La deuda de España alcanza su nivel más alto en nueve años
El conjunto de las administraciones acumula un pasivo de 598.000 millones pese a moderar su ritmo de ascenso en el segundo trimestre
La deuda del conjunto de Administraciones del Estado ha cerrado el segundo trimestre de 2010 en su nivel más alto desde septiembre de 2001 con un saldo equivalente al 56,6% del Producto Interior Bruto, según ha informado hoy el Banco de España. Aunque este porcentaje se sitúa muy lejos del mínimo del 35,3% alcanzado entre marzo y junio de 2008, se mantiene por debajo de la media europea, que recomienda no superar el umbral del 60% con escaso éxito. Tampoco España lo cumplirá. Según el plan de austeridad presentado a la UE para volver a una situación fiscal saneada, el Gobierno espera que siga aumentando hasta llegar al 74,3% del PIB en 2012, lo que sí supondrá un récord desconocido hasta la fecha. En términos absolutos, sin embargo, no habrá que esperar tanto ya que los 598.764 millones de euros acumulados hasta el pasado junio suponen ya su valor más alto de la historia.
Los últimos datos que ha publicado el supervisor dentro del proceso de déficit excesivo abierto contra España por la UE muestran que, aunque el endeudamiento del conjunto de las administraciones ha vuelto a aumentar en el segundo trimestre, tal y como viene ocurriendo desde mediados de 2008, el Estado y las comunidades moderan levemente el ritmo de crecimiento de sus números rojos en tasa interanual. Así, ha pasado del 23% al 18% en el caso de la Administración central y del 28% al 26% para las autonomías. El descenso es mínimo, pero pone más tierra de por medio frente al peor momento de la crisis para las finanzas del Estado, el tercer trimestre de 2009, cuando la deuda aumentaba a razón de un insostenible 33% ante la alarma de los autoridades europeas.
En cuanto al déficit, entre enero y junio de 2010 ha bajado un 25% gracias al aumento de los ingresos por impuestos. Gracias a este recorte, la diferencia entre lo que recauda el Estado y lo que gasta se situaba en el 2,83% del PIB o 9.765 millones de euros al cierre de la primera mitad del año.
El incremento tanto de la deuda como del déficit se explica porque la recesión más grave sufrida por España en más de medio siglo vació las arcas públicas. El deterioro económico cortó con la recaudación impositiva del Estado y las comunidades mientras el estallido de la burbuja inmobiliaria dejaba a los Ayuntamientos sin su principal sustento. Eso por el lado de los ingresos. En cuanto al gasto, la situación no era mucho mejor. El aumento de las prestaciones por el auge imparable del paro y las sucesivas medidas de estímulo del Gobierno (deducción de 400 euros o el Plan E de obras locales, entre otras) acabaron por secar la caja. El resultado fue un déficit desorbitado -cerró 2009 en el 11,2%-, lo que a su vez se saldó con el correspondiente varapalo de Bruselas al Gobierno por incumplir el límite del 3%.
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