien. Está ansiosa y expectante por que le reconstruyan la nariz". Será la Grossman Burn Fundation, una organización humanitaria californiana que patrocinará la operación quirúrgica a la que Aisha se someterá.
El debate no se ha quedado solo en el mundo de las mujeres afganas. The Atlantic Wire, el sitio web vinculado con la prestigiosa revista americana The Atlantic Monthly, ha recogido las opiniones de diferentes medios estadounidenses sobre la foto del Time. Algunos, como el sitio neoyorquino The Awl, opina que la operación se presenta como "un pretexto por algo que suena a ocupación permanente o por lo menos de larga duración". Otros, como el blog de noticias y opiniones, Mediaite, respalda la decisión del Time: "Las cosas que son difíciles de mirar a menudo son las más necesarias. (...) El valor añadido de la impresión que provoca no puede ser negado". También hay quién opina, como el blog de impronta liberal Gulliver, sobre la conveniencia de llevar a cabo una guerra para mejorar la condición de las mujeres: "¿Debe la situación apremiante de las mujeres bajo un sistema teocrático condicionar nuestras decisiones políticas? ¿Qué pasa después de 1.000 muertos estadounidenses? ¿Y después 10.000? ¿Dónde está el límite? En otras palabras: ¿Cuál es la magnitud que necesita una tragedia humanitaria para que justifique una operación ruinosa económicamente y estratégicamente?".
Julio ha sido el peor mes para las tropas de EE UU en Afganistán, con 66 muertos. En mayo los fallecidos en las filas del Ejército estadounidense superaron la simbólica cifra de mil. En la reciente conferencia internacional en Kabul, el presidente del país, Hamid Karzai, ha confirmado la necesidad de negociar con los talibanes el futuro de Afganistán. Aisha se va mañana a Estados Unidos para que le devuelvan el aspecto que tenía antes de la violencia sufrida y las mujeres que viven en las provincias controladas por los talibanes siguen en completa sumisión. La solución al puzzle afgano no parece cerca de ser encontrada.
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