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Julio se convierte en el peor mes para las tropas de EE UU en Afganistán

La muerte de 66 soldados, tras el anterior récord de junio, muestra la escalada del conflicto

La muerte de 66 soldados estadounidenses en Afganistán en julio supone un nuevo récord negativo para las tropas de EE UU en la larga guerra que se libra en el país asiático. El último balance de víctimas confirmado por la OTAN, con seis militares fallecidos entre el jueves y el viernes, convierte julio en el mes más sangriento en nueve años de conflicto. En lo que va de 2010, han perdido la vida 265 militares estadounidenses en territorio afgano.

Los seis últimos muertos cayeron en cuatro ataques separados en el sur de Afganistán, donde son más fuertes los talibanes. El arma más utilizada contra los soldados estadounidenses son las bombas rudimentarias, a menudo fabricadas con fertilizantes, colocadas en las cunetas de las carreteras.

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Junio había marcado el anterior récord de fallecidos, con 60 muertos. El número total de víctimas mortales sufridas por la OTAN en julio no ha llegado al máximo del mes pasado, 103, informa The Washington Post. Los comandantes estadounidenses ya habían pronosticado un aumento en las bajas, debido al incremento en 30.000 soldados de las fuerzas desplegadas en el país, que suman unos 95.000 militares, y a las incursiones en bastiones de la insurgencia.

El verano es tradicionalmente la época de mayor actividad de los talibanes, que no se ven limitados por las gélidas temperaturas de las montañas, pero el aumento de víctimas estadounidenses también refleja el crecimiento continuo, en tamaño y potencia, de la insurgencia. Fuentes de EE UU y Afganistán calculan que las fuerzas talibanes sobrepasan los 30.000 hombres. Los rebeldes ya no limitan su presencia al sur y este afganos, sino que han ganado poder en muchas más zonas del país, en especial en el norte.

De hecho, entre un tercio y la mitad de los 82 distritos considerados por la OTAN como cruciales en la guerra están bajo influencia talibán, según un alto funcionario de la Alianza citado por el diario estadounidense.

Las bajas afganas también han crecido, lo que mina el apoyo de la población local y complica la misión militar. Un ejemplo fue la protesta desatada ayer en las afueras de Kabul, tras el choque de un vehículo conducido por contratistas estadounidenses que causó la muerte de cuatro civiles afganos. La policía tuvo que disparar para dispersar a la multitud enfurecida, que había prendido fuego a los vehículos tras el accidente. Los manifestantes gritaban "Muerte a Estados Unidos" y lanzaban piedras.

La Casa Blanca suplica a Wikileaks

Tampoco contribuyen a aumentar la popularidad de los soldados de EE UU los documentos secretos publicados esta semana por la web Wikileaks. El jefe del Estado Mayor Conjunto del Ejército de Estados Unidos, el almirante Mike Mullen, acusó el jueves a Julian Assange, el fundador de Wikileaks, de tener "las manos manchadas de sangre" de soldados estadounidenses y de familias afganas, a los que podría haberles costado la vida la difusión de sus filtraciones, en su mayor parte informes de campo de los militares.

Por su parte, el secretario de Defensa, Robert Gates, advirtió que "las consecuencias en el campo de batalla de estos documentos es potencialmente grave y peligrosa para nuestras tropas, nuestros aliados y socios afganos, y podrían dañar nuestras relaciones y reputación en esa parte clave del mundo".

De hecho, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, pidió en una entrevista en la cadena NBC que la web no publicara nuevas filtraciones. La Casa Blanca "sólo puede implorar a la persona que tiene los documentos que no cuelgue más en internet", dijo.

Según varios medios de comunicación, la Wikileaks tiene en su poder decenas de miles de cables diplomáticos estadounidenses, que habrían sido entregados por un analista de espionaje del Ejército.

Dos militares estadounidenses depositan el cadáver de un soldado muerto en una bolsa para trasladarlo, el jueves en Kandahar.
Dos militares estadounidenses depositan el cadáver de un soldado muerto en una bolsa para trasladarlo, el jueves en Kandahar.AP

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