Jugar para prevenir el sida
El CDC, organismo gubernamental estadounidense encargado de velar por la salud pública, patrocina un videojuego para informar sobre la enfermedad
—Hola, Tim.
—¿Por qué me llamas?
—Directo al grano. Mira, la razón por la que te llamo… La razón por la que te llamo es porque tengo el VIH.
Tim puede elegir que responderle. “Lo siento”, “¿Cómo?”, “No me importa”. Y Rebecca, la novia con la que rompió hace dos años, le dirá que tiene que hacerse el test. Tim puede colgar. Tim puede olvidarse de la llamada. Pero al poco tiempo Tim empezará a adelgazar. Se desmayará en sus entrenamientos de baloncesto. Y, si sigue empeñado en no hacerse la prueba, Tim morirá de neumonía. Porque sí, tenía el VIH.
Es el final más trágico que ofrece I’m positive, un videojuego, o “narración interactiva” como lo llaman sus creadores, completamente gratuito que surge de una game jam —concurso de creación de videojuegos— organizada por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el organismo gubernamental estadounidense encargado de velar por la salud pública. Sus diseñadores: Stephen Borden (Texas, 31 años), creador de videojuegos educativos y Ilya Polyakov (San Petersburgo, 23 años), joven informático que lucha por profesionalizarse como artista del videojuego.
Cuando se presentaron al concurso, junto con otros 41 aspirantes no sabían cuál iba a ser el tema. En cuanto conocieron que tendrían que hablar sobre el VIH, decidieron que lo mejor era apostar por la narrativa: “Lo que el CDC quería es que la gente que jugara se animara a hacerse el test. Por lo que pensamos que lo mejor era contar una historia de un personaje que tal vez tenga VIH. Nos inspiramos en pequeños minijuegos de Nintendo, como los del Warioware, para representar actos cotidianos que ayudaran a la narrativa”, explica Borden. El juego arranca con uno de ellos: a Tim, el protagonista, le gusta el baloncesto. Sin mayores explicaciones, la primera pantalla invita a marcarse unos triples. Cuando se encestan tres, la llamada de Rebecca obliga a deslizar el dedo o el ratón —el juego estará disponible tanto para móviles como para ordenador, aunque de momento la versión para teléfonos está perfeccionándose— para desbloquear el móvil y comienza la toma de decisiones. Ser amable con la ex de Tim o colgarle, hacerse un test en casa o ir directamente a la clínica. Y, una vez se han seguido los pasos correctos, tomarse la medicación correspondiente cada día de la semana.
I’m positive obliga a seguir los pasos de la vida real para entender la enfermedad. Si uno no va a la clínica, el juego no informa sobre ningún aspecto del VIH. Pero al enfrentarse a la enfermera, esta proporciona toda la información que el jugador desee saber. Por ejemplo, la diferencia entre padecer el VIH y padecer sida, pues este “solo se diagnóstica cuando alguien con VIH empieza a sufrir severas infecciones casuales u otras de los síntomas del sida como ciertos tipos de cáncer o una bajada de células CO4 a partir de determinado nivel”. Si Tim quiere preguntarle si quiere tener hijos, si puede tener vida sexual o cuáles son las estadísticas de la enfermedad, la enfermera le responderá con todo detalle. “Tuvimos el asesoramiento de la CDC durante el concurso. Durante la segunda fase, ya como finalistas, nos dieron un par de meses para integrar toda la información que querían que les llegara a los jugadores”, detalla Borden. Luego llega el momento de sentarse con su familia y explicarles qué sucede; aunque el juego siempre deja la opción a actuar con cobardía y callar.
Durante este año, la CDC testeará la efectividad del juego como programa de prevención contra el VIH. Aunque sea un éxito, Borden y Polyakov, que ya se llevaron 3.374 euros por ganar el concurso, no quieren más dinero por este trabajo. En Estados Unidos, una de cada seis personas que padece VIH lo desconoce, por lo que estos creadores consideran este problema motivación suficiente. Lo que sí quieren es expandirlo a otros países, como asevera Polyakov: “Si nos ayudan con la traducción, lo promocionaremos en otros idiomas. Por ejemplo, para ayudar en Rusia, donde hay muchos más problemas para admitir la homosexualidad [aspecto que también toca el juego, informando de que el mayor riesgo se asume siendo objeto de penetración anal]. Aún no hemos hablado en detalle de esto, pero queremos hacerlo”.
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