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Varios miles de personas participan en la segunda cacerolada de protesta en Barcelona

Los acampados de la plaza de Catalunya reciben al grito de "no nos moverán" la decisión de la Junta Electoral Central de declarar ilegales las manifestaciones populares del sábado y el domingo

Al grito de "no nos moverán" han recibido los acampados en la plaza de Catalunya de Barcelona la decisión de la Junta Electoral Central (JEC) de declarar ilegales las manifestaciones populares del denominado Movimiento del 15M el sábado y el domingo.

La resolución del JEC se ha conocido justo cuando la asamblea decidía si calificar la protesta de lucha "contra la crisis económica actual" o bien "contra el capitalismo", informa Efe. En ese momento uno de los altavoces ha interrumpido el parlamento para comunicar la decisión de la Junta Electoral, que ha sido recibida por los concentrados con una llluvia de abucheosy coreando a unísono el eslogan "de plaza de Catalunya, no nos moverán", acompañado rítmicamente por palmas ppor la gente que abarrpotaba el céntrico enclave de Barcelona.

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El Tribunal ha acordado prohibir por un solo voto las manifestaciones convocadas para el sábado, jornada de reflexión en toda España. Al Gobierno le corresponde ahora la tarea difícil de decidir cómo ejecuta la orden de desalojo de los concentrados en multitud de ciudades.? La decisión se ha tomado por cinco votos a favor, cuatro en contra y una abstención. Los magistrados del Tribunal Supremo Luciano Varela (progresista e instructor del caso contra Grazón por la memoria histórica) y José Manuel Maza (conservador) han redactado sendos particulares discrepantes. Entre los cuatro en contra de la prohibición se incluyen catedráticos propuestos en su momento por el PSOE

Horas antes, varios miles de personas se han concentrado en la plaza de Catalunya de Barcelona, pertrechados con cacerolas y cucharas. A las 21.00 horas, los indignados han ensordecido con su ruido los alrededores. La protesta se ha extendido incluso a los balcones de algunas calles del Eixample. Los acampados han anunciado que eran más de 7.000. La Guardia Urbana los ha cifrado en 800, algo manifiestamente alejado de la realidad. La protesta se ha repitido en distintos puntos de Cataluña.

El movimiento de los indignados ha dado esta noche un vuelco. Del discreto éxito de participación del lunes, martes y miércoles, al notable aumento de eset jueves. "Queremos que plaza de Catalunya sea el centro de todas las protestas", ha explicado una representante de la comisión de expansión de fenómeno, Núria Comerma, de 27 años.

El propósito de esa comisión es extender el movimiento de protesta a distinas franjas sociales que, hasta ahora, no se han sumado. Para conseguirlo han contactado con "diversos colectivos que se encuentran en medio de un conflicto laboral", como el sanitario, el educativo, el universitario e incluso los trabajadores de Telefónica afectados por un ERE y la Federación Catalana de ONG. Su objetivo, en palabras de Comerma, es "dar visibilidad a todas las luchas". Intentan que cualquier manifestación que se celebre en Barcelona acabe en la plaza de Catalunya. Hasta el momento, ya lo han logrado con algunas protestas minoritarias.

Además, se valen de las redes sociales para hacer llegar su mensaje. Incluso han colocado varias cámaras que intentan transmitir en directo lo que ocurre la plaza y se han esforzado en hacer llegar su mensaje a los medios de comunicación.

La iniciativa ha surtido efecto también en personas que no pertenecen a ninguna asociación. Como Consuelo Santamaría, de 62 años, que se ha sumado a la protesta, cacerola en mano, junto a su hija, de 34 años. "¡Estamos vivos!", decían, sonrientes.

Lo mismo que Ana y Francisco, una pareja de 64 y 65 años, recién jubilados, que se han acercado para "apoyar a la juventud" porque "es mucho más efectivo quejarse aquí que solo ir a votar". "Esto se ve en todo el mundo y eso es lo que más molesta a los políticos", ha afirmado Francisco.

Nadie quiere crearse enemigos en campaña electoral entre los acampados. Así se explica que todos los partidos políticos hayan evitado criticar a los concentrados en la plaza de Catalunya de Barcelona y hasta han lanzado, con matices, guiños de complicidad, no fuera que eso les costara votos.

Los dirigentes de Iniciativa han sido los que se han mostrado más receptivos a los concentrados. El secretario general de la formación, Joan Herrera, ha afirmado: "Las movilizaciones han impedido que algunos mataran la campaña", en referencia a los acampados y los que participaron en la protesta del pasado día 14 en Barcelona contra los recortes de la Generalitat.

Más cauteloso se ha mostrado Jordi Hereu, alcalde de Barcelona, quien ha evitado pronunciarse sobre si había que desalojar a los concentrados argumentando que él no tiene competencias sobre el asunto y que corresponde a la Junta Electoral Central. Con todo, ha afirmado que "de la indignación hay que pasar a la acción", al tiempo que ha pedido que ningún partido instrumentalizara las protestas.

El candidato de CiU a la alcaldía de Barcelona, Xavier Trias, se ha mojado más y ha pedido abiertamente que no se les desaloje para no agravar la propuesta, mientras que el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol se ha preguntado "y después de indignarse ¿qué?, porque no podemos quedarnos en la pura indignación".

El secretario general de ERC, Joan Ridao, ha asegurado que las concentraciones reflejan el "malestar social" generado por las recetas anticrisis, y, en el otro extremo, la presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, ha dicho que entendía la indignación de los jóvenes ante las cifras de paro juvenil, que ronda el 40%.

Una marea humana ha vuelto a llenar esta noche la Plaza de Catalunya para expresar el 'hartazgo ciudadano' ante la crisis económica y el sistema político.
Una marea humana ha vuelto a llenar esta noche la Plaza de Catalunya para expresar el 'hartazgo ciudadano' ante la crisis económica y el sistema político.MARTA PÉREZ (EFE)

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