Una oficina secreta de la CIA fue destruida en el ataque a las Torres Gemelas
La sede se dedicaba al espionaje y reclutamiento entre los diplomáticos de Naciones Unidas que acudían a Nueva York
La Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), tenía una oficina de espionaje clandestina en las Torres Gemelas, que resultó destruida el 11 de septiembre. Así lo han asegurado hoy fuentes de la agencia de inteligencia. La destrucción de esta oficina, además, ha supuesto un serio golpe a las tareas de inteligencia del país cuando la guerra contra el terrorismo se acerca cada vez más a EE UU.
La oficina destruida se encontraba en el piso 47 del edificio 7 del World Trade Center, una de los inmuebles más pequeños del centro que se derribó posteriormente a las Torres Gemelas, afectado por su derrumbe. Todos los trabajadores de la agencia que trabajaban en esta oficina fueron evacuados antes del derrumbe, después de que los dos aviones impactaran contra las Torres.
Desde la oficina, los empleados pudieron ver los atentados que se han cobrado la vida de casi 5.000 personas.
Inmediatamente después de los ataques, la CIA puso en marcha una operación especial integrada por varios de sus agentes para recuperar documentos secretos e informes de inteligencia -tanto en papel como en ficheros informáticos- que pudieran haber quedado entre los escombros del World Trade Center. Aún no se sabe hasta qué punto los agentes han tenido éxito en la recuperación de documentos, ya que los portavoces de la CIA no han querido dar más detalles sobre el particular.
Camuflada
La oficina de la CIA se encontraba camuflada con la falsa fachada de otra organización federal, que ha sido mantenida en secreto. La oficina era una base de operaciones para espiar y reclutar personal entre los diplomáticos de Naciones Unidas que llegasen a Nueva York, al tiempo que recopilaba información de ejecutivos estadounidenses que quisieran colaborar con la CIA después de sus viajes al extranjero.
La recuperación de información de la oficina destruida ha seguido unos procedimientos ensayados después de la ocupación de la embajada de EE UU en Teherán (Iran) en 1979. En esa ocasión, la toma de la embajada fue tan rápida que los empleados no tuvieron tiempo de destruir todos los documentos comprometedores, por lo que los iraníes pudieron acceder a información clasificada de la CIA. Desde entonces, la CIA ha elaborado procedimientos rigurosos para la destrucción de información clasificada en caso de emergencia.
Como resultado de esos procedimientos, la Agencia puede proteger la mayor parte de sus documentos incluso en el caso de una catástrofe como los atentados del 11 de septiembre. "Si todo se hizo bien, no debe haber muchos papeles sueltos por ahí", ha declarado un portavoz de la CIA.
Lucha antiterrorista
Los empleados de la oficina clandestina de Nueva York estaban muy implicados en la lucha antiterrorista y colaboraban estrechamente con el FBI y otras agencias de seguridad. Entre otros, esta oficina había llevado las investigaciones acerca de los atentados contra las embajadas estadounidenses en África en el verano de 1998. Al igual que en el caso de los ataques del 11 de septiembre, estos atentados han sido atribuidos a Bin Laden y su red terrorista Al Qaeda, aunque no existen pruebas de que los terroristas que estrellaron los aviones tuvieran conocimiento de que esta oficina se encontraba en el World Trade Center.
Después de la destrucción de la oficina clandestina, los empleados se han visto obligados a compartir espacio con el personal de la Misión de EE UU en Naciones Unidas, en la sede de Nueva York, así como en otros edificios federales. Se desconoce si la CIA está buscando otra sede permanente.
La CIA tiene prohibido espiar a ciudadanos americanos, pero mantiene dependencias en muchas de las principales ciudades de EE UU, desde donde intenta reclutar extranjeros para convencerles de que regresen a sus países y espíen para los EE UU.
La oficina destruida en el World Trade Center estaba considerada como la mayor y más importante de la CIA fuera del área de Washington. Una de sus labores principales consistía en operaciones de espionaje contra los rusos, cuyos agentes actuaban en Nueva York camuflados como personal de Naciones Unidas. Así, también intentaba reclutar a algunos de estos diplomáticos.
La destrucción de la oficina ha sido considerada como un fracaso más de la Agencia, después de fallar al predecir los atentados contra las Torres Gemelas. El personal de la CIA ha sufrido en carne propia el fracaso de su labor de inteligencia, ya que los ciudadanos han criticado la labor de sus servicios secretos.
Pero los ataques también han servido de acicate a la CIA, ya que se han multiplicado las solicitudes de empleo en la Agencia y muchos ex agentes han expresado su deseo de retornar a sus tareas. La Agencia está reconduciendo el grueso de sus operaciones y su presupuesto en la lucha contra el terrorismo, en sustitución a las operaciones contra la ex Unión Soviética o la Guerra Fría.
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