La policía interroga al ministro francés de Trabajo por el 'caso Bettencourt'
Eric Woerth ha comparecido en calidad de testigo para responder por la presunta financiación ilegal de su partido ligada al escándalo que protagoniza la propietaria del imperio L'Oréal
Tras la visita realizada el lunes a la principal protagonista del caso Bettencourt, la propietaria de l'Oréal Liliane Bettencourt, la policía francesa ha interrogado durante casi ocho horas al ministro trabajo, Eric Woerth, acosado desde hace semanas por las revelaciones casi diarias en torno a este escándalo político-financiero. Al igual que la millonaria de 87 años, Woerth, al que se le reprocha un posible conflicto de intereses y que se había declarado "impaciente" por responder a los investigadores, ha declarado en calidad de testigo en el marco de la investigación abierta por las escuchas ilegales realizadas en el domicilio de la mujer más rica de Francia.
En este caso los agentes de la brigada financiera se han desplazado hoy hasta el Ministerio para interrogar a Woerth sobre sus relaciones con la propiedad de l'Oréal. En concreto, han tratado de determinar si usó de su influencia para que el gestor de la fortuna de Bettencourt, Patrice de Maistre, contratara como asesora financiera a su esposa, Florence Woerth, cuando él era titular de Presupuesto y Cuentas Públicas, puesto que ocupó entre mayo de 2007 y marzo de 2010. Así se desprende de las escuchas ilegales realizadas por el antiguo mayordomo de la millonaria en su domicilio entre mayo de 2009 y mayo de 2010, en manos de la justicia desde principios de junio.
Las cintas, en principio destinadas a probar que la anciana es víctima de un abuso de debilidad por parte de su amigo el fotógrafo Michel-François Barnier, tal y como denuncia la hija de la millonaria, Françoise Meyers-Bettencourt, revelan también un posible delito de fraude fiscal por parte de Bettencourt. La heredera de l'Oréal tendría al menos dos cuentas bancarias en Suiza no declaradas al fisco francés, que suman unos 78 millones de euros. Las escuchas también revelaron la existencia de una isla en la Seychelles, adquirida por Bettencourt a finales de los 90 pero cuyo propietario podría ser ahora Barnier, tampoco declarada a hacienda.
La duda que pesa sobre el político y que podría pasarle factura en la próxima remodelación gubernamental es si ambos hechos están relacionados. Es decir, si como máximo responsable de la lucha contra el fraude fiscal, Woerth garantizó la tranquilidad a la casa Bettencourt a cambio del empleo de su esposa. En una entrevista al dominical Journal du Dimanche, Maistre reconoce que el ministro le pidió entrevistarse con su esposa, quien fue interrogada a su vez la semana pasada, pero que en ningún momento le presionó para que la empleara.
La tercera acusación a la que se enfrenta el ministro de trabajo y ex titular de Cuentas Públicas le corresponde en su calidad de tesorero del partido conservador Unión por un Movimiento Popular , la UMP del presidente Nicolas Sarkozy. En principio, esta acusación depende de otro sumario, el abierto para investigar las sospechas de financiación ilegales que se desprenden del testimonio de otro personaje clave en esta trama, la ex contable de Bettencourt Claire Thibout. Esta aseguró a la policía que Maistre le pidió en enero de 2007 unos 150.000 euros en efectivo para Woerth destinados a financiar la campaña electoral del presidente. Tanto el ministro, que dimitió de su puesto de tesorero a raíz del escándalo, como Maistre, niegan en bloque estas acusaciones.
Al mismo tiempo siguen el resto de las investigaciones abiertas -son cinco en total- en torno al caso Bettencourt. Ayer los agentes registraron el domicilio de Françoise Meyers-Bettencourt, para determinar la responsabilidad de la hija en la decisión del ex mayordomo de grabar durante un año las conversaciones privadas de la millonaria y su posterior filtración a la prensa.
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