El extraño reencuentro de Rihanna y Chris Brown

Hay historias de pareja que derivan en un culebrón incomprensible para el resto del planeta excepto para los interesados. En el caso de los cantantes Rihanna y Chris Brown, el episodio más reciente se escribe en tinta y sobre la propia piel. El tatuaje en el cuello con el que Brown se dejó ver hace unos días de la cara de una mujer magullada recordó enormemente a la prensa a la infausta estampa de su exnovia, Rihanna, el día en que la agredió hace tres años antes de los premios Grammy, donde se suponía que ambos tenían que haber actuado. La agresión le valió una sentencia de cinco años de libertad condicional, seis meses de servicio comunitario y una orden de alejamiento (posteriormente revocada) de la cantante.

Esta vez el revuelo entre los medios estadounidenses ha sido tal, que el rapero se ha visto obligado a dar explicaciones a través de su representante con un comunicado. “El tatuaje es una calavera de azúcar (una figura asociada con la celebración del Día de los Muertos en México) y proviene de un diseño de cosméticos MAC que le gustó a Chris. No es la cara de Rihanna ni una mujer maltratada, como se ha publicado”. El propio interesado justificó su tatuaje de una manera más críptica el martes en Twitter: “Soy un artista y esto es arte. Día de los muertos”.

El cantante ha acumulado esfuerzos por restaurar su imagen, desde pedir perdón a su exnovia públicamente hasta participar en actividades con mujeres maltratadas o niños que han sufrido abusos. Hasta tal extremo que ha ido reconquistando como amiga a Rihanna. Muchos pusieron el grito en el cielo cuando en febrero de este año ella misma lo reclamó para remezclar una canción de su último disco y le devolvió el favor cantando en un tema firmado por él. Su reconciliación pública se escenificó el jueves pasado, durante la ceremonia de los premios MTV, cuando ella se apeó del escenario para felicitarle por ganar en la categoría al mejor videoclip de un intérprete masculino con un fugaz beso y un achuchón convenientemente captado por las cámaras.

La modelo Karrueche Tran, primera novia oficial de Brown desde su ruptura con Rihanna, condenó públicamente el gesto marcando terreno. De acuerdo con la revista US Weekly, la modelo se agarró un “tremendo cabreo” al ver que su chico acudía a los premios a última hora sin avisarla y “sintió el beso como una bofetada en público”. Un símil con cierta mala idea, teniendo en cuenta que la bronca de 2009 entre Rihanna y Chris Brown se produjo en plena calle, cuando ella bajó del coche en mitad de una discusión.

En agosto, Rihanna revivió la experiencia con lágrimas en los ojos ante Oprah Winfrey en una entrevista grabada en su Barbados natal. “Todo en mi vida cambió de repente en una sola noche. Perdí a mi mejor amigo y mi vida se convirtió en un circo público. Pero, por mucho que sintiera que en ese momento era la única persona en el mundo a la que podía odiar, por mucho que me sintiera traicionada, no pude evitar pensar que [Chris Brown] cometió aquel error porque necesitaba ayuda. Todo el mundo pensaría que se había comportado como un monstruo. Eso hizo que me preocupara más por él”. Oprah, con su tono entre maternal e inquisitorio, no perdió la oportunidad de preguntarle si seguía teniendo algo con su ex. “Él mantiene una relación sentimental y yo estoy soltera. Pero seguimos siendo buenos amigos. Es algo que hemos recuperado poco a poco, no ha sido fácil”. La vocalista de 24 años, en esta infrecuente confesión íntima, recordó que reconciliarse con su propio padre, que había maltratado a su madre, fue clave para perdonar también a Brown.