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El ego y la cuenta de los Middleton engordan a la par

Desde que han entroncado con los Windsor y la reina los invita, los negocios familiares también han prosperado

Los padres y hermanos de Kate Middleton: Carole, Michael, James y Pippa.
Los padres y hermanos de Kate Middleton: Carole, Michael, James y Pippa.TONY CLARK (GTRES)

Los Middleton son una familia feliz. El año pasado, su hija Kate se casó con el príncipe Guillermo y algún día será reina de Inglaterra. Y en los últimos días, Isabel II les ha dado el espaldarazo definitivo en forma de varios gestos que proclaman la cercanía entre las dos familias. Pero no solo ha engordado el ego de los Middleton: también la cuenta corriente. La publicidad gratuita que ha generado su entronque con la realeza ha disparado el negocio familiar de venta por correo de material para fiestas, que era ya muy próspero antes de que los Windsor entraran en su vida.

No solo Catalina, ahora duquesa de Cambridge, sino toda la familia goza de una excelente buena prensa. El muy influyente Daily Mail parece encandilado con los Middleton. Algo que puede chocar de entrada dada su devoción a la familia real, pero que encaja perfectamente con su tendencia a identificarse con la clase media y detestar a la clase alta. Los Windsor excluidos, claro.

Vista a distancia, los Middleton son una familia en la que las mujeres llevan el timón. Kate brilla con luz propia como esposa de un futuro rey de Inglaterra. Pippa, su hermana, ha cautivado a la prensa del corazón desde que el día de la boda dejara sin palabras a aquellos que creen que la belleza del cuerpo humano se concentra en los cuartos traseros. Pero es la madre, Carol, quien parece llevar el bastón de mando. Los varones, tanto el padre, Michael, como el hermano pequeño, James, parecen satisfechos con vivir a la sombra de las tres mujeres.

Las relaciones entre la reina Isabel y sus parientes políticos no suelen ser fáciles, aunque no siempre llegan al enfrentamiento que llegó a haber con la fallecida princesa Diana y su familia, en especial su hermano, Charles Spencer. Quizás porque su nieto Guillermo parece muy feliz en su matrimonio, Isabel II acaba de agraciar a los Middleton con varios gestos que los estudiosos de los equilibrios del palacio de Buckingham consideran muy significativos porque solemnizan su entrada en el círculo de la realeza. Primero, les invitó a asistir en primera línea a la cabalgata fluvial celebrada en el Támesis el 3 de junio para conmemorar los 60 años de su acceso al trono. Carole, Pippa, Michael y James participaron en la cabalgata a bordo del Isabelina, réplica de un bote del siglo XIX del Misisipi que bajó el Támesis incrustado en el escuadrón real de buques que navegaban inmediatamente después del de la reina.

Unas semanas después, James y Carole tuvieron el privilegio de formar parte de la comitiva que acompañaba a la reina en su asistencia a las carreras reales de Ascot. Los Middleton viajaban en la cuarta carroza de la comitiva, símbolo de que han sido aceptados en el círculo íntimo de la familia real.

Desde que han entroncado con los Windsor, los negocios familiares también han prosperado. No es que fueran pobres, aunque los orígenes de Carole se remontan a una familia minera de Durham, en el noreste de Inglaterra. Azafata de profesión, Carole se casó con Michael, empleado entonces por British Airways en Heathrow, en 1980. Al año siguiente, cuando estaba embarazada de Kate, Carole Middleton empezó a hacer paquetes de productos para fiestas.

Lo que empezó casi como una afición en la cocina de su casa para ayudar a los amigos a preparar sus fiestas, se convirtió pronto en un lucrativo negocio que permitió a los Middleton enviar a sus hijos a estudiar a las mejores escuelas privadas del país.

Las cosas van tan bien que según el Daily Mail, los Middleton se acaban de comprar una mansión de 4,7 millones de libras (5,8 millones de euros) y están a punto de adquirir nuevos locales para multiplicar por cuatro el espacio que ahora ocupa la compañía familiar.

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