La CIA confirma que uno de sus agentes murió en el motín de la cárcel de Mazar-i-Sharif
Amnistía Internacional pide una investigación que aclare cuál fue el detonante de los violentos sucesos y si fue proporcionada la respuesta
La campaña contra el terrorismo y el régimen de los talibanes que se lleva a cabo en Afganistán se ha cobrado la primera víctima estadounidense confirmada. Una agente de la CIA resultó muerto durante el motín que este fin de semana se saldó con centenares de muertos en la prisión de Riot, en la ciudad de Mazar-i-Sharif, según ha confirmado la propia agencia de espionaje estadounidense.
El agente, Johnny Mike Spann, de 32 años, trabajaba para la Agencia Central de Espionaje (CIA) desde 1999 y murió en la refriega producida el domingo con los presos encarcelados en la cárcel de la ciudad de Mazar-i-Sharif. Spann estaba destinado en el Directorio de Operaciones de la Agencia. Según ha declarado el director de la CIA, George Tenet, "Spann estaba donde quería estar: en el frente, sirviendo a su país".
El agente fallecido se convierte en el primer estadounidense muerto en la campaña que EE UU sostiene en tierras afganas contra la red terrorista Al Qaeda, dirigida por Osama Bin Laden, el millonario saudí a quien EE UU considera el principal responsable de los atentados del 11 de septiembre.
AI pide una investigación
La organización pro derechos humanos Amnistía Internacional (AI) ha pedido hoy una investigación urgente sobre la muerte de centenares de presos en un motín en la cárcel de Qalai Jangui, en Mazar-i-Sharif, en Afganistán y ha exigido que se aclare cuál fue el detonante de los violentos sucesos y si fue proporcional la respuesta.
Según la organización humanitaria, los resultados de la investigación deben ir acompañados de recomendaciones para asegurar que no se producirán "desórdenes similares y pérdidas de vidas y que se facilitará el importante papel del Comité Internacional de la Cruz Roja en la supervisión del proceso y tratamiento de prisioneros".
En su comunicado, AI recuerda que los centenares de prisioneros eran extranjeros que lucharon junto al régimen talibán en Afganistán y que habían negociado su rendición con el Frente Unido, cuyas fuerzas les escoltaron desde la ciudad de Kunduz a la cárcel fortaleza en Mazar-i-Sharif.
Amnistía ha indicado también que no están claras las circunstancias en que comenzó el enfrentamiento, aunque informaciones iniciales indican que algunos prisioneros atacaron a los guardias y tomaron sus armas. Según la organización, también hay informaciones de que fuerzas especiales británicas y estadounidenses estuvieron implicadas en el enfrentamiento.
El comunicado concluye que las conclusiones de la investigación sobre los sucesos en la prisión de Qalai Jangui deberán ser hechas públicas y, si así lo requieren, deberán tomarse medidas disciplinarias contra los responsables.
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