_
_
_
_
_
CLAVES
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Ladrón de bicicletas

Hurtos de gallinas, un clásico. No hace falta citar a quienes deambulan libres por casos multimillonarios

Xavier Vidal-Folch

Si un aplazamiento judicial o un indulto de última hora no lo evitan, el joven sevillano Adrián Moreno, de 26 años, ingresará hoy en prisión para cumplir una pena de seis meses.

Su delito es haber hurtado una bicicleta municipal: haberla usado sin pagar, circunstancia en que le pescó, in fraganti, la Guardia Civil. Sucedió hace casi ocho años, en junio de 2008.

Entonces, Adrián contaba 18 años. Hoy es padre de familia, y único sustento de sus hijos. Hace unos meses el juzgado suspendió provisionalmente su ingreso en prisión, a la espera de que el Gobierno (entonces, no estaba en funciones) decidiese sobre concederle o no el indulto solicitado.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Moreno no tuvo una juventud de angelito. Acumula varias condenas, entre otras una por allanamiento de morada y otras dos por conducir sin tener el permiso en regla. Por eso su caso es más interesante, con vistas a perfilar, sin lagrimeos, la aplicación del principio de proporcionalidad.

En nombre de todos los que han conducido alguna vez, de jóvenes, careciendo de permiso de conducir.

O de los que han usado algún bien público o privado sin haber pagado su precio estipulado. Y que sin embargo, no han acabado siendo una carga (excesiva) para la sociedad: indulten a este muchacho sevillano si aún no lo han hecho.

En nombre también de los numerosos admiradores de Ladrón de bicicletas, el hermoso filme (1948) neorrealista de Vittorio de Sica, con un trasunto muy adecuado al caso, impidan que el joven Moreno, ayer cabeza de chorlito y hoy (parece que) respetable padre de familia, ingrese en prisión. Es lugar poco recomendable para todo usuario que no lo sea por causa de gran corrupción, abuso sexual, terrorismo u otro crimen de sangre.

El abogado del joven ladrón de bicicletas ha solicitado que le sustituyan la pena de cangrí por un trabajo social: algo, por sensato, cada vez más frecuente para conductas ciertamente ilegales, pero de menor cuantía.

Latrocinios de bicicletas, hurtos de gallinas, un clásico. No hace falta citar a quienes deambulan libres por casos multimillonarios para ser equitativos con Adrián Moreno. De 26 años.

 

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_