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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El teléfono roto de Mas y Zapatero

José Luis Rodríguez Zapatero y Artur Mas conversaron el pasado lunes en el Palacio de la Moncloa durante tres horas sin que nadie les molestase. Aunque hay fotos y vídeos que prueban ese hecho, más parece que hablaron por teléfono en una comunicación llena de interferencias que sofá contra sofá en una charla íntima.

O no se entendieron o están engañando. El caso es que ambos han organizado un lío colosal.

Tres días después de la cita entre Zapatero y el presidente catalán, los rescoldos del malentendido entre ambos dirigentes siguen humeando por todos los rincones políticos de España.

Artur Mas salió con gesto triunfante de las tres horas de sofá con Zapatero y detalló a los periodistas los compromisos que, supuestamente, arañó del presidente del Gobierno: "Incluso antes de la aprobación del plan de estabilidad que hemos mandado al Gobierno y al Ministerio de Economía, es muy posible que se nos autoricen operaciones de endeudamiento a largo plazo, que es lo que pedíamos, esto aliviaría la situación de tensión de tesorería de la Generalitat de Cataluña y permitiría una cierta normalización de nuestros pagos, cosa fundamental para transmitir confianza".

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Esta explicación de Mas, que ni su interlocutor José Luis Rodríguez Zapatero, ni el ministerio de Economía, quisieron corregir, rectificar, matizar o aclarar en las 24 horas siguientes a esa declaración, avivó los recelos y desató la alarma en otras comunidades que, como Cataluña, viven con el agua al cuello, carecen de liquidez para pagar a sus proveedores, han superado el déficit que les impusieron para 2010 y sufren la receta de pan y agua que les aplica el Gobierno desde hace cuatro meses. Presidentes autonómicos del PP y del PSOE avisaron a Zapatero de que no admitirían ningún trato de favor a Cataluña.

El 3 de septiembre de 2010, el Ministerio de Economía y Hacienda había aprobado unas nuevas reglas de endeudamiento para las comunidades con el objetivo de reducir el déficit público. Entre ellas, una norma muy dolorosa para las autonomías con problemas financieros, como Cataluña: "No se autorizará ninguna operación que incremente el nivel de endeudamiento de una comunidad autónoma hasta que el Consejo de Política Fiscal y Financiera no haya informado favorablemente de su plan de reequilibrio".

Artur Mas declaró el lunes en el Palacio de la Moncloa, a escasos metros del lugar donde había charlado en la intimidad con Zapatero: "Incluso antes de la aprobación del plan de estabilidad que hemos mandado al Gobierno y al Ministerio de Economía, es muy posible que se nos autoricen operaciones de endeudamiento a largo plazo".

Si era verdad, el Gobierno se había saltado a la torera sus nuevas reglas de endeudamiento para favorecer los apuros de Cataluña sin necesidad de que presentara duros planes de ajuste. Castilla-La Mancha y Murcia habían superado a mitad de 2010 el límite del déficit que se les había impuesto y el ministerio de Economía decidió en noviembre que no podrían recibir "más autorizaciones de endeudamiento". Cataluña, que reconoció haber superado el déficit a final de 2010, recibía autorización para más "endeudamiento a largo plazo", según Más, incluso antes de que se aprobase su plan de estabilidad.

Si era mentira, el Gobierno había dejado pasar un tiempo precioso para explicarse y de esa manera evitar la catarata de reproches, lamentos y críticas que llovió desde la mayoría de los gobiernos autonómicos.

Zapatero tardó día y medio en aclararlo y lo hizo en un pasillo del Congreso de los Diputados. "Si no cumplen el déficit, para poder endeudarse y refinanciar la deuda, tienen que presentar un plan de consolidación fiscal, esto estaba antes, estaba durante la entrevista con Mas y después. No ha habido trato de favor ni rectificación por parte del Gobierno".

Mas, que antes de presidente de la Generalitat fue cuatro años (1997-2001) consejero de Economía y Finanzas en el Gobierno de Jordi Pujol, debería saber de estas cosas. O escuchó mal al presidente del Gobierno pese a la charla íntima sofá contra sofá o quiso transmitir una idea engañosa de la cita. O escuchó bien y Zapatero se arrepintió después del incendio que habían desencadenado sus buenas palabras al presidente catalán.

Para ponerle un lazo el malentendido, desde el Gobierno catalán se trasladó ayer el mensaje de que Zapatero, en su reunión del lunes en Moncloa, puso pegas al plan de consolidación fiscal que ha presentado Mas, con un recorte del 10% del presupuesto de este año, por considerarlo insuficiente.

Si eso es verdad, lo de la conversación con un teléfono roto entre Mas y Zapatero se queda muy corto para expresar lo sucedido en esas tres horas de diálogo entre dos personas que se conocen desde hace muchos años pero que no se acaban de entender.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, recibe al Presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, en el palacio de la Moncloa.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, recibe al Presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, en el palacio de la Moncloa.ULY MARTÍN

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